Reseña: La Desgracia


«La desgracia» se erige como un brillante exponente del talento musical que florece en Buenos Aires, demostrando la capacidad local para crear adaptaciones de musicales con la calidad de Broadway y que ya se encuentra en su octava temporada. Esta obra se destaca por su audaz propuesta narrativa: una historia que, si bien absurda, se convierte en el vehículo perfecto para desatar una explosión de números musicales ingeniosos y divertidos, todo bajo una dirección meticulosa y con un elenco actoral que deslumbra.


La trama nos sumerge en el peculiar pueblo de Terranova, asediado por una misteriosa enfermedad de transmisión sexual bautizada como «La desgracia». En una sociedad conservadora y religiosa, esta dolencia se convierte en un estigma, una condena para quienes sucumben al «pecado» carnal. El punto de inflexión llega cuando la hija de la intendenta contrae esta desgracia, desencadenando un viaje de rebeldía, confinamiento junto a un grupo de moribundas excéntricas en el hospital local y una serie de situaciones disparatadas.


La narración se articula a través de Nora, la enfermera del pueblo, personificada con aires de diva y una ética profesional cuestionable. La incorporación de Ángel Hernández en este papel para esta octava temporada se revela como un golpe de genio. Su Nora se adueña del escenario, cautivando al público con una presencia imponente y una voz excepcional que da vida a esta enfermera tan peculiar. Patricio Wittis también sobresale como el doctor, un personaje que irradia atractivo y que tiene la oportunidad de lucir su amplio registro vocal en la festiva canción «La cura». Mariel Percossi y Andrea Lovera encarnan a madre e hija, respectivamente, impulsando el conflicto central de la obra y regalando momentos de gran intensidad dramática. Merece una mención especial Georgina Tirotta, quien en su penúltima función dejó una huella imborrable con su interpretación de una de las enfermas, un personaje de personalidad arrolladora y hasta psicótica que genera carcajadas en el público


La dirección de la obra se distingue por su atención al detalle y su valentía al fusionar géneros diversos. Se incorporan elementos de tap y pasajes de tango para ilustrar el romance idealizado de Nora con el doctor, y la escena festiva en la iglesia no escapa a una sátira mordaz y efectiva.


En definitiva, «La desgracia» se presenta como el gran musical argentino que actualmente decora la cartelera porteña. Más allá de su trama alocada que garantiza las risas del público, la producción rebosa talento en cada uno de sus aspectos, desde las interpretaciones actorales y la destreza de los músicos hasta la impecable puesta en escena que asegura una experiencia teatral memorable.

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