Análisis: Kingdom Come: Deliverance ll

Por Jorge Marchisio



Dentro del mundo de los rpg, hubo un videojuego que destacó por sobre la mayoría, debido al realismo y dificultad que presentaba, incluso en sus modalidades más fáciles. Estamos hablando de Kingdom Come: Deliverance, que ahora estrena su continuación. Veamos que nos trajo la gente de Warhorse.



En esta secuela, volvemos a tomar el control de Henry, quien sigue en búsqueda de la espada forjada por su padre, mientras hace las veces de protector personal de un miembro de la realeza. Pero siguiendo con su clásica mala suerte, al inicio de la aventura termina casi en una posición de pordiosero. Ahora dependerá de nosotros devolver a Henry por el buen camino.

Muchos podrían tildar a Kingdom Come: Deliverance ll de ser una secuela demasiado continuista, debido a que no hay demasiadas innovaciones. Pero como dice la famosa frase “¿Por qué arreglar algo que no está roto?”. Y eso queda en evidencia en los primeros compases de la historia, donde antes de las dos horas de gameplay tendremos varios combates; algo que sí evolucionó y que ahora tendremos un sistema de contraataques bastante intuitivo. En ese sentido, si hay una leve mejora con respecto al juego pasado.



Por desgracia hay otras mecánicas que siguen iguales a lo visto con anterioridad. Y si, una de ellas es la de forzar cerraduras, algo que era en extremo complicado hacer con un joystick, y que vuelve a serlo ahora. Si pulieron otras mecánicas, es bastante extraño que no hayan arreglado la que más dolores de cabeza nos generaba.

Otro punto clave, es que el juego es un poco vago o ambiguo a la hora de marcarnos dónde se encuentra nuestro objetivo. En el mapa solo veremos los puntos donde nuestra misión principal y las secundarias se encuentran, y ya, no se nos especifica que tenemos que hacer. Para aquellos que están acostumbrados a que los juegos los guíen un poco más, esto puede ser un poco exasperante. Aunque esto ya es algo más de cada uno y no tanto culpa de Warhorse.



En conclusión, Kingdom Come: Deliverance ll es una buena secuela, pero solo si disfrutaron de su juego predecesor. Respetando casi todo aquello que lo hizo destacar en su momento, estamos ante otra inmersión a la edad media sin ningún tipo de fantasía, poniendo a prueba no solo nuestra paciencia sino las muchas cosas que se nos irán enseñando a lo largo de nuestro viaje.







Lo mejor: el apartado gráfico, no es condescendiente con el jugador, la inmersión.

Lo peor: pocas innovaciones, las peores mecánicas siguen igual que antes.



Calificación 8/10

Crítica: Las Moiras



Este Miércoles tuvimos la oportunidad de asistir a la obra «Las Moiras» en el teatro Metropolitan. La historia se centra en tres mujeres del barrio de Once que, según la tradición, tienen el poder de decidir el destino de las demás mujeres judías al unir parejas según sus criterios, pero todo cambia con la presencia de una joven que rompe con sus esquemas establecidos.



Las tres mujeres que tienen sus métodos para unir parejas en la comunidad, reciben la visita de una joven que tiene una propuesta para modernizar este antiguo sistema, esto desencadena una serie de eventos hilarantes y absurdos que ponen en cuestión las costumbres y tradiciones del judaísmo ortodoxo.

La obra también incorpora elementos de mitología judía, como la aparición de «El Dibuk», un espíritu que toma el cuerpo de una joven para cobrar una deuda. Este elemento añade una capa adicional de profundidad y complejidad a la historia.

Las actrices que interpretan a las tres «Moiras» y a la joven que desafía el sistema tradicional despliegan un gran talento y habilidad para crear momentos hilarantes y emotivos. La química entre ellas es palpable y añade mucho a la diversión y el disfrute de la obra.

