Crítica: Megalópolis

Por Pablinteve


Una fábula épica romana ambientada en una América moderna imaginada. La ciudad de Nueva Roma debe cambiar, lo que provoca un conflicto entre César Catilina, un genio artista que busca saltar hacia un futuro utópico e idealista, y su opositor, el alcalde Franklyn Cicero, que sigue comprometido con un statu quo regresivo, perpetuando la codicia, los intereses particulares y la guerra partidista. Dividida entre ellos está la socialité Julia Cicero, la hija del alcalde, cuyo amor por César ha dividido su lealtad, obligándola a descubrir lo que realmente cree que la humanidad merece.


LO QUE ME GUSTÓ
Visualmente, Megalopolis es un espectáculo. Coppola combina lo mejor de la tecnología moderna con su inconfundible estilo clásico, creando una ciudad que parece sacada de un sueño (o una pesadilla, dependiendo de cómo la mires). La mezcla de arquitectura futurista y ecos del pasado es simplemente hipnotizante.
El elenco es otro de sus puntos fuertes, contando con un grupo de renombrados actores que incluyen a Adam Driver (Star Wars: El Despertar de la Fuerza), Aubrey Plaza (Parks and Recreation, The White Lotus), Nathalie Emmanuel (Juego de Tronos), Forest Whitaker (La habitación del pánico), Laurence Fishburne (Matrix), Jon Voight (Vaquero de Medianoche), Talia Shire (Rocky) y Shia LaBeouf (Transformers).
Si este es el adiós de Coppola, no podría haber elegido un mejor cierre. Megalopolis es su legado, una obra que celebra la ambición y el poder del cine como arte.


LO QUE NO ME GUSTÓ
Quizás el mayor problema de Megalopolis es su propia ambición. En su intento por ser un proyecto monumental y trascendental, se siente dispersa, como si Coppola quisiera abarcar demasiados temas sin profundizar realmente en ninguno. La película aspira a ser el testamento artístico de un maestro, pero termina siendo una obra que se ahoga en su propia grandilocuencia.


En resumen, Megalopolis es una obra que, aunque merece crédito por su valentía y ambición, falla en ser la culminación épica que podría haber sido. Para los fanáticos de Coppola, puede ser una curiosidad interesante, pero para el público general, es un recordatorio de que incluso los más grandes pueden tropezar.

Calcificación 7/10

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