Un desconocido muchacho, Bob Dylan (Timothée Chalamet), llega a Nueva York haciendo dedo para conocer a su ídolo musical, Woody Guthrie (Scoot McNairy), que está internado en un hospital de la ciudad. El veinteañero Bobby, al visitarlo también conoce a otro reconocido cantante folk llamado Pete Seeger (Edward Norton) y frente a ambos este jóven canta una canción que compuso con su guitarra para Woody y los maravilla tanto que Pete Seeger decide apadrinarlo de alguna manera para que empiece a tocar en el circuito de la música folk en Nueva York, donde este completo desconocido poco a poco empieza a conseguir el respeto de todos, revolucionar la música y ganarse su propio nombre; Bob Dylan.
El director James Mangold que tras seis películas de acción y aventura donde le ha ido muy bien vuelve a un género que ya conoce, el biopic musical, y 20 años después de Walk the line, biopic de Johnny Cash, ahora dirige y coescribe junto a Jay Cocks un nuevo film sobre la vida y obra de Bob Dylan.
De principio a fin es una película clásica de Hollywood, donde el director quiere ser invisible y no quiere llamar demasiado la atención pero que aún así su estilo está ahí. Gran trabajo con la puesta en escena, dirección de arte hace un excelente trabajo desde las locaciones, utilería, vestuario y peluquería para reconstruir la década de los 60. Lógicamente el departamento de sonido es muy importante en esta obra y se le da la suficiente importancia para que se note pero algo que se destaca gratamente es la elección del casting, además de tener estrellas tiene buenos talentos en sus papeles.
A Complete Unknown tiene un gran reparto donde todos los intérpretes están impecables. Y al decir todos son todos, no sólo Chalamet, que me ha sorprendido para bien por su entrega con la película y ha demostrado ser un actor de oficio brindando todas sus herramientas para esta compleja interpretación como la es la personalidad de Dylan. Por otro lado, aunque el papel de Norton no haya sido escrito para llevarse todas las luces logra cautivar. También destaco a Monica Barbaro que en el papel de Joan Baez logra una merecida nominación a los Oscar como mejor actriz de reparto sumándose así a Norton nominado a mejor actor de reparto y a Chalamet como protagonista. Se suman al cast con excelentes performances Dan Fogler, la encantadora Elle Fanning y Boyd Holbrook que con 10 minutos de metraje interpretando a Johnny Cash crea a este como un personaje mucho más interesante y que uno percibe vivo comparándolo con las más de 2 horas de Joaquin Phoenix en el mismo papel en Walk the line también bajo la dirección de Mangold en 2005.
La mirada de Mangold es interesante, nos trae una biopic sobre un músico que se centra principalmente en sus canciones, en su obra y no en la vida de Dylan bajo el escenario. Donde la mayoría de los films de este estilo recurren en contar las experiencias de los músicos con sus adicciones o las múltiples parejas e infidelidades de una estrella de rock. Que sí, también tiene de eso pero en su justa medida. Pues, no es tarea fácil hacer una película sobre una persona que aún está con vida y en actividad. No hay ascenso y caída.
Un completo desconocido es casi un musical, casi pero no, y no porque trate sobre la vida de un músico sino por la utilización de la canción como herramienta narrativa en la historia. Tal vez la música no haga avanzar narrativamente el film pero sí captura el viaje histórico de Dylan en aquellos años de su carrera. Su obra musical no es sólo un acompañamiento de las escenas o sólo la puesta en escena de un hito histórico para Dylan sino que también es aprovechada como una forma de narrar para el autor de la película, una que en todos sus apartados está muy bien dirigida; arte, fotografía, montaje y guion, siendo este último tal vez al que le quepan más altibajos aunque siendo uno muy sólido y entretenido.
Tiene fascinantes momentos plagados de una verdad que sólo se encuentra en el cine pero su punto bajo puede ser la construcción de la estructura narrativa que parece carecer de un conflicto de importancia para la película, para el protagonista y para el espectador, al menos hasta el último acto donde claramente Dylan tiene un conflicto delante y una motivación para ser el artista que es. Con el avance de la historia y su meteórico ascenso hacia la fama, Dylan se vuelve ajeno y alejado a lo que vemos en un principio, aunque fue catapultado por la música country a la que también ayudó mucho a crecer y de cierta manera a no ser olvidada, el músico no quiere ser encasillado en sus hits de folk rock y seguir tocando siempre las mismas canciones, no quiere cantar a pedido, quiere hacer la música de su gusto, no la que le demandan y en el Festival Folk de Newport hace una importante declaración de intenciones que fue un antes y un después para la música estadounidense.
Mangold ha tratado muy bien a Dylan con A complete unknown, tal vez demasiado. No es la típica película sobre una estrella de rock, justamente le falta eso, un poco de rock. Quien también ha tratado muy bien a Dylan fue Thimotée Chalamet que canta y toca todas las canciones y lo interpreta sin caer en la burda imitación pero sí analizándolo, Antes de entrar a la sala temía de ver a Chalamet haciendo de rockero fachero para redes sociales y no una interpretación de Bob Dylan en los años 60 pero tras el primer plano del protagonista en ese auto tal preocupación se diluyó y pude disfrutar de la película como se debe. A uno le dan ganas de usar anteojos negros todo el día y comprarse una moto canchera después de ver la postura de Chalamet fumando cual Dylan.
Pero también y siendo más importante por el contexto musical y artístico actual, a uno le dan genuinas ganas de que vuelva a importar el talento, que la postura contestataria no sea un aparato de marketing sino la expresión de una obra. Ojalá que resurjan artistas inspirados que puedan crear e interpelar con menos, tal vez sólo con el talento de las ideas, su voz y una guitarra. Muy buena película.
Calificación: 8/10
Por Julián Lloves para La Butaca Web.