Pablin Teve
En su primer largometraje, Diego Lumerman, guionista, director y productor de cine argentino, retrata la vida y la historia de Carlos Procopiuk, padre de la cinematografía patagónica, filmó durante más de 50 años combinando documental, cine comunitario y ficción de género fantástico. La película interpreta su legado a partir de los testimonios de su familia, amigos y colaboradores pero sobre todo, a través de sus filmografía, contenida en un archivo que incluye materiales en 16mm, Super8, Super VHS y U-Matic. “Procopiuk” nos presenta al territorio patagónico como un lugar lleno de posibilidades y a un director entusiasta, capaz de llevar a la realidad sus sueños y comprometer a más gente en ellos.

Lo que me gusto
Carlos Procopiuk fue un verdadero ícono del cine documental argentino, un apasionado de la Patagonia que ha dedicado más de 5 décadas a capturar la esencia de esta tierra mágica,la provincia de Neuquén.
En este film vemos una historia de real amistad, de compañerismo, y una muestra de lo más lindo que tenemos como seres humanos, el poder de la construcción colectiva. Procopiuk no hubiera sido quién fué, de no ser por la ayuda incondicional de sus amigos, y de aquellos que supieron leer la profundidad de su ser y decidieron acompañarlo en sus aventuras.
Su obra es un viaje nostálgico a través de paisajes impresionantes y comunidades vibrantes y rituales antiguos. Cada fotograma resuena con la vida y las historias de sus habitantes. Lo que hace que su legado sea aún más especial es que muchas de sus producciones fueron creando un sentido de comunidad y complicidad entre los habitantes. Con una mirada profunda y poética, ha tejido una narrativa que celebra no solo la belleza de la Patagonia, sino también la rica herencia cultural de sus gentes.
Su filmografía es un legado invaluable: una invitación a recordar y redescubrir la Patagonia a través de sus ojos. En un mundo que avanza muy rápido, su trabajo nos ancla a la historia y a las raíces de una región que sigue siendo un refugio de maravillas.
Lo que no me gustó
Es difícil encontrar algo que no me guste en este tipo de documentales, pero creo que lo que le resta un punto, es la ausencia del relato familiar, de la voz de lo que lo conocieron en la intimidad. Su nieto fué el único que decidió responder sobre su abuelo . Sus hijos, por otro lado, decidieron no formar parte del proyecto, quedando así, truncada la posibilidad de llegar a conocer ese otro costado que tenía Procopiuk que sin dudas, podría haber sumado al contenido del documental.
Calificación 8/10