Reseña: Cyrano

Cyrano de Bergerac: Un clásico indispensable de calle Corrientes

»Me han quitado todo, el laurel y la rosa, pero no me quitarán mi Panache»
Es quizá la frase más emblemática de Cyrano, clásico  francés de 1897 original de Edmond Rostand. Inspirada en la trágica pero intensa vida del poeta libertino Cyrano de Bergerac, nacido en París en 1616.



La historia sigue a un hombre desgraciado por la vida al no poseer una belleza estándar, aún así su orgullo o su »panache» lo convierte en uno de los hombres más talentosos y desafiantes de París del siglo XVI. Profundamente enamorado de su prima e incapaz de confesar su amor, decide que un barón apuesto  la enamore usando sus poemas.

Willy Landin es quien dirige, adapta, traduce, monta la escena, diseña el escenario y compone la música de Cyrano, es su obra enteramente y su regalo para el público de calle Corrientes. El amor que siente por el personaje hace que se sienta personal, sincera y elocuente, el público conecta con la historia y pasa de la risa al llanto; todo esto es posible gracias a la interpretación de Gabriel ‘El puma’ Goity.

María Abadi, Mariano Mazzei, Horacio Acosta, Daniel Miglioranza, Larry De Clay, Fernando Lúpiz, Pacha Rosso, María Rosa Frega, María Morteo, Hernán, “Curly” Jiménez, Dolores Ocampo, Pedro Ferraro, Ricardo Cerone, Tomás Claudio, Pablo Palavecino, Agustín Suárez,Néstor Caniglia, Tito Arrieta, Rodrigo Cárdenas, Lucía Raz, Jess Rolle, Paloma Zaremba y Eduardo Perilli forman parte del aparatoso elenco de esta obra. Un grupo comprometido a interpretar franceses del siglo XVI pero dando su propia personalidad. Los actores  ejercen una excelente sincronización y armonía en sus entradas, salidas y en los momentos en que deben destacar. Hay un trabajo coreográfico con el uso del movimiento y los distintos escenarios.



Cyrano es una obra larga (dos horas con 20), posee un intervalo de 10 minutos; pero que esto no asuste al público, la obra es inmersiva y carismática, se vuelve entrañable desde la primera hora y eso hace que nos quedemos hasta el final.



El Puma Goity está en su salsa siendo Cyrano. Es capaz de transmitir emociones diversas al espectador y mantenerse a flote durante la extendida duración de la obra. Es una interpretación segura con un inolvidable soliloquio..



Disponible de jueves a domingo hasta el 15 de junio en el Teatro Alvear.



Escribe Sebastián Arismendi para La butaca web

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