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Si me pongo a pensar bien, creo que Disney no lanza un buen Live Action de aventuras desde Piratas del caribe, motivo por el cual llegó a sobreexplotarse la franquicia creo. La cuestión es esta, Jungle Cruise llegaba con las de ganar, con una aventura en el Amazonas, con La Roca y Emily Blunt de protagonistas, pero la realidad es que Disney hizo de las suyas dando una película apenas correcta, con una desarrollo muy liviano, que si bien no es un bodrio, pero seguro no tardará en quedar en el olvido.
Queriendo hacer reminiscencia a las películas de aventura clásicas, nos encontramos en algún lugar del Amazonas, dónde la protagonista interpretada por Emily Blunt, busca a un capitán para buscar un tesoro, o más bien un pétalo que será importante para curar cualquier dolencia o enfermedad. Es así como da con La Roca, quien resulta ser un embaucador que conoce muy bien la selva, por lo que llegan a unir fuerzas para llegar a este codiciado lugar. Toca mencionar la palabra codiciado, porque siempre en estás historias habrá un enemigo que quiere hacerse dueño de estos tesoros sin importar el precio. Leyendo esto, nos damos cuenta que no estamos con nada nuevo , pero ese no es el problema, ya que la ambientación y la trama de la aventura resultan bastante agradables. El problema radica en el humor y la poca química con la que cuentan los personajes principales, intenta ser muy correcto con chistes bobos durante toda la película, y que dure más de dos hora no ayuda mucho.
Vamos a decir la verdad, La Roca y Emily Blunt tienen un gran carisma en pantalla pero por alguna razón los personajes no tienen mucha química, por lo que se llega a sentir algo forzado el romance con el que terminan. Después en el lado de los villanos, tenemos a Jesse Plemons, un general alemán de caricatura que da vergüenza ajena. Y después tenemos a Edgar Ramirez, un personaje que sufrió una maldición relacionada con el pétalo de la búsqueda, que aunque cuenta con un desarrollo fugaz, es parte de una de las mejores escenas de la película, cuando cuentan el conflicto desde su origen.
A su favor, Jungle Cruise cuenta con lindos paisajes y una buena caracterización desde lo artístico. Pero lamentablemente debemos decir que es una película simpática en su historia, aunque la realidad es que se trata de una aventura que pronto quedará en el olvido.
Dang!, una pequeña desarrolladora neoyorquina, nos trae, de la mano de Devolver Digital, este nuevo título para la consola de Nintendo. Por palabras de sus creadores, se define como una propuesta única. Veamos qué tan así es y si queremos que este boomerang vuelva o se vaya para siempre.
La travesía comienza con nuestro protagonista, que naufraga en una isla aparentemente desierta. Nada más entrar en la primera cueva, nos encontraremos con el boomerang, la única herramienta por el resto de la aventura. De narrativa viene más que flojo el asunto. Si bien nos haremos amigos de un simpático ciempiés, éste tampoco ayuda mucho a darnos contexto. La mayoría de texto que tendremos, que no es mucho, será para explicarnos las nuevas mecánicas que podemos implementar en nuestro combate.
Como dije anteriormente, el boomerang será nuestra única compañía, y toda la jugabilidad se subordina a su existencia. Y, en ese sentido, encontraremos gran variedad. A medida que avanzamos por los niveles, el sinfín de movimientos que aprenderemos nutrirá la experiencia. Desde una perspectiva de primera persona, deberemos avanzar por los escenarios y soportar oleadas de enemigos que, obviamente, serán cada vez más difíciles de derrotar. Nuestra recompensa suele ser una mejora de vida al final de cada escenario. Y en eso se basa la totalidad del juego. Si bien las mecánicas que se introducen a cuentagotas le otorgan variedad, no son suficientes para invitarnos a seguir jugando.
El apartado artístico sí cumple con creces. La paleta de colores elegida en cada nivel es la correcta y el diseño de los enemigos también es el indicado. No tanto así su banda sonora, que, salvo alguna excepción, sólo cumple con acompañar el ambiente.
