Análisis: Echoes of the end para PS5



Volvemos con las reseñas y hoy toca hablar de Echoes of the end, que nos llega de la mano de Myrkur Game Studio y que busca colarse en el mundo de los hack ´n lash al más puro estilo God of War en su versión nórdica. Veamos qué tal salió esta ópera prima.



La historia se centra en Ryn, quien, junto a su aprendiz, deben embarcarse en una travesía para salvar lo que queda de un mundo, que pese a desprender magia por todos lados, se está corrompiendo y cayendo a pedazos poco a poco.

Si, la historia no es la gran cosa, y si bien siempre tratamos de ser buenos con todos los estudios, en especial, con aquellos que recién están empezando. Pero Echoes of the end, por desgracia, creo que no llega a destacar en casi ningún apartado. Aunque irónicamente, tampoco es un desastre en los mismos.



Empecemos por los gráficos y todo lo referente al mismo. Echoes of the end fue probado en una PS5, y no lo parece. No queremos decir que a nivel gráfico pareciera de hace dos generaciones, pero lo que sí lo parece, es su sistema de colisiones. Ya se ve feo que en pleno 2025, los personajes se atraviesen entre sí cuando chocan. Esperemos que esto termine siendo arreglado en futuras actualizaciones.

En cuanto al sistema de combate, es bastante básico. Apenas un botón para esquivar, otro para bloquear (y hacer parry), atacar y magia, que, combinado con otros botones, podemos tener diferentes resultados. Y ya. Al menos en gran parte del juego no podemos cambiar de armas, ni subir de nivel la que tenemos. Eso sí, podemos darle comandos a nuestro compañero, todos muy simples.



En lo personal no creo que estemos ante un mal juego, pero si ante uno, que, por desgracia, no destaca en casi nada. Tanto a nivel diseño y jugable, recuerda bastante a otros exponentes del hack´n lash. Lo mejor que podrías