Análisis: Miasma Chronicles para Xbox Series

Por Alejandro Corell



La miasma como el tiempo, nada perdona.

Hace unos años, entré por pura casualidad a la fábula post-apocalíptica de Mutant Year Zero: Road to Eden. La apuesta de The Bearded Ladies Consulting por el rol táctico por turnos tomaba mucha inspiración en el sistema de combate de Xcom, suficiente para llamar mi atención y conseguir que, al menos, le diese una oportunidad. Lo que encontré estuvo, como mínimo, bastante bien. Una interesante adaptación del juego de rol a nuestro medio, que conseguía sostener la típica historia postapocalíptica en un ecosistema habitado por todo tipo de animales humanoides.



Desde ese 2018, el equipo ha continuado apostando por la misma estrategia y ahora presenta Miasma Chronicles, más de lo mismo, pero marcado por un claro aprendizaje. Una vez más, nos encontramos delante de una tierra desolada, ocupada tanto por humanos como por todo tipo de criaturas desagradables (menos lúcidas, esta vez). Estados Unidos consiguió cumplir sus objetivos de desarrollo y ofrecer un país libre de todo tipo de inconvenientes. Al fin la paz soñada, la estabilidad económica y la prosperidad alcanzaron las vidas de sus ciudadanos. Pero también lo hizo la miasma.


Una suerte de corrupción, incomprendida por todos pero no por ello menos peligrosa, altera y pudre todo lo que toca. Los supervivientes han tenido que adaptarse y aceptar que la vida incluye grandes peligros para todo aquel que decida alejarse de los pocos reductos en los que la humanidad todavía mantiene su presencia. Elvis y su robótico hermano parecen tener una poderosa herramienta para luchar contra la miasma, pero comprenderla y dominarla dependerá de si son o no capaces de encontrar a su madre, perdida en las profundidades de esta.



Para ello, nos embarcamos en un peligroso viaje donde tendremos que enfrentarnos a todo tipo de criaturas con el icónico sistema de combate, casi marca de la casa, altamente inspirado en Xcom. La principal diferencia con el título de Firaxis es que combate y combate, tendremos total libertad para recorrer el escenario, tanto para explorarlo y saquear los pocos recursos que pueda esconder como para preparar el próximo asalto a los enemigos asentados en este.

Esta preparación conforma una base fundamental del éxito de nuestra empresa, puesto que en muchas ocasiones nos encontraremos gran desigualdad en los combates y tendremos que estudiar el entorno para aprovecharlo e intentar que nuestras emboscadas nos otorguen ventaja suficiente para girar las tornas a nuestro favor. Gracias a este planteamiento, se multiplicarán las formas de resolver las peleas, aumentando exponencialmente las opciones de forma que difícilmente habrá dos batallas iguales.




Más allá de las luchas directas, contaremos con un sistema de progresión típico del RPG, de forma que podremos equipar y entrenar a nuestros personajes para mejorar sus estadísticas y desbloquear nuevas habilidades, dentro de un árbol de personalización con cuatro ramas. Es cierto que muchas mejoras responden a aumentos básicos, como la vida, daño o defensa, pero otras de ellas permitirán desbloquear habilidades de todo tipo, que dictarán las estrategias que utilizaremos en los combates. Podemos optar por aptitudes que nos conviertan en una fortaleza móvil, que proteja de la lluvia de balas a nuestros amigos o convertirnos en un ángel de la muerte que desayune plomo.


Pero donde más entran en juego las luces y sombras es en el apartado técnico. Visualmente, es fácilmente apreciable su superioridad frente a anteriores juegos del equipo, ya especializados en recrear parajes desolados. La perspectiva cenital facilita la composición visual, ya que evita que nos centremos en los puntos más flacos como las expresiones faciales o los pequeños detalles. Estamos claramente delante de una de esas situaciones donde la combinación de los elementos supera la suma de su valor de forma individual.

Por desgracia, jugando este título en una Xbox Series S es notable la falta de optimización de la obra. Lejos de una experiencia a 60 fps, debemos contentarnos con un viaje a 30 cuadros por segundo que en muchas ocasiones los verá reducidos drásticamente y no estará exento de cortes. Además, los tiempos de carga son demasiado largos para una producción de nueva generación, compuesta además por pequeños escenarios individuales. Tampoco quiero sonar demasiado pesimista, ya que esta versión dista de ser injugable, pero la posible mejora es bastante clara.






En resumidas cuentas, Miasma Chronicles es una apuesta interesante dentro del rol táctico. El equipo de The Bearded Ladies Consulting sigue puliendo su fórmula, aunque las distancias con producciones como las de Firaxis siguen siendo notables. Más allá del combate, el factor RPG y el desarrollo narrativo aportan un valor añadido que asegura unas cuantas horas de diversión. De momento, el título sirve como hoja de ruta para los desarrolladores, cada vez más afianzados en su propio estilo.

Calificación: 7.5/10

Deja un comentario