En resumen, Boomerang X no me gustó. Propone algunas cosas originales y el sistema de combate está logrado, pero llega a aburrir rápidamente, algo muy negativo considerando que llega a las 3 horas con viento a favor. El público objetivo para el título va a ser quienes disfrutaron de experiencias similares, porque para el resto es sólo un juego… ¿aceptable? Pero existiendo juegos excelentes con premisas del estilo, recomendar aceptables me cuesta trabajo.
El pasado fin de semana tuvimos el placer de disfrutar la obra «La fiesta de los chicos» en el Teatro astral. Una producción dirigida por Ricky Pashkus, que retrata la velada de un grupo de amigos, que al festejar un cumpleaños, se destapan muchas verdades sobre cada uno de ellos. Se trata de un espectáculo que apuesta a un elenco masculino convocante, con una producción que se agradece de ver en estos tiempo en los que es difícil pero no imposible apostar al teatro.
Un grupo de amigos gays están festejando el cumpleaños de uno de los miembros del grupo, que van llegando de a poco a la casa del anfitrión interpretado por Fernando Dente. Hago esta pequeña aclaración sobre la orientación sexual de los personajes, no de una manera despectiva (En absoluto), sino porque es necesario para poder entender por dónde va la trama. El anfitrión recibe una llamada inesperada de un viejo amigo (que es heterosexual) por lo que le pide a sus compañeros de la fiesta que traten de disimular su orientación sexual para no incomodar al invitado. La realidad es que los personajes realizan todo lo contrario, lejos de ser intencionado, sino sucede que cada uno de los amigos tienen que necesitan exteriorizar en la reunión. El rato pasa, y con ayuda del alcohol, comienzan a jugar y destapar verdades de cada uno de los integrantes. Hablan de amores, engaños, sobre los prejuicios de ser homosexual, entre otros temas. Y si, las cosas salen mal, y nos encontramos con el típico «sacar los trapitos al sol»
La obra se desenvuelve con soltura y con un humor que engancha durante toda la obra. El elenco es convocante, cada uno está bien en papeles que varían entre los que tienen mayor y menor presencia. Por lo que podemos destacar por sus personajes a Fernando Dente, Nicolás Di Pace y Tomás Fonsi. Hay buena química entre todos y se agradece.
El escenario es luminoso que representa una casa o departamento con estilo, justamente en el hogar de un personaje al que le es importante las apariencias. El neón también se hace presente , aunque sin tanto juegos de luces durante la puesta, mostrando todo el argumento casi de corrido.
Ricky Pashkus logra dar su lugar a cada personaje en mayor o menor medida, mostrando un conjunto sólido. Quizá lo que no siente tan sólido, al menos en mi percepción, es la resolución del conflicto, aunque es un tema más de guión, y que toca aclarar que es una obra traída de afuera. De todos modos es una producción más que agradable para pasar una noche de fin de semana en el teatro, dónde no faltan las risas a pesar del mal rato que pasan estos amigos.
Es cierto que hace un tiempo que DreamWorks trabaja un poco callada en cuanto a la realización de productos animados, la competencia es mucho más grande y está lejos de esos tiempos en el que le seguía el camino a Pixar. Lejos de tener desastres, si han logrado brindar producciones entretenidas en la que se encuentran películas como Los Croods o la primera entrega de Jefe en pañales. Esta última, lejos de querer mostrar una historia profunda, nos dió algo simple, loco y divertido, por lo que su secuela no tardó en llegar. Esta segunda parte viene con el mismo propósito, entretener sin tantos problemas, y podemos decir que lo hace y bastante bien.
Si, es muy loco pensar en la idea de la existencia de bebés superdotados que trabajan como espías para una gran empresa, pero es la magia de la animación la que nos permite disfrutar de ello, aunque requiera un trabajo sostenible en el guión para que el absurdo no le juegue en contra. Para los que vieron la primera entrega, el plan malvado fue evitado, y los protagonistas crecieron luego como cualquier persona normal. Resulta que un nuevo miembro de la familia también es una «Boss» por los que le encomienda una misión dónde los hermanos ya adultos deben volver a la niñez. El conflicto, un bebé que quiere acabar con los adultos, algo que no requiere mucho ingenio a la hora de escribir el guión, pero que logra centrarse en los personajes principales y como no, en la familia.