Una de las cosas más destacadas de «Las Moiras» es su capacidad para hacer crítica social y cultural de manera divertida y accesible. La obra logra desde su simpleza abordar temas importantes como la tradición, la identidad y la libertad de elección.

En resumen, «Las Moiras» es una obra teatral divertida, inteligente y emocionante que es perfecta para cualquier persona que busque una experiencia cultural y entretenida. No es necesario tener conocimientos previos sobre la cultura judía para disfrutar de la obra, ya que es accesible y fácil de seguir para todos los públicos.

Detalle: La obra puede verse los días miercoles a las 20:15 horas en el Teatro Metropolitan durante el mes de febrero. Las entradas se adquieren por Plateanet.

Crítica: Amenaza en el aire


Por Gustavo Condano

Por fin un thriller como los de antes.

Dirigido por Mel Gibson, este thriller nos trae una historia sencilla pero efectiva que realmente te mantiene al borde de la butaca, o en este caso más bien, al borde de estrellarse contra los picos de la montaña.



La historia:
Madolyn, interpretada por Michelle Dockery, es una US Marshal que volvió a las calles hace poco y que debe transportar a un delincuente, interpretado por Topher Grace (El querido Eric de “That 70’s Show”), que aceptó testificar contra un poderoso narcotraficante, su testimonio es muy importante ya que era su contador y también se quedó con algún vuelto en el camino.
El problema es que lo atrapa en un remoto lugar de Alaska y la única opción de trasporte es una pequeña avioneta que debe atravesar las montañas nevadas para llegar a Seattle.
Para esta difícil tarea cuentan con el personaje interpretado por Mark Wahlberg, que ellos suponen es un experimentado piloto que según él conoce esa ruta de memoria, aunque a poco tiempo de despegar nos enteramos que no tiene tanto interés por que todos lleguen al destino. ¿Podrán llegar al juicio o se convertirán en la chamuscada cena de algún lobo del ártico? Habrá que verla para enterarse.

¿Qué me gustó?
Realmente te mantiene al borde de la silla, siempre hay algo nuevo por descubrir (a veces verosímil y a veces no), no tiene momentos aburridos. Se pone el objetivo de ser entretenida y no tiene miedo de ocultarlo.
Los personajes principales, con quiénes compartimos el 95% de la peli están bien definidos, tienen su tono y los vamos descubriendo a medida que avanza la trama. Hay que aclarar que no tienen un gran arco ni mucha profundidad pero son funcionales a esta historia.

¿Qué no me gustó?
Este avance constante de la historia y el objetivo de siempre estar generando situaciones nuevas tiene un costo. Algunas cosas de las que pasan son poco creíbles o van en contra de lo que debería hacer el propio personajes por su contrucción, pero todo sea por mantener al público entretenido.

¿Aporta algo nuevo al género?
Es un thriller clásico que está interesado en sorprenderte a cada momento, por lo que sacrifica en algunos momentos la verosimilitud. No pretende innovar sino mantenerte alerta a cada momento, lo que cumplen y eso se agradece.
Podría parecerse a una mezcla entre Con Air (1997) y Pasajero 57(1992) aunque con un avión mucho más pequeño, mejor paisaje y algo más de humor.

¿A quién recomiendo ir a ver esta peli?
A todos los que disfrutan de un buen thriller, en espacio cerrado con acción, emoción y hasta un poquito de humor, no se van a arrepentir de ir a verla.

Disponible el 6 de febrero en cines
Calificación: 8/10
Duración: 91 minutos

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Crítica: Amenaza en el aire

Por Nancy Benegas


Sinopsis
Una teniente General es  encargada de trasladar en un vuelo a través del desierto de Alaska, a un testigo del gobierno que ha aceptado ofrecer testimonio sobre un caso que incrimina a un importante jefe de la mafia. En pleno viaje descubre que el piloto no es quien dice ser, y  su vida y la del hombre a quien debe proteger corren peligro.


