Crítica: Pobres Criaturas

Por Guillerml Verón



La obra del griego es un caso aparte dentro del cine. Su forma de contar historias no es algo a lo que el espectador promedio está acostumbrado. Sin embargo, la industria hollywoodense le ha dado un lugar de lujo ya que no se ve tan cohibido (como otros realizadores). Dentro de sus films, hemos visto comedia negra pero esta vez parece ir más allá de todo. Ya en los trailers y afiches podemos percibir que estamos un estilo cine muy clásico. ¿Estamos ante otro gran tabajo?



Bella es una joven revivida por un científico ambicioso: el doctor Godwin Baxter. Para ella todo es nuevo y constantemente siente curiosidad por aprender de lo que la rodea. Cuando conoce a Duncan, un perverso abogado, ambos hacen un recorrido por varios continentes por lo que la muchacha empezará a comprender su sentido de la vida.

Aunque la sinopsis parezca no ofrecer sorpresas, les aseguro que las hay. El enfoque que el realizador le da nos hará, no sólo ser parte de la aventura de Emma Stone, sino también nos dará una caricia a las almas cinéfilas. Nos encontraremos con un surrealismo extravagante en el que podemos sentir estilos y aspectos de otros trabajos y autores como: «El Barón de Munchausen» de Terry Gilliam, algo de lo clásico de Tim Burton; encuadres coloridos y casi irreales como los de Wes Anderson, con cierto dejo del sucio ‘gore’ estético de cintas de la «Hammer».


El trabajo de Stone es colosal. Se sabe que es una gran actriz. Muchos lo pudimos notar desde sus inicios en largometrajes como «Easy-A» o «Supercool». Se entrega de lleno a esa experimentación que necesita para el rol. La temporada de premios ya arrancó y arrasa por donde pasa. Basada en el libro de Alasdair Gray y con guión de Tony McNamara, la fusión de este guionista con la intérprete nos da grandes cosas. Más si sumamos el talento del autor que nos trajo «The lobster». Todos fueron parte de «La favorita» (donde hay algo de ese tono y humor).


Un párrafo aparte también son Willem y Mark, cumplen de sobra con una increíble labor. La contención y el conflicto que requiere la protagonista.
Visualmente es soberbia; hasta lo más artificial se siente más real que casi todos los efectos digitales de las grandes producciones de Hollywood. La ganadora del «Léon de Oro» en el Festival de Venecia es un obra difícil de digerir en una primer cita. Pero cuando reflexionas sobre ella notás la maravilla del séptimo arte que es.


Ni la misma Mary Shelley pudo representar a esta bella Frankestein, dotada de las mejores partes de una industria que parece podrida pero aún queda una gran inteligencia y amor por lo que esos retazos le da vida a este valioso espécimen.

Calificación 8/10

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