El film nos otorga varios momentos divertidos, que aprovecha el absurdo de su trama para hacer reír con el. En cuanto a la animación, si bien en lo técnico mantiene la calidad de lo que hemos visto en el primer film y anteriores películas de DreamWorks, podemos destacar el lado más artístico, donde hacen un buen uso de la imaginación de los personajes para montar escenas llenas de color e interesantes planos.
Jefe en pañales 2: Negocios de familia es una película que es simple y que va directa en su objetivo de entretener. Se mantiene en la línea del primer film y es una opción ideal para ir con los con los chicos en estos últimos días de vacaciones de invierno, y que a su vez, los grandes dejen consigo algunas risas.
No les voy a mentir, soy de los que se volvieron a subir al tren de la F1 luego de prácticamente 2 décadas sin consumir el deporte motor, cuando Michael Schumacher brillaba en Ferrari, y encontrábamos a Barrichello en la misma escudería, o al colombiano Juan Montoya en McLaren (si, pasó mucho tiempo, lo sé). Por eso, cuando me enteré que podría reseñar el juego, sentí mucho entusiasmo y curiosidad, así que, acompáñame en esta reseña.
Lo primero que debes considerar es que F1 2021 es un simulador (guarda más parecido con gran turismo o forza motorsport, que con un need for speed que sería más arcade). Sobre la pista, éste es un juego que requiere mucha concentración y curvas perfectas, ya que por milésimas de segundo podrías obtener una mejor posición, todo esto depende de la dificultad, por lo que intentar ganar puede resultar un gran desafío, lo que también hace las cosas muy satisfactorias cuando te subes al podio; es un simulador clavado de carreras. Para mi suerte y la de muchos, éste probablemente sea el mejor año para entrarle de nuevo al deporte motor, y el motivo es muy simple… F1 2021 ahora incluye modo historia (Braking point), sin dudas, el mejor lugar para comenzar, porque concentra todos los ajustes de manejo en 3 dificultades: normal, desafiante y difícil, sin mencionar que el eje de la experiencia pasa mucho por lo narrativo, es decir, te cuentan una historia. Compites en carreras breves, le sigue una cinemática, luego tienes una pausa en tu dormitorio con llamadas telefónicas, vistazo las redes sociales del personaje y de nuevo a la siguiente carrera, esto se repite una y otra vez.
El argumento de la historia gira en torno a la rivalidad entre 2 pilotos de la misma escudería. Son 5 horas que, si eliges la dificultad correcta, resultan muy entretenidas, y aunque en lo personal no tenía a Codemasters como un distinguido en cuanto a modelos de personaje o cinemáticas, es evidente que en este juego alguien más estuvo de por medio, porque el CGI y las actuaciones de voz quedaron genial.
Dicho todo esto sobre el nuevo modo de juego, F1 2021 ya comparte la estructura general de otros juegos de deportes, por un lado tiene la historia ya mencionada, por otro lado, la modalidad que te pone a cargo de una escudería, existe la alternativa de crear una carrera como piloto y el multijugador, y a esto se suma la carrera cooperativa como piloto (que no tuve la oportunidad de probar) aunque como concepto suena muy bien, ya que abre la posibilidad de poder competir con un amigo como parte de una misma escudería o bien en equipos diferentes.
Una de las cosas que pude notar es que el juego es bastante accesible en cuanto a diseño de las modalidades, con ajustes a la progresión a los modos de carrera, donde además de los clásicos puntos para desarrollar las diferentes partes del auto, también te dan recompensas y descuentos para los nuevos componentes.
Se confiere un rol mas importante a la clasificación de colores de las diferentes áreas de tu escudería, chasis, aerodinámica, fuente de poder y durabilidad. Todo esto desemboca en un nuevo sistema de simulación para las sesiones de práctica, que te permite participar en un minijuego de probabilidades de administración, donde puedes concentrarte en aquellas áreas del auto que quieras priorizar y testear antes de la carrera como tal. En pocas palabras F1 2021 es bastante comprensivo y friendly con los que no deseamos invertir horas y horas en cada gran premio o carrera, y todo esto sin sacrificar entretenimiento.
