Por María Barci
“Regresando vencedor de una batalla decisiva contra los invasores, Macbeth es interceptado por las brujas fatídicas del páramo de huesos, quienes le profetizan un provenir de gloria y poder. A partir de ese encuentro inesperado y del influjo de su esposa, se internará en un derrotero de crímenes con los que intentará precipitar los vaticinios. Pero las profecías de las sombras esconden una trampa para los que a ellas se confían».

Esta obra es una sucesión de personajes fuertes, impactantes, débiles, abusivos, traidores manipuladores y todos magistralmente interpretados por el brillante Pompeyo Audivert.Audivert le presta su cuerpo (diría “sus” cuerpos porque cada personaje parece estar hecho por un cuerpo distinto) a cada uno de sus personajes, sus voces que son todas diferentes, sus gestos y sus sentimientos.
En un poco más de una hora el genial Audivert es (porque no hace de, él ES) Hécate, cada una de las 3 brujas, Lady Macbeth, Banquo, el sirviente de Macbeth, el rey Duncan y el propio y torturado Macbeth.
El contraste de Lady Macbeth y del propio Macbeth en una escena en que ambos tienen una conversación, sólo, a proscenio con un marco de cuadro en la cara y alumbrando él mismo su cara una vez con una luz roja y otra con una luz azul (dependiendo de si es Lady Macbeth o su marido) es IMPRESIONANTE y podría seguir puntualizando cada momento porque cada uno es mágico pero quiero que no se pierdan de descubrirlo ustedes mismos y así sentir la magia que sucede cuando hay talento arriba del escenario.
Como dije, cada personaje tiene su propia voz, su propio cuerpo, su propia historia y todos surgidos de un solo y enorme actor.
La escenografía es mínima y es totalmente suficiente, diría más, que es utilería, que entra y sale de la mano del sirviente, que habla en alemán, sólo y como protestando, es increíble
El vestuario es simplemente una camisa grande color nude y no necesita más, todo su talento hace el resto. Lo acompaña en cello Claudio Peña, acentuando los momentos fuertes, importantes y violentos con su bella música (original) y con un talento exquisito.
Audivert además es el autor de esta versión para un solo actor de la tragedia del genial Shakespeare, pero también es el director. Tres en uno, y uno mejor que otro. El escenario del teatro Metropolitan es grande pero a este enorme actor no le queda grande, él sólo en escena habita el espacio con soltura, con profesionalismo y con un talento increíble.
Estuvo mucho tiempo en el Centro Cultural de la Cooperación con localidades agotadas siempre y ahora pasó al teatro Metropolitan que seguro seguirá agotando sus localidades.
No se pierdan esta master class de actuación, no se pierdan de ver a un enorme y talentoso actor, no se pierdan esta versión de un Macbeth para un sólo actor porque un solo y enorme actor es un montón de personajes a cada cual mejor.
Gracias señor Pompeyo Audivert por una noche a puro talento, la magia se produce y salí plena.
Actuación, dirección y versión para un solo actor: Pompeyo Audivert
Música y cello en vivo: Claudio Peña
Asistentes: Mónica Goizueta, Marta Davico, Verónica Costa, Iván Altschuler
Producción ejecutiva: Mónica Goizueta, Marta Davico
Vestuario: Luciana Gutman
Diseño de luces: Horacio Novelle
Escenografía: Lucía Rabey
Fotos prensa: Santiago Martinelli
Diseño/Redes: Verónica Costa, Micaela Borlasca
Foto afiche: Bernabé Rivarola