Reseña: Il turco in Italia

El turco en El Colón

Luego de 23 años sin presentarse, regresa Il Turco in Italia, la operetta de Giacocchino Rossini al Teatro Colón. El resultado fue una ovación total y una puesta en escena ambiciosa y detallista.



Rossini le dio un giro jocoso a la estructurada y rígida ópera, si bien en sus operetas el uso de la comedia era frecuente, haciéndolas bufonas pero siempre dejando un espacio para el drama. Las oberturas y el uso del aria eran tan importantes como los coros, ya que los personajes brillaban sin necesidad de un equipo coral de soporte.
Estrenada en 1814 en Milàn, la historia del acaudalado comerciante otomano que arriba a costas italianas y causa sensación entre las mujeres, supuso un èxito dentro de la carrera de Rossini luego de haber presentado el aclamado El Barbero de Sevilla (1775) y La Italiana en el Ángel (1810).

Bajo la dirección musical del maestro catalan Jordi Bernacer y la puesta en escena de Pablo Maritano, »El turco en Italia» consta de dos actos de 90 minutos cada uno.

La apertura melódica y acelerada de la ópera que Bernacer dirige es acompañada con créditos animados (original de Matias Otàlora), como si se tratara de un filme de los años cuarenta. Luego se abre el telón y se muestra la ambiciosa puesta en escena de Maritano: Un escenario que gira en 360 grados y que consta de cuatro partes del hotel donde se basa la historia: La recepción, el jardín de la pileta, las habitaciones y el espacio de la cocina y administración.

El uso de madera pulida, terciopelo, vinotintos pronunciados y hasta un elevador componen la recepción. El resto es el mínimo detalle para recrear el hotel. Los cantantes y el coro se irán desplazando entre habitaciones y pasillos, haciendo esto un set donde van a interactuar.Todos estos detalles de estructura y utilería de la escena fueron gracias Gonzalo Còrdoba Estevez.

Renata Schussheim confecciona los trajes de los personajes que iràn desde los empleados del hotel, los turistas y los habituè del lugar. Cada uno està definido y poseen un estilo acorde al holllywood clàsico donde los colores amarillo. violeta, negro y rojo destacan.

El gran reparto de voces nacionales e internacionales que se reparten entre las funciones, ejecutan un perfomance digno de todos los aplausos. Los artistas saben cómo actuar con la picardía necesaria para una obra de Rossini, a su vez, sus dotes vocales son capaces de deleitar a todos y aun asi, saben como hacer reir al publico. Selim fue interpretado por Erwin Schrott y Marko Mimica. Fiorilla por Irina Lungu y Constanza Díaz Falú.

El Turco en Italia fue un regreso necesario de Rossini al Colòn, el cual significa un respiro entre las clásicas tragedias y los shows posmodernistas. Un clásico sobre el amor libre y sus enredos que no envejece.

Escribiò Sebastián Arismendi para La Butaca Web.

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