Reseña
Grata sorpresa encontrar un guion amable, dinámico y divertido muy bien logrado, que no abusa de efectos especiales y tiene la duración justa para una film de acción y suspenso con mucha adrenalina. Con solo tres protagonistas, por cierto, muy bien elegidos, la trama deja de ser solo una película pochoclera del momento, para convertirse en una interesante propuesta que te hace pasar un buen rato.
Con la dirección de Mel Gibson, recordado por sus buenas interpretaciones y la gran intensidad con la que abarca sus proyectos a la hora de dirigir, la historia cuenta con toques originales de humor negro, momentos bizarros entretenidos, y algunas otras humoradas ya vistas que recordaran a películas icónicas como ¿Y dónde está el piloto?
Interpretada por Mark Wahlberg en una versión desliñada diferente a la que suele interpretar, Michelle Dockery, reconocida por su papel de Lady Mary Crawley en la serie Dawton Abbey, por momentos visualmente parecida a nuestra argentina Julieta Díaz y Topher Grace, aquel joven que alguna vez supo ser Venom para el Spiderman de Tobey Maguire. Juntos logran engranar y potenciarse de una manera muy atractiva.


Amenaza en el aire tiene la dosis de aventura, sorpresa y humor justa para entretener. Sin dudas es una peli interesante para ver en pantalla grande, que se transforma en un planazo para tener en cuenta si te gusta el cine de acción.


Detalle de color
Cuenta la leyenda que allá lejos y hace tiempo, Mel Gibson acostumbraba a hacer bromas bastante audaces a sus compañeros de trabajo, víctima de esta situación fue Julia Robert a quien le regalo un rata muerta congelada en un bello paquete de regalo solo para ver su cara de sorpresa.


Ficha Técnica
Dirección: Mel Gibson
Protagonistas: Michelle Dockery, Mark Wahlberg, Topher Grace
Año/País: 2025 – Estados Unidos
Duración: 91 minutos


Puntaje: 8/10

Crítica: El Brutalista (The Brutalist)

Un judío de origen húngaro escapa del infierno europeo de la Segunda Guerra Mundial para llegar a Estados Unidos. Lo primero que observa al asomarse por el barco que lo trae a América es la estatua de la libertad. La cual; en un plano bellísimo, poderoso y tremendamente expresionista se la observa de cabeza, torcida. El sueño americano no es tal cual nos lo pintan. Una obra contundente. Sin dudas la mejor de 2024 y probablemente la mejor película de esta década.

László Toth (Adrien Brody), el inmigrante judío, encuentra refugio en Pennsylvania gracias a un primo que le ofrece trabajo y un lugar donde dormir en su tienda de muebles, llamada ‘Miller e hijos’, lo cual le resulta desconcertante a László ya que su primo no se apellida Miller y no tiene hijos, entiende que para sobrevivir en Estados Unidos tuvo que camuflarse. Incluso su primo gracias a su nueva esposa ahora es católico y vive como un americano más. La película es una lucha constante sobre la dualidad para un artista entre vivir una vida bajo propias decisiones y el agachar la cabeza soportando lo necesario para poder sobrevivir y lograr crear.

The Brutalist es impactante, las imágenes que crea son poderosas, tienen peso, importan, retumban y quedan. No son imágenes efímeras como todo lo que ‘consumimos’ en la actualidad. Los temas que retrata también son contundentes y es una película que pretende abarcar mucho; el holocausto, el escape de la guerra, el antisemitismo, la familia, el amor, la vida del artista, las drogas, el dominio, el abuso de poder, el capitalismo inescrupuloso, entre otros temas.

