“Inestable”
Por Sofía Luna Roberts
La psique del ser humano contiene profundos pliegues de la conciencia que se nutren de la realidad que percibimos a través de los sentidos y las experiencias a las que estamos sometidos como sociedad. Ya desde nuestro primer contacto con el exterior empezamos a desarrollar costumbres y valores que le dan sentido a nuestra frágil existencia. Es así, como también, comienzan a aparecer otro tipo de percepción que está más ligado a los miedos, fobias, inseguridades, traumas y nos terminan convirtiendo en una persona “inestable”. El dúo Sutottos nos invita a un viaje de exploración sobre las profundidades del ser humano a través del humor y la neurosis, “Inestable” se presenta en el Teatro Picadero (Discépolo 1857) todos los sábados a las 18 hs.

Con dramaturgia, dirección y actuación de la dupla Andrés Caminos y Gadiel Sztryk, la obra nos muestra un espacio atemporal en donde dos personajes exóticos se despliegan de manera magistral exponiendo sus fragilidades y contradicciones que, con el devenir de la pieza, nos vamos dando cuenta que es inevitable sentirnos cercanos a estas ansiedades que exponen. Desde el temor a lo desconocido hasta la claustrofobia, pasando por las obsesiones y manías, la obra comienza a tomar un tinte reflexivo y nos confronta con nuestros propios miedos y cómo éstos pueden distorsionar la realidad en la que vivimos.
La puesta en escena es minimalista ya que se centra en los dos personajes y en la fuerza de su interpretación. Con actuaciones que mezclan lo clown, dramático y cómico, ambos actores logran trasmitir a la perfección las distintas emociones y estados de ánimos de los personajes (y del público también). La gestualidad y el efectivo control del cuerpo en escena es lo principal a destacar. En algunos momentos, los movimientos corporales y faciales dicen más que las palabras y logran un verdadero reconocimiento por parte del público ya que gracias a esas gestualidades absurdas generan un instante patético en donde la risa es 100% asegurada.
Me gustaría hacer una mención especial a esos momentos en donde surgen ciertos acercamientos a lo nostálgico que logra calmar las inquietudes de los personajes. Ese espacio dedicado solamente al pasado representando un puente hacia aquella niñez en donde todo era feliz y sin preocupaciones me parece muy apropiado. Hay un contraste muy fuerte entre el presente y el pasado, la vida pasó por el medio convirtiendo a estos personajes en el resultado de miles de experiencias y situaciones difíciles que tuvieron que atravesar, como todos los presentes en la sala.
El recurso del humor ácido y sarcástico se convierte en una herramienta fundamental para deshacerse de esas inseguridades y ansiedades que nos habitan. La risa nos permite procesar los miedos que los personajes representan y librarnos, aunque sea un poco, del peso que nosotros le atribuimos. El uso al máximo de este recurso es muy curioso ya que el espectador termina riéndose de él mismo. Esto es porque la obra funciona como espejo de cómo nos tratamos a nosotros como personas pensantes y sensibles en un mundo lleno de presiones, dolores, culpas ajenas e injusticias que nos empujan a cuestionar la delgada línea que separa la realidad de la percepción propia.
“Inestable” nos refleja y nos impulsa a dar un viaje de introspección de la mano del dúo Sutottos para gestionar nuestros miedos y reírnos a carcajadas de ellos. Cambiar nuestra perspectiva para empezar construir una realidad un poquito más sana y equilibrada. Presenta una montaña rusa de emociones que nos desafía para adentrarnos en esos pliegues de la conciencia y convertir nuestra verdad en algo que no nos limite más.