Crítica: Hasta el fin del mundo

Por Pablinteve

Vivienne Le Coudy, una mujer tremendamente independiente, se embarca en una relación con un inmigrante danés llamado Holger Olsen. Después de conocer a Olsen en San Francisco, Vivienne accede a viajar con él a su casa, cerca del tranquilo pueblo de Elk Flats, donde comienzan una vida juntos. Sin embargo, la Guerra Civil los separa, dejando a Vivienne sola en un lugar controlado por el poderoso ranchero Alfred Jeffries y su violento y descarriado hijo, Weston.



Lo que me gustó
La dirección de Mortensen es tranquila y pausada, sin prisa por contar la historia. Él prefiere tomarse su tiempo para mostrar las emociones de los personajes a través de pequeños detalles, los silencios y las miradas, en lugar de grandes escenas dramáticas. La película tiene un ritmo lento, pero eso le da una especie de magnetismo: te atrapa en su mundo y te invita a sentir lo que los personajes están atravesando. No es una película para quien busca acción o grandes giros argumentales, sino para los que disfrutan de un cine más reflexivo y emocional.

Lo que no me gustó
En lo personal el genero Western siempre le siento aroma a algo viejo. No me agrada, no me interpela, si bien la peli cumple, no hay sorpresa. Parece que los mismos decorados pasan de pelicula en pelicula a lo largo de los años, y si bien seguramente no sea asi, a mi me huele a naftalina.

Puntaje: 6

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