Pasemos a algo que a mi criterio se quedó a deber; las entrevistas y decisiones que cada tanto tendrás que tomar, las cuales independientemente de lo que decidas elegir, no provocan consecuencias importantes. Las entrevistas son muy repetitivas, mismas preguntas una y otra vez, recordando un poco al modo manager del FIFA que también peca de repetitivo en este aspecto.
Algo que también me pareció interesante para los fanáticos que siguen a X competidor de F1, es la posibilidad de iniciar una carrera como piloto desde una carrera previa de la temporada real (heredando la clasificación actual del piloto seleccionado).
En cuanto al apartado gráfico, lo jugué en PS4, y la verdad es que para ser un juego que sale al final de esta generación (aunque también lo puedes jugar en PS5 con sus mejoras en tiempos de carga, por ejemplo) luce realmente bien y brilla en cuanto a detalles del auto y pista, la ambientación es buena, y lo que sea ajeno a todo lo mencionado, como todo juego de deportes, deja a deber también. Pasemos al apartado del audio, que, a mi parecer, es de lo mejor que tiene el juego, la mejor experiencia se obtiene jugando con auriculares ya que es más inmersivo y la acústica es perfecta, el sonido de los motores y demás detalles son estupendos, además puedes usar el micrófono para dar comandos por voz, para solicitar información de tu perseguidor o al piloto que tienes delante de ti, como también solicitar entrar en los pits para un cambio de neumáticos, por ejemplo.
Algo que también llamo mi atención, fue la incorporación de un pase de temporada (algo que, en lo personal, asociaba más al género “battle royale”), dividida en gratis y premium, donde podrás obtener skins para customizar más a tu personaje.
Y llegamos a la recta final, F1 2021 genuinamente se siente como la entrada de la serie F1 a la nueva generación, tanto desde el ángulo técnico como desde el ángulo de su diseño, donde decisiones acertadas en materia de modalidades, asistencias y variedad de experiencias lo convierten en un juego de carreras completísimo y de gran calidad, que logró despertar de nuevo en mí, esa afición y emociones que sentía de niño junto a mi padre todos los domingos por la mañana, viendo los grandes premios de este gran deporte motor. En pocas palabras si te gusta el deporte automotor, y la simulación, sin dudas F1 2021 es el mejor en su tipo, y vale totalmente la pena.
“El trabajo siempre es algo aburrido. Aunque tu labor sea tomar el relevo a la mismísima muerte, la mesa y la silla de oficina siempre te recuerdan cual es tu lugar.”
El equipo de Acid Nerve debutaba en 2015 con su primer título para pc: Titan Souls, un juego muy original que te hace enfrentarte a grandes titanes con una mecánica muy simple: un arco y una sola flecha. Con tan pocos recursos, el título permitía librar batallas mucho más complejas de lo que podían parecer a primera vista. No obstante, a esta combate le acompañaba una dificultad muy elevada, lo que alejaba este videojuego de jugadores más casuales, dejándolo para aquellos que preferían experiencias más “hardcore”.
Con Death´s Door, el equipo ha buscado todo lo contrario. Si bien se observa fácilmente la influencia de Titan Souls, este juego va dirigido a un espectro más amplio de usuarios, que no buscan desafíos tan complicados.
En este título, encarnamos a un cuervo sin nombre, que trabaja como segador de almas. Aunque pueda parecer lo contrario, se trata de un trabajo bastante monótono: llega a la oficina, espera a que te manden una misión, termínala, repite.
No obstante, en esta ocasión es diferente: lo que iba a resultar una recuperación de almas habitual, rápidamente se transforma en algo mucho mayor que requerirá de todas las habilidades que nuestro protagonista ha adquirido a lo largo de sus años de oficio. Teniendo que recorrer tres grandes reinos, para buscar tres respectivas almas, es como se desarrollará la historia del juego.
A lo largo del viaje, conoceremos a distintos y muy curiosos personajes que nos acompañarán durante algún momento, y nos contarán algo más acerca de la historia del mundo que nos rodea.
No se trata de una aventura demasiado larga, siendo suficiente con unas 5-7 horas para completar el título y no más de 10 o 12 para completarlo al 100%. No obstante, durante el progreso del título este se mantiene entretenido y no llega a resultar monótono.