The Brutalist retrata pasajes de la vida del arquitecto de estilo brutalista cuyo futuro cayó en desgracia por las consecuencias de la guerra. El film se divide en dos actos, además de una obertura y epílogo. La primera parte se centra en los primeros años de László en Estados Unidos, los momentos junto a su primo y en cómo tuvo que sobrevivir al escapar de Europa dejando todo atrás, olvidando todo -o casi todo- lo que construyó allí y no sólo en sentido literal. Gracias a su talento un vil magnate, Harrison Van Buren (Guy Pearce), le encomienda a László la construcción de un edificio colosal y totémico, un particular edificio que costará 850 millones de dólares y tiene que ser un auditorio, un gimnasio, una biblioteca y una capilla. Así como la película, también el edificio todo lo tiene que abarcar. La segunda parte del film transcurre desde que, gracias a los contactos de Van Buren, László lograr traer de Europa a su esposa Erzsébet (Felicity Jones) y a su sobrina Zsófia (Raffey Cassidy), hasta los años de construcción del edificio Van Buren.

Pese a lograr escapar de la guerra e incluso salvar a su esposa y sobrina, pese a poder reencontrarse con su arte y poder seguir creando edificios descomunales, László constantemente sufre y padece la vida que lleva. Incluso en el propio relato de su esposa, él crea un edificio gigantesco pero no es más feliz que antes de haberlo hecho, pese a que aún no esté terminado László se encierra en soledad dentro de su propia obra para recorrerla y pensar. El retrato de un artista egoísta y perdido en búsqueda de algo que sólo lo puede encontrar explorando dentro de su monumental creación.

La dirección de Brady Corbet es magistral, filma como si lo hiciera hace décadas pese a ser su tercer largometraje con tan sólo 36 años de edad. Encuadra con un poder y una sensibilidad que ya no se ven. Desde planos aparentemente simples hasta los increíbles e impactantes planos secuencia de la película Corbet no dirige con altanería sino en pos de la narrativa intentando que su rol se vuelva invisible. Crea un relato sobre un arquitecto preso en su vida de artista mientras que, en forma y contenido, está hablando del cine. De los cineastas y de su industria. El ya retratado pero siempre interesante conflicto entre el artista y quien lo financia. El productor que otorga libertad creativa al autor pero luego quiere interferir en su visión entorpeciendo el proceso. Corbet denuncia una industria tremendamente abusiva que desprecia a los artistas, los somete y esclaviza a vivir bajo su ala para poder seguir creando.

La película en todos sus apartados es excelente; dirección, fotografía, diseño de producción, montaje, sonido, interpretaciones y guion. La pulcra fotografía fue realizada por Lol Crawley que filma en formato VistaVision para proyecciones en 70mm. Una producción increíblemente cuidada en la cual se percibe un film mucho más caro de lo que realmente fue. Un montaje preciso que nos va revelando información a fuego lento. Un sonido increíble y en especial una banda sonora original de Daniel Blumberg que engrandece al máximo las imágenes haciendo un trabajo sublime. Las interpretaciones son dignas de múltiples premios, destacan Adrien Brody y Guy Pearce por lo espeluznantes que son pero todo el reparto está en una tónica admirable, Felicity Jones teniendo menos metraje pero con escenas cruciales y complejas también hace un excelente trabajo. Por último pero no menos importante el guion coescrito por Corbet y Mona Fastvold es descomunal y terrorífico. Tal vez en el segundo acto por querer abarcar más y en profundidad se sobredramatiza pero es algo que en semejante obra no le quita ningún mérito sino que hasta la engrandece por el desafío. El final es particular porque se siente apresurado en una obra de casi 4 horas, donde en el epílogo la estética cambia justificadamente pero no logra impactar como el resto del metraje y cierra con una línea tan concreta como ambigua, tan acertada en lo que dice como contradictoria con el propio film. Aún así se celebra porque deja con expectativas de más y pese a su duración uno puede desear volver a entrar a una sala de cine para verla nuevamente. Eso hoy en día es un logro extraordinario.

