Crítica: La semilla del fruto sagrado

PablinTeve

La celebración del reciente ascenso de Iman como juez investigador de la Corte de la Guardia Revolucionaria coincide con protestas públicas tras la muerte de una joven bajo custodia policial en Teherán. Las tensiones sociales y la dura respuesta del gobierno alteran la dinámica de su familia. Mientras Iman lidia con la carga psicológica de su trabajo, sus hijas, Rezvan y Sana, se ven impactadas por los eventos, y su esposa, Najmeh, intenta mantener unida a la familia. La situación se complica cuando Iman descubre que su arma de servicio ha desaparecido y sospecha de su propia familia. Paranoico y temeroso de perder su reputación y trabajo, inicia una investigación en su hogar que lleva a cruzar límites irreversibles.



Lo que me gustó


Me gustó lo arriesgado del director, Mohammad Rasoulof. Filmó la pelicula de manera secreta y tocando un tema que es super delicado en esa parte del mundo, el uso del velo en las mujeres. Narrada como ficción, pero intercalando escenas reales grabadas con un celular, “La semilla de la higuera sagrada” es un pelicula comprometida, dificil, que no tiene filtro a la hora de contar la verdad.


Lo que no me gustó


Las casi tres horas de duración de la peli son un verdadero calvario, se hace un embole total. Si bien tiene algunos puntos aceptables, está llena de falencias que hacen imposible disfrutarla. Desde el arranque, la introducción es interminable, con un montón de explicaciones innecesarias que no aportan nada, y lo peor es que se sienten como si te trataran de tonto, explicando todo hasta el hartazgo.
La historia no sabe para dónde ir. En un momento pasa de la dramatización ficticia a metraje de archivo, pero en vez de sumar, lo único que hace es confundir y restar. Ese cambio tan brusco parece más un intento de tapar huecos, cuando lo único que logra es quitarle ritmo a lo que había hasta ese momento.
Con casi 170 minutos de película, te dan ganas de tirar la toalla en cada escena. Se hace pesada, lenta, y la trama nunca termina de enganchar. Todo se siente repetitivo, sin que pase nada interesante, y no se decide por un tono narrativo claro. La película va dando vueltas sin un rumbo fijo, perdiendo la tensión que podría haber generado.
Lo más frustrante es que la historia tiene todo para ser buena, con un contexto social y político iraní que podría haber dado mucho, pero en vez de aprovecharlo, la peli te lleva por un camino chato y sin sorpresas. Al principio daba la sensación de que podía mejorar, pero termina siendo un trámite aburrido y sin chispa. Al final, te quedás con la sensación de que la oportunidad de contar algo realmente potente se desaprovechó por completo.

Calificación: 4/10

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