Jugablemente, se trata de un “hack and slash” en vista isométrica, donde tendremos que abrirnos paso a golpe de espada, a través de oleadas de enemigos y de jefes gigantescos.
Anteriormente dije que la jugabilidad de Titan Souls pese a ser simple de base, da lugar a combates muy complejos. Con Death´s Door ocurre todo lo contrario. El título presenta más mecánicas de combate el anterior: armas de cuerpo a cuerpo, con ataques rápidos y fuertes y cuatro habilidades a distancia, que también sirven para navegar por el mapa. Con estos elementos se da lugar a un combate simple, que si bien es más sencillo, carece de complejidad, de opción a variar el estilo de lucha, o de realizar distintos combos.
Esto no es necesariamente malo en un primer recorrido, pero puede traer problemas en caso de rejugar el título, cayendo rápidamente en un combate demasiado repetitivo.
Comenzando con una espada, se pueden encontrar otras cuatro armas opcionales a lo largo de nuestro recorrido. Cada arma presenta un número distinto de golpes en el combo base, rango y modificador de daño. No obstante, no llega a ser una variación notable. En contados enfrentamientos, utilizar un arma u otra puede dar lugar a una ventaja frente al grupo enemigo, pero usualmente no es necesario y terminarás jugando con la que te parezca más divertida.
Junto al combate cuerpo a cuerpo, a lo largo de la aventura encontraremos “bendiciones” que nos permitirán usar cuatro habilidades a distancia diferentes. Estas se pueden usar en combate, pero principalmente servirán para abrirnos paso por el mapa, con un estilo que recuerda mucho a las aventuras clásicas de The Legend Of Zelda. Una de las habilidades cambia notablemente la movilidad, pero se obtiene demasiado tarde en la aventura como para darle todo el uso que podría haber tenido.
Una vez terminemos cada una de las zonas, nos estará esperando un jefazo, al cual tendremos que quitarle el arma, normalmente por la fuerza. Viniendo de un diseño de jefes tan peculiares como es Titan Souls, los jefes de Death´s Door dejan que desear por su simpleza, pero cada uno presenta diferentes mecánicas, siendo cada combate totalmente distinto al anterior. No se trata de encuentros muy complicados, y no deberían ser un problema más allá de algunos intentos fallidos.
Donde el juego más brilla es en su apartado audiovisual. Valiéndose de gráficos “Low Poly”, el título muestra escenarios preciosos a la vez que simples, siendo un regalo para la vista el recorrerlos. Cada una de las zonas que visitemos tendrá una ambientación diferente, contrastando mucho la paleta de colores de una con la otra, sobre todo con el hub principal: una oficina gris y oscura. Acompañando estos escenarios, la música del título está al mismo nivel, conformando una deliciosa banda sonora con unas 25 pistas diferentes, variadas para cubrir todo tipo de escenario.
En conclusión, Death´s Door es un título muy interesante, que presenta una aventura encantadora, pero no demasiado compleja. Es una experiencia muy divertida de jugar, pero puede resultar muy repetitiva en caso de rejugarlo. Quizás 20 euros puedan parecer demasiado caro para esta duración, pero queda lejos de tirar el dinero. En caso de encontrarlo en una oferta a mitad de precio, es una compra obligatoria.
Todos conocemos la trágica historia de la familia Romanov, asesinados brutalmente por los bolcheviques durante la Revolución Rusa en 1917.
Nicolás II, su esposa la zarina Alejandra, sus hijos Olga, Tatiana, Maria, Anastasia y Alekséi quedaron para los archivos históricos, como los últimos zares del imperio ruso, luego de ellos la instalación de la Unión Soviética.
Pero… ¿Y si nos salimos de Rusia y nos vamos hacia San Antonio (Provincia de Buenos Aires), pero con uno de los personajes más legendarios de la familia Romanov?
»Guillermo escapó de San Antonio dejando atrás un pasado poco claro. Lleva como único equipaje los fascículos de “Todo es historia” que tan cuidadosamente colecciona desde niño. En la pensión donde logra alojarse realidad y fantasía se mezclan en su mente. Anastasia Romanov, hija prófuga de los zares de Rusia y su prima vienen a visitarlo y a exigirle que regrese a su pueblo. Hasta que la realidad golpea a su puerta». Son las palabras con la cual Victor Winer define su tragicomedia.