La película es inmensa, no sólo por su duración de 3 horas y 35 minutos, incluido el intermedio de 15 minutos entre ambas partes del film, sino también por su ambición y alcance. Parece que The Brutalist sí acierta en lo que Megalópolis de Francis Ford Coppola falla y no menciono a F. F. solamente por su reciente film sino porque The Brutalist nos trae el vivo recuerdo de ese cine que ya no se realiza más, que parece haber quedado 50 años atrás. Hay una sensación constante durante la proyección la cual es que «ya no se hacen películas como esta», ya no se filma así, ya no se ilumina así, ya no se guiona, musicaliza, fragmenta e interpreta de esta manera y podría seguir enumerando. Corbet deja un precedente importantísimo dejando claro que se pueden crear películas gigantes y magníficas haciendo cine independiente y de autor.

«Nada tiene su propia explicación,
¿Hay mejor descripción de un cubo que la de su construcción?»

Calificación: 9.5/10
Por Julián Lloves para La Butaca Web.

Reseña: Manuela de furia y fuego




Tuvimos el gusto y el agrado de asistir a la función de prensa de la obra “Manuela de furia y fuego” en el cálido Teatro El Desguace del barrio de Boedo. Escrita por Mercedes Di Benedetto y dirigida por Silvio Gresani es un unipersonal que cuenta la historia de una de las heroínas de la patria, la tucumana Manuela Pedraza quien combate y resiste las invasiones inglesas de 1806 y 1807 ocurridas en el Virreinato de la Plata, en la parte de la actual ciudad de Buenos Aires.



Con actuación de Roxana Latronico, la obra nos muestra a nuestra heroína en su etapa de vejez, sumergida en recuerdos que se ven interrumpidos por un posible desalojo. El escenario se compone de un banquito de madera, mate y tortas fritas, un espejo biselado y un sillón antiguo de estilo. Manuela de Pedraza quien había sido condecorada por Liniers y el Rey Carlos IV ya no dispone de su pensión y sufre, como tantos otros héroes de la patria, una suerte de olvido.

La actriz Roxana Latronico realiza una actuación dedicada y con compromiso y destaca su interpretación en canto y caja!
Pudimos oír también, en la musicalización, el nocturno para piano op 9 nr. 2 de Frédéric Chopin y efectos sonoros de combate.

De una puesta independiente y un equipo comprometido en hacer teatro, “Manuela de furia y fuego” no nos deja indiferentes.
Propuesta interesante y valiosa que pone en valor la figura de una heroína de nuestro país, haciéndonos reflexionar y aprender, conjugando lo histórico con la expresión artística. Se disfrutó y se recomienda! Las funciones son los Domingos 20hs en Teatro El Desguace, dirección México 3694 CABA.



Matías Vanacor para La Butaca Web

Crítica: Cónclave

Por Jorge Marchisio

Desde hace varios días, ya tenemos con nosotros las nominadas a los Premios Oscar, y hoy vamos a comentarles una de ellas, que, en lo personal, considero de las mejores de dicha terna, y que me enojaría mucho si a la hora de la verdad, se va con las manos vacías. Así que sin más palabrerío (porque para eso ya está la propia película), veamos de que trata Cónclave.



La trama gira, justamente, al conclave que se realiza tras la muerte del Papa. A cargo del Cardenal Lawrence, sus compañeros se reúnen para votar al nuevo Pontífice. En ese mismo encierro, es donde todos empiezan a mostrar sus verdaderas caras: corrupción, pedofilia, hijos ilegítimos y manipulación de información serán moneda corriente, mientras que afuera de la Capilla Sixtina, comienza una serie de graves disturbios.

Antes de seguir, quiero aclarar que al menos bajo mi punto de vista, esta película no busca atacar a la Iglesia Católica; pero si reflejar, algo que es sabido que pasa, pero que no se quiere reconocer, y al parecer, cambiar por los propios responsables. Dicho esto, y sin ánimos de armar polémica, sigamos.

Polémicas aparte, seguro que a muchos la sinopsis les pareció un plomazo: muchos viejos parloteando por dos horas y ya; pero nada más lejos de la verdad. Al más puro estilo 12 Hombres en Pugna, la trama se sostiene por si sola al ver las verdades que se dicen estos cardenales, sacando los trapitos sucios de los otros. El guion tiene una precisión digna de alabanza para hacer que estas conversaciones funcionen. Pero aparte de lo escrito en el libreto, se necesitaba de buenos actores.

Hace un tiempo se había dicho que, en la ceremonia, se iba a instaurar el premio a Mejor Elenco, bueno, Cónclave sería una firme candidata a llevarse dicha estatuilla si existiera; porque la verdad que todos lo hacen impecable. Destacan por sobre los demás Ralph Fiennes en el rol principal, y lo secundan Stanley Tucci, Sergio Castellitto y Carlos Diehz en papeles más pequeños pero claves para el desarrollo de la historia.

Para ir cerrando y no aburrirlos, Cónclave, en lo personal, es de las mejores películas que salieron el año pasado (pese a que, en el nuestro, se estrenó en enero). Con una historia atrapante y que cuenta una realidad que todos conocen, pero nadie quiere admitir, y, sobre todo, actuaciones de primer nivel; estamos ante esas cintas que llegan y se quedan en la memoria de aquellos que se animaron a verla.



Lo mejor: las actuaciones, la intensidad de los diálogos, la banda sonora.

Lo peor: quizás alguna bajada de línea obvia pero que no afecta demasiado.



Calificación: 8.5/10

Crítica: Amenaza en el aire

Por Jhon Wolf

Un thriller entretenido y sin pretensiones.


La nueva película de Mel Gibson, Amenaza en el aire, es un thriller de acción que, sin grandes ambiciones, logra mantener la atención del espectador durante sus 91 minutos. Protagonizada por Mark Wahlberg, Michelle Dockery y Topher Grace, la historia se desarrolla en un pequeño avión sobre Alaska, donde un piloto, una detective y un testigo clave deben enfrentarse a traiciones, secretos y el peligro constante.



El guion de Jared Rosenberg establece una premisa sencilla pero efectiva: Wahlberg interpreta a un aviador con un pasado oculto, Dockery a una U.S. Marshall con sus propios dilemas, y Grace a un nervioso contador que debe testificar contra la mafia. La acción transcurre casi en su totalidad dentro de la avioneta, lo que refuerza la sensación de claustrofobia y tensión.
Mel Gibson, conocido por su estilo visual impactante, aquí opta por una dirección más contenida, centrándose en el suspenso generado por el espacio reducido y el peligro inminente. A pesar del limitado presupuesto, la película aprovecha bien sus recursos con un uso moderado de efectos especiales y algunas tomas aéreas que resaltan el entorno.


Lo que me gustó
La tensión está bien manejada a lo largo de la historia, gracias a un ritmo ágil y un ambiente claustrofóbico bien aprovechado. El trabajo de Michelle Dockery logra transmitir la determinación y angustia de su personaje con convicción. La atmósfera de thriller clásico, que recuerda a los misterios policíacos de los años 80 y 90. Secuencias de acción bien ejecutadas, que, aunque no innovadoras, cumplen su propósito de mantener la adrenalina.


Lo que no me gustó
El guión es predecible y cae en estereotipos, sin profundizar en los personajes más allá de sus roles funcionales en la trama. Algunos diálogos son torpes y forzados, con chistes fuera de lugar y decisiones poco creíbles por parte de los personajes. Wahlberg, aunque comprometido, ofrece una interpretación algo caricaturesca que resta seriedad a su rol.


¿A quién se la recomiendo?
A quienes disfrutan de thrillers de acción sin muchas complicaciones, fans de películas de suspenso con dinámicas cerradas y tensión constante. A espectadores que buscan un entretenimiento ligero sin grandes expectativas narrativas.


En conclusión, Amenaza en el aire no es una película innovadora ni particularmente memorable, pero cumple su función como un pasatiempo efectivo. Con un elenco carismático y un ritmo sólido, ofrece una experiencia disfrutable dentro de su propia sencillez. Es un claro ejemplo de que, en el cine de acción, a veces menos es más.


Puntuación: 7/10