Crítica: Until Dawn: Noche de terror

Por Jhon Wolf

Terror interactivo sin control en su versión cinematográfica


Until Dawn es la adaptación cinematográfica del popular videojuego narrativo de 2015 para Playstation, donde los personajes reviven una y otra vez una noche de horror al estilo slasher, intentando sobrevivir a base de decisiones que marcan su destino. Bajo la dirección de David F. Sandberg (Shazam, Annabelle: Creation), la película mezcla sustos descarados, gore digital y un despliegue de monstruos y clichés clásicos del terror juvenil. Si bien resulta un entretenimiento cumplidor, no consigue capturar la tensión interactiva del juego y se queda a mitad de camino entre homenaje ochentero y horror genérico contemporáneo.


Lo que me gustó:
El mayor acierto de Until Dawn está en su ambientación siniestra y en cómo Sandberg despliega con desparpajo una antología de monstruos clásicos del género: asesinos enmascarados, criaturas deformes, zombis y dosis de body-horror. El director, lejos de tomarse demasiado en serio, se entrega al entretenimiento slasher con una vena vitalista que recuerda al terror de los 80 pero con un toque visual más refinado. También se agradecen los guiños a la estructura del videojuego original y su esfuerzo por trasladar la dinámica de decisiones colectivas al lenguaje cinematográfico


Lo que no me gustó:
El gran problema de Until Dawn es que no logra replicar la esencia del juego en términos de tensión y participación emocional. Aquí, como espectadores pasivos, ya sabemos las reglas del juego antes que los protagonistas, y sus decisiones, en lugar de generar interés o dramatismo, se sienten previsibles. Además, la ausencia del reparto original del videojuego (con Rami Malek y Hayden Panettiere) deja al elenco de la película varios escalones por debajo. Por último, aunque la película ofrece momentos de buen susto, nunca consigue realmente asustar ni destacarse dentro del género.


A quién se la recomiendo:
Esta versión de Until Dawn es ideal para fans de los slashers juveniles con espíritu ochentero y para quienes disfrutan de películas que mezclan monstruos, gore digital y clichés del terror clásico sin mayores pretensiones. También puede funcionar para los nostálgicos del videojuego original, siempre y cuando no esperen una adaptación fiel ni una experiencia tan intensa. Si buscas un terror psicológico más elaborado o una propuesta interactiva, quizá debas mirar hacia otro lado.

Puntaje 7/10

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