Una pocilga, un hombre atormentado que huye, una prima metiche e hiperactiva, el novio de esta, un general ruso de armas tomar e implacable y la histriónica pero carismática duquesa Anastasia, son los personajes de esta obra interpretados por Ana María Cores; Cristian Thorsen; , Maria Viau; David Midanson y Carolina Ferrer.
Mariano Dossena es el encargado de dirigir esta tragicomedia, donde las risas estarán a la orden de la noche, así como también las sorpresas. Los juegos narrativos de Victor Winer en Los Soviets de San Antonio son sagaces, acompañados de monólogos atinados con referencias históricas y folclore argentino, una comedia negra que se vuelve imprescindible para un sábado a la noche dónde veremos cómo los rusos solucionan sus problemas, muy a lo ruso. El personaje de Anastasia interpretado por Ana María Cores es un deleite que brilla en absoluta presencia en las tablas. La música original de Rony Koselman le da una solemnidad necesariamente rusa.
Los Soviets de San Antonio se encuentra disponible los sábados a las 22 horas y domingos a las 18 hs en el Teatro El Tinglado (Mario Bravo 948)
Les escribió Sebastián Arismendi para La Butaca Web.
Es una realidad que la primera entrega de A Quiet Place resultó ser una sorpresa durante su estreno en 2018. Era una película que nos mostraba una interesante trama en el que los personajes no podían hacer ruido ya que podían ser asesinados por unos extraños monstruos con un excelente oído. Esto podía haber resultado algo bizarro y más propio de un film de clase b, pero contó con una excelente dirección de John Krasinski, tanto en lo técnico como en lo actoral. Vamos, tampoco era una maravilla, pero logró introducirnos en su constante suspenso, por lo que ahora tenemos una secuela. Esta secuela es un film que rescata muchas cosas de la primera, que nos sigue manteniendo en vilo, aunque su trama no resulte tan relevante.
Al principio llegamos a ver una escena del día 1 de esta invasión. Volvemos a ver al personaje de Krasinski junto a su familia, que están por disfrutar de un partido de baseball de uno de sus hijos. Dicho partido es interrumpido por un proyectil de fuego que cae por el cielo, y que minutos después, aparecen estos seres que empiezan a asesinar a cualquiera que haga el mínimo ruido. Con aire de precuela vemos esta escena, y aunque comienza con fuerza, es lo único que llegamos a ver sobre el inicio durante todo el film. Luego volvemos a dónde quedó la primera entrega, el personaje de Emily Blunt tiene a su bebé, y junto a sus hijos siguen sobreviviendo, teniendo una herramienta para atacar a estos bichos. El recorrido de la película es ese, la búsqueda de un lugar para sobrevivir junto a la familia, no nos muestra casi nada nuevo, sino más bien, trata de profundizar la historia de los personajes, sobre todo Regan, la niña sordomuda.
En cuanto a lo técnico, el sonido sigue siendo un factor muy importante en el film, no solo por las escenas en la que hay silencio, y que seguramente más de un susto te darán luego, sino también en el uso de la música que acompaña a la trama en su recorrido. La mano de Krasinski se hace ver nuevamente en las escenas de acción, que si bien tampoco este film cuenta con un holgado presupuesto, aprovecha cada momento en el que los enemigos aparecen.
Nuevamente estamos sin saber mucho sobre estos enemigos, tampoco resolvemos nuevos enigmas sobre cómo sobrevivir a ellos. Es más bien un recorrido de personajes , que agrada, pero que descuida otros aspectos importantes de la trama. Seguramente en algún momento tendremos alguna precuela en la que nos resolverán estos enigmas.
Un lugar en silencio es una buena película, bien actuada y dirigida que nos mantiene en suspenso durante más de su hora y media de duración, pero que al final no damos cuenta que no encontramos nada nuevo en su trama, que sigue su mismo recorrido, pero conociendo un poco más a sus personajes. Seguramente tendremos más de esto en el futuro, así que para el origen podemos esperar.
