Crítica: Ferrari

Si, adivinaron. Esta es la película autobiográfica del creador de la icónica marca del cavallino rampante, Enzo Ferrari. En particular cuenta un momento bisagra de su vida donde las deudas y los conflictos personales amenazan con su cierre y la única posibilidad de supervivencia es ganar las mil millas e incrementar las ventas de autos para poder mantener la escudería. El problema, Masserati tiene la misma idea. ¿Podrá lograrlo? Sabemos que si porque hoy es una de las marcas de autos más reconocidas en el mundo, pero aquí lo importante es conocer la vida de Enzo y la época de oro de los motores italianos. Veremos más abajo si la peli lo logra. 

La historia: 

Diez años después de que fue creada la fábrica de automóviles Ferrari, Enzo vive complicado. Por un lado tiene una familia paralela que, de muy buena manera hay que decirlo,  le exige que le ponga su apellido a su hijo. Por otro lado su esposa actual, que también maneja las cuentas de la compañía y tiene la mitad de las acciones. La relación entre ellos es tensa especialmente después de que perdieron a su pequeño hijo.

Por otro lado las carreras, la verdadera pasión de Enzo, no están yendo tan bien. La compañía rival Maserati les roba los records y ellos intentan recuperarlos y pierden allí a uno de sus mejores pilotos, que rápidamente reemplazan. El commendatore Ferrari es claramente un tipo frio y distante que sólo parece sentirse cómodo hablando de motores.  

El último frente abierto que tiene el protagonista es el económico, la empresa gasta más en las carreras que lo que genera de las ventas de autos y su contador le da una única opción para salvarse de la quiebra, ganar las mil millas y generar la suficiente publicidad para poder vender cuatrocientos autos por año, claro que su rival Masserati tiene el mismo plan y todos ven que se avecina una curva donde sólo uno podrá pasar. ¿Podrá Enzo ganar la carrera, salvar su compañía y su vida personal, o lo perderá todo en el intento?  

¿Qué me gustó?

Esa representación de lo que todo el pueblito, Maranello, sentía por las carreras y por esta marca está muy bien representado. Una pasión que se sentía hasta en la misa del domingo y donde todo el pueblo apoyaba a su marca que competía con otras de pueblos vecinos, según la película el mayor rival era Maserati de la ciudad vecina de Módena.

Las actuaciones son muy buenas, con dos actores geniales, Adam Driver y Penélope Cruz que intentan hacer un inglés con acento italiano y a veces sale muy bien.

¿Qué no me gusto?

Pese a que, como dije en el punto anterior, las actuaciones son muy buenas, hay planos que duran demasiado mostrando reacciones o emociones que sacan un poco de la historia y quizás tengan más que ver con un deseo de los actores por ganar algún premio.

Los efectos especiales, que se aplican de las carreras, por momentos se ven bien pero en muchos casos parecen falsos y mal resueltos, poco aceptable para una película con este nivel de producción.   

¿Aporta algo nuevo al género?

Es un drama autobiográfico bastante lineal, lo que uno agradece en este tipo de películas para poder entenderlas mejor que si fueran saltando por diferentes años queriendo contar toda una vida en dos horas como sucede en otra películas. 

En este caso también está  bien elegido el momento crítico en la vida de Enzo y la fábrica, que sirve como parámetro para contar toda su vida sin tener que ir saltando a través de los años.

¿A quién recomiendo ir a ver esta peli? 

Fanáticos de la marca por supuesto, amantes de los autos en general y a cualquiera que quiera ver un buen drama autobiográfico contado correctamente y con buenas actuaciones.  

Calificación: 6/10

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