Reseña: Il Campanello, de Gaetano Donizetti

Del 29 de junio al 2 de julio, el Teatro Coliseo fue escenario de Il Campanello, compuesta por Gaetano Donizetti, con la dirección musical de César Bustamante, la dirección de escena de Mariana Ciolfi y la participación de la Orquesta y el Coro del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón.









En colaboración con el Teatro Colón, la Embajada de Italia en Buenos Aires y el Instituto Italiano di Cultura de Buenos Aires, se organizó “Divina Italia”, la temporada dedicada a recorrer el legado del arte musical italiano y establecer un diálogo entre éste y la escena contemporánea local. En este marco se inscribió la versión de Il Campanello (estrenada en 1836 en Nápoles) presentada en el Teatro Coliseo el pasado fin de semana.

El viejo doctor Pistacchio se casa con la joven Serafina. En la fiesta de bodas está Enrico, ex- pareja de la joven. Durante la noche, el timbre suena una y otra vez, es Enrico disfrazado dispuesto a inventar lo que sea para recuperar a Serafina y separarla de su reciente marido.

La puesta realizada en el Teatro Coliseo presentó elementos innovadores en distintos niveles. En cuanto a lo visual, la escenografía (Matías Otálora) recreaba la casa del viejo Pistacchio. Las paredes y muebles eran de color verde pistacho, sobre ellas se apilaban cajas y cajas de medicamentos. Los muebles eran cubos móviles que construían los distintos momentos de esta ópera corta en un acto: la fiesta, la noche, la habitación. Elementos pop, vestuarios brillantes y coloridos (Stella Maris Müller), juegos con sombras y luces (Fabricio Ballerati), bolas de boliche, todo acompañó a esta reversión contemporánea.

Esta actualización del Il Campanello también se hizo visible en los distintos personajes que Enrico encarnó para engañar al viejo doctor: Felipe Carelli llevó con maestría a Enrico, a Luis XVI, a Freddie Mercury, al Doctor Chapatín. El público rió al reconocerlos por la imitación gestual y vocal, así como por el vestuario. Siguiendo con las interpretaciones, todo el elenco trabajó en sintonía y unicidad. Para destacar, Victoria Sambuelli (Serafina) con su voz dulce y clara y la gran Guadalupe Barrientos (Madama Rosa), quien, con cada una de sus entradas, provocó la risa entre el público. El coro se instaló orgánicamente y se desplazó como en una coreografía cómica que también generó humor y simpatía.

Una ópera amable y corta, llena de juegos y pasajes cómicos. Gran labor del equipo técnico, creativo, del elenco, de la orquesta. Una reversión que buscó y busca cómo actualizar la ópera y los efectos de lo bufo en la contemporaneidad.

Escribió: Micaela Steinbach

Deja un comentario