Por Pablin Teve
Cuando ‘M’, un joven holgazán y quejica, descubre que su abuela sufre una enfermedad terminal, decide dejar a un lado su precaria carrera como streamer para cuidar de ella. Eso sí… Con la mirada puesta en su patrimonio multimillonario. Pero ganarse a la abuela no es fácil. Resulta ser una mujer de armas tomar, exigente, rigurosa y muy difícil de complacer. Y, por si fuera poco, ‘M’ no parece ser el único sucesor bienintencionado. ¡Tendrá que sacar a relucir sus mejores virtudes si quiere proclamarse el beneficiario de la herencia! No obstante, a medida que pasen los días, ‘M’ comenzará a ver más allá de su propio interés y empezará a valorar la oportunidad de reconectar con su abuela en sus últimos momentos.

Lo que me gustó
La evolución de M, desde un cínico egoísta hasta alguien capaz de ver más allá de su propio interés, es el corazón de esta historia. La dinámica entre M y su abuela, una mujer de carácter fuerte e inquebrantable, está llena de chispa y calidez. Sus intercambios son ingeniosos, y los desafíos que ella plantea a su nieto se convierten en lecciones sutiles, pero impactantes.
Además, los personajes secundarios —como el «otro competidor» por la herencia o los vecinos curiosos— aportan toques cómicos y momentos memorables que enriquecen la narrativa. Todo esto se acompaña de un guion ágil y reflexivo, que sabe cuándo arrancar una carcajada y cuándo tocar el corazón.
Sin caer en clichés o sentimentalismos forzados, la historia nos recuerda que, a menudo, las verdaderas riquezas no están en el dinero, sino en las conexiones humanas. Una obra que hará reír, reflexionar y, posiblemente, derramar más de una lágrima. En mi caso, casi me deshidrato.
La cinematografía de la película captura eficazmente la atmósfera de la casa de Amah, un espacio que se convierte en un personaje por derecho propio. Los encuadres íntimos y la iluminación suave contribuyen a crear un ambiente de nostalgia y melancolía que impregna la narrativa. Sin embargo, en ocasiones, la dirección cae en el sentimentalismo, recurriendo a técnicas visuales y sonoras que pueden resultar manipuladoras para el espectador más crítico.
Lo que no me gusto
No tener a mi abuela para ir a verla juntos y en cuanto a la pelicula, no pude encontrar nada que no me gustase. Es impecable, eso si, quiza si no te gusta llorar en el cine, esta no sea tu pelicula.
Calificación 10/10