Por Marta RG
¿Alcanzarás a ser relevante?
En el juego encarnamos a Wiktor Szulski, un personaje curioso con un desarrollo de personalidad ya que se trata de un taumaturgo algo diferente.

Los taumaturgos son personas que pueden de algún modo relacionarse con los Salutor, unos entes sobrenaturales que campan tranquilamente por nuestro mundo (y bastante malrolleros). Pues bien, Wiktor no solo puede relacionarse con ellos sino que, al contrario de lo habitual, él puede contactar con más de uno lo que le hará conseguir ciertas ventajas.
Nos encontramos en el s. XX, en una Varsovia plagada de diversos intereses políticos que dará una ambientación muy llamativa al juego en general que se nos muestra con una vista isométrica. Nuestra historia se centra en la vida de Wiktor después del fallecimiento de su padre y su viaje para volver con su hermana.
Lógicamente no podía ser esa la única intriga latente en el juego, así que se irá complicando la cosa según avancemos en nuestra historia.

Relaciones y desarrollos
Como he dicho, Wiktor puede interactuar con distintos Salutor aunque nuestro principal aliado es Upyr. Cada uno de los Salutor tiene habilidades diferentes que nos vendrán muy bien para conseguirlas y que Wiktor salga victorioso de todo tipo de situaciones.
Esta dinámica de absorción es sencilla, pero hace que nuestro protagonista acabe maltrecho por lo que debemos tener en cuenta la situación e intentar curarnos cuanto antes.
Es importante saber que estamos ante un RPG por lo que nuestras decisiones es posible que generen todo tipo de consecuencias. Aunque siento que en este aspecto el juego flojea bastante, al final se toman un puñado de decisiones que apenas tienen relevancia durante la trama.
Al final acabamos en el mismo punto (en muchas ocasiones) independientemente de las decisiones que tomemos.

La trama y las subtramas
Aquí, como pasa en muchísimos juegos, casi resulta más interesante el mundo secundario que el principal. Además, es muy recomendable llevar a cabo misiones secundarias ya que nos mejorarán las facultades de Wiktor que nos facilitarán el avance (en este punto me recordaba bastante a Mass Effect guardando las distancias).
Pero, no recomiendo ir a fuego a por las secundarias ya que habrá momentos en los que el juego bloquee el desarrollo de personaje hasta avanzar en la trama principal ya que necesitaremos haber desbloqueado algo previamente.
Por otro lado, el hacer misiones secundarias nos ayudarán a mejorar en combate. El combate se desarrolla por turnos y siempre contaremos con dos acciones: la nuestra y la del Salutor por lo que siempre es recomendable haber avanzado en sus especializaciones para sacarle más partido al combate.
Este aspecto queda de nuevo algo flojo aunque los final boss sí que son bastante llamativos y algo complicados, el combate en general se hace algo monótono y superfluo si le pillas el truco.

La apoteosis final
Si algo me ha gustado del juego es el final. Y lo que siento es que me descuadra totalmente del conjunto jugable. Mientras que las primeras partes son monótonas y apenas aportan trascendencia, en la última parte tenemos todo de golpe.
Todo lo que habíamos ido decidiendo por el camino y que pensábamos que no repercutía en absoluto, sorpresa, sí lo hace. Todas las interacciones, relaciones y decisiones vienen ahora para cambiar por completo nuestra historia.
Las misiones que se terminaban haciendo repetitivas y cansinas, se eliminan en gran medida en el final por lo que nuestra única preocupación debe ser salir airosos de las decisiones que hayamos tomado.
Conclusión
Si The Thaumaturge hubiese sido como en el último tramo durante todo el juego habría sido una auténtica maravilla. La localización está muy lograda y resulta atractivo explorar todo lo posible, pero pincha en lo jugable ya que se hace muy cansino.
Decisiones que sentimos que no van a ningún lado y misiones que se amontonan para resolverlas de la manera más sencilla posible, entorpecen un final genial que casi logra hacernos olvidar la previa.
Una pena que ese talento que se atisba solo se deje ver en el final y no a lo largo de todo el juego.