Crítica: Los impactados

Es una historia y mirada que enriquece, vayamos al cine. Y no lo digo porque hay que apoyar el cine argentino, sólo porque sea cine argentino. Sino porque nuestro cine es buenísimo.

Hay que apoyar a las directoras argentinas, y no sólo porque sean mujeres directoras. Sino porque tenemos directoras argentinas que son buenísimas.

Amanda, o Ada como la llaman, es una veterinaria rural que durante una tormenta se encontraba asistiendo a una vaca que estaba por dar a luz a su cría, por azares o destino de la vida justo en ese momento cae un rayo que la impacta, al que sobrevive y tras un tiempo en coma despierta para notar que su vida y cuerpo cambió para siempre. Mientras Ada estaba internada recuperándose de las heridas del rayo; Juan, un misterioso médico, la invita a un grupo de personas que tal como ella vivió también padecieron el impacto de un rayo, juntos intentan sanar y entender el porqué les pasó lo ocurrido. 

Lucía Puenzo sin duda no sólo es una gran directora sino también una autora. Su cine es propio, retrata a mujeres con conflictos particulares que a su vez pueden reflejarse en nuestras realidades, o de cierta manera son extrapolables a lo que vivimos sin que nos haya ocurrido a nosotros mismos. Tiene excelentes trabajos en su filmografía que demuestran su sello autoral y una particular sensibilidad mezclada con rudeza, no sólo es brillante para poner el ojo en estas historias cinematográficas sino también para escribir y dirigir obras como XXY, su ópera prima del 2007, su anterior película La caída de 2022, o también El niño pez (2009), Comodoro (2014) y Wakolda de 2013.

En Los impactados encontramos fotografía, arte, sonido, VFX, maquillaje, música, actuaciones, dirección; todos apartados de un excelente primerísimo nivel. Protagoniza la película maravillosamente Mariana Di Girolamo interpretando a Amanda; Germán Palacios es Juan el médico y líder de los impactados; Mariana Anghileri es Ofelia, una de las impactadas; Guillermo Pfening es Jano, la pareja de Ada; Osmar Núñez es el padre de Ada y Malena Sánchez es la madre de la protagonista.

Aplausos por los y las cineastas que se animan a un poco más, en este caso al echarse a explorar con la temática y mezcla de géneros creando un cine que no apunta a ser mainstream pero sí a poder encontrar el público que sepa apreciarlo. Lo dicho, Lucía Puenzo se anima a más, un ejemplo concreto de esto puede ser que decida enseñar la escena donde Amanda es impactada. Todo el diseño sonoro y los VFX de los rayos son de primer nivel. Un cine nacional que no tiene nada que envidiar. Las escenas de los rayos realmente te impactan sentado desde la butaca, de sólo pensarlo al escribir me gustaría volver a ver esas escenas nuevamente en el cine. Aplausos y todo mi respeto por querer mostrarlo, ya que alguna otra persona a cargo de la dirección posiblemente decida no retratarlo por el esfuerzo de producción que eso conlleva y lo termine resolviendo con un fuera de campo. 

Un párrafo dedicado únicamente a todas las escenas de Malena Sánchez interpretando a la madre de Ada que son sublimes y hermosas, como la primer escena del film. Creo que la cantidad de minutos en pantalla es perfecta y no pido más de esos recuerdos o secuencias oníricas, pero me hubiera gustado que sea vea un impacto más directo de eso en la consciencia de Amanda en su presente, ya que esto marca una herida y sanación importante para ella, o que en algún cuestionamiento, se plantee qué hubiera pasado si su madre estaría con ella y no sea sólo un traumático recuerdo; bonito pero traumático.

La mirada de Jano y Amanda en el ascensor. CINE. Creo que es mi plano favorito de toda la película por más sencillo que este sea ¿Interpretación y subtexto puestas en imágenes en movimiento? Eso es cine. Y eso que la película tiene muchos hermosos planos, y no me refiero sólo a lo estético visualmente, pero esa mirada del ascensor después de recibir esa importante noticia para Amanda, y su pareja, me cautivó al instante por lo que significaba. 

Los impactados es una película que me gustó mucho pero no es perfecta (y no tiene porqué serlo) pero siento que hay momentos donde algo me faltó para que me impacten de la misma forma como en sus mejores escenas. No sé si es el guion y hacia dónde se dirige, la interpretación, el montaje o el ritmo. Algo que no logro entender aún qué, pero obviamente volveré a repasar en cines para ver si esta vez sí me funciona, me encantaría que así fuera. Por ejemplo la escena donde Amanda tiene una especie de crisis cual Chuck en Better Call Saul. 

«Nada hace sentir al cuerpo como la electricidad», eso lo deja bien claro pero me hubiera gustado que se profundice en eso desde una perspectiva más íntima y personal de parte de Amanda, y no que la mayoría de las veces tenga que incluir a Juan o al grupo. Cuando la veo sola pasar por cada etapa del reconocimiento de su nueva identidad es algo que me encanta pero cuando me lleva a las subtramas de los terceros siento que me aleja y vuelvo a apoyar la espalda en la butaca. Así que me hubiera encantado que se explorara más el interés de Amanda en la búsqueda de la electricidad ya sea en el miedo generado por la misma, el anhelo para sentirse balanceada nuevamente o ¿Por qué no? La búsqueda de placer en esta atracción, que siento que se podría haber desarrollado aún más, pues el título en inglés de la obra es ‘Electrophilia’ y aunque lo llega a abordar no del todo. 

Algo que me choca es que frente a la gran sensibilidad que la directora tiene para crear esta historia y lo que creo que la subyace, además de todos sus anteriores trabajos, haya tantos diálogos que en un primer visionado me hayan parecido demasiado explicativos. Obviamente no somos fanáticos acérrimos que corren detrás de una detallada verosimilitud realista, podemos dejar pasar alguna que otra conveniencia del guion siempre y cuando sea en pos del conflicto de la película y su protagonista sin que nos entorpezca la experiencia. La cual es muy buena cuando se enfoca en Ada y en lo que le pasó. Siento que abre demasiadas subtramas que por más que tengan premisas super interesantes no terminan siendo tan efectivas como otros tópicos que sí toca pero no llega a profundizar tanto como me gustaría.

Si experimentás un evento que de un segundo a otro te cambia la vida para siempre… que te reconfigura tanto física como psíquicamente, donde hay algo que se rompe y nace una nueva persona en vos, algo que te duele y que te lastima, algo que tenés que asimilar para emprender esta nueva identidad y esto te aleja de lo que solías ser. Esta crisis, ¿No te sacaría más de una lágrima en el proceso? Creo que me faltó ver en qué punto exacto Amanda toca fondo y ya no se halla a sí misma con la nueva realidad que la rodea, el momento que ya no puede conectar con la que era antes de su impacto. No veo en pantalla claramente ese punto de inflexión íntimo que la hace retomar su nuevo camino. 

Juan es algo misterioso y la historia juega con la dicotomía de si él realmente está ayudando a Ada por genuino interés en su salud o actúa como un líder sectario para seguir experimentando con impactados luego de un escándalo por el cual le retiraron su licencia de médico. Eso es un gran acierto, pero también considero que es un personaje que por más que busque tener su redención, que parece tenerla muy internamente, no logra tener la importancia necesaria para la historia, sino que este perdón o redención se lo aplica Amanda desde antes que suceda pero sólo desde su perspectiva, tratando de trasladarlo a toda la película y a los hechos en sí.

«Nada hace sentir al cuerpo como la electricidad», y aunque vemos a la protagonista buscar esa electricidad en su intimidad, y también junto a los impactados del grupo; me faltaría un poquito más de qué siente Ada, qué se le cruza por la cabeza, qué le hace sentir realmente y porqué vuelve tras eso. Tampoco quiero que me expliquen y muestren todo pero ya habiendo algo de diálogo que subraya hubiera preferido que sea por parte de Amanda cuestionándose lo que está atravesando y no de otros personajes hacia ella.

El primer acto me parece muy bueno, los primeros minutos son realmente fascinantes, luego creo que al abrir tantas ramas en el segundo acto que aborda superficialmente o por lo menos no toca en profundidad las subtramas que más me hubiera gustado personalmente (aunque frente a esto me la tengo que aguantar y listo, pues un autor, autora en este caso, no puede satisfacer las expectativas generadas por cada espectador, sino retratar la propia historia que quiere contar) y sí aborda, por ejemplo, un interés amoroso que demasiado no me interesó y cuando logra que me interese me cuenta que el suceso más trágico que le podría ocurrir a una persona sin que se le caiga una lágrima, incluso narrando lo ocurrido en el lugar de los hechos, y aunque claramente quien cuenta esa experiencia intenta minimizar el dolor no utilizando palabras que le duelan al mencionar tan directamente lo ocurrido para no reabrir esa herida, no me llega como debería. Si a esa escena se la hubiera cargado de más drama ya sea en el guion, puesta en escena o en la actuación me hubiera funcionado mucho mejor. Y obviamente no está para nada mal lo que tenemos en pantalla, al contrario, está muy bien pero son puntos altamente subjetivos desde el espectador y las decisiones plasmadas de dirección, guion e interpretación.

Fuera de lo que es el cine en sí y suponiendo… Que está mal pero no tan mal, debe haber mayor metraje que no quedó en el corte final de lo que sería el tercer acto, me hubiera gustado ver un poco más de Amanda con su pareja, su comunicación y vínculo. Además de ver ella como intenta retomar su vida y el futuro que ahora le espera. Y no es que quiera ver que pasa después del último plano de la película, que me parece un hermoso cierre, sino los días o semanas previas a eso para poder tratar de entender como Amanda enfrenta su situación con todo lo aprendido a partir del rayo y las reuniones con los impactados. 

Me interesaría saber si el guion se abordó a partir de un caso real (o varios) y se desarrolló a partir de esa experiencia o si desde la necesidad de contar una historia se ficcionó el contexto necesario para sostener lo que realmente Lucía, y Lorena Ventimiglia con quien coescribe el guion, querían hacer y narrar, 

Es una de esas películas que al ser independientes y sin demasiado marketing en nuestro país, las encontrás un tiempo después en alguna plataforma de streaming y al verla te preguntás ¿Por qué no habré ido al cine a verla si es tan buena? Y sólo hay dos respuestas, o nunca te enteraste de su existencia o no confiaste en el cine argentino y seguramente priorizaste algún producto anglosajón. Banquemos en las salas al cine argentino de autor. 

Gran gran película. Realmente me encantaría que le vaya bien en salas a una obra así y que el público sea quien exija más historias como esta. Aguante el cine argentino.

Calificación: 7/10

Por Julián Lloves para La Butaca Web.

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