»Yo tengo tantos hermanos Que no los puedo contar En el valle, la montaña En la pampa y en el mar», así dice la primera estrofa de la legendaria canción de Atahualpa Yupanqui, ¿Qué nos hace hermanos más allá del mismo idioma y origen?
Migrar no es fácil, quien diga lo contrario es porque no la hecho, cada experiencia es distinta y se vive de diferente intensidad, desde la soledad, contención, amor y tragedia. »Seis actores de nacionalidades diferentes. Una argentina, una boliviana, un ecuatoriano, un mexicano, un colombiano y un chileno. Acompañados por un músico en escena, cada uno cuenta su viaje. ¿Por qué dejaron su país? ¿Qué dejaron? ¿Qué extrañan? ¿Por qué se quedan?Nostalgia, confrontación, descubrimiento.» Es la premisa de la obra creada por Gabriel Fernández.
Mariana Maciel (Argentina), Olivia Torrez (Bolivia), Heriberto Ruiz Díaz (México), César Riveros (Chile), Paul Criollo (Ecuador) y Juan Prada (Colombia) es el elenco plurinacional que hacen de esta obra una entrañable y conmovedora comedia, la cual se apoya de recursos como el clown, titeretismo, también percusión y flauta andina a mano de Laura Dos Santos. Frenética, divertida, fluida y empática se vuelve esta obra dirigida por Greta Risa. Siendo inmigrante me siento interpelado por esta producción, más allá de hacerme reir, me recordó lo difícil que fueron mis primeros dos años en este país, los sacrificios que mi familia hizo para que yo estuviera acá y el vacío constante que es el no saber a qué lugar pertenezco.
Migrantes es una obra que nos pone a todos en una misma situación: Fuera de nuestro país por diferentes motivos, intentando adaptarnos y ser integrados, pero sobretodo con el deseo de volver pues todos los recuerdos quedan en el terruño. Migrantes está disponible por dos jueves más a las 20:30 en el Espacio Callejón (Humahuaca 3759)
Les escribió Sebastián Arismendi para La Butaca Web.
Seguramente todos recordando aquella película de los años 90′ (Precisamente 1996) en la que los reconocidos Looney Tunes realiyan un partido junto al basquetbolista Michael Jordan, en un film que mezcla la animación con el live action. Sin ser una maravilla , la película se convirtió en un clásico divertido para ver seguramente los domingos a la tarde en algún canal de TV. Cómo siempre, en algún momento llegaría la secuela, ahora de la mano de Lebron James, con un aire renovado a las tiempos actuales, si bien no llegará a ser tan recordable como la primera entrega, nos ofrece momentos divertidos, por lo que al menos podremos pasar un buen rato con un nuevo partido de basquetbol.
Mientras en la primera entrega los enemigos eran unos alienígenas que querían secuestrar al basquetbolista Michael Jordan y tener de esclavos a los Looney Tunes. En esta entrega es una tecnología la que quiere a un basquetbolista estrella para ejecutar sus planes. Una diferencia que podemos notar en esta entrega es que Warner hace uso de todas sus franquicias en la historia, además de los reconocidos dibujos animados. Es así como los personajes se encuentran dispersos en el mundo de WB y deben ir a buscarlos. Es ahí cuando vemos los mejores momentos de la película dentro de films como Mad Max, Casablanca, Matrix, entre otros. La historia es simple y algo boba, pero aún así logra entretenernos con sus chistes y sin fin de referencias.
Algo más que llamaba la atención en esta entrega es la incorporación de LeBron James en el film. Había que traer una estrella más actual y que tenga el peso suficiente como lo fue Jordan en su momento, y la verdad podemos decir que no ha estado mal. El personaje denota carisma, también cuenta con un momento animado, que para que no se asusten, dura algunos minutos. Es así también como se juega con el diseño de los personajes animados, que se presentan en un principio a través de una animación más clásica, pero que a la hora del partido se busca una excusa para que veamos a los Looney tunes con una característica más realista, aunque manteniendo la escencia de caricatura.
Space Jam 2 no es una película memorable que quizá veamos en unos años con cariño, pero si es un entretenimiento que cumple. Volvemos a ver a los personajes animados de forma entrañable, y a sus vez nos entretienen con su sin fin de referencias, con DC cómics incluído. Una buena opción familiar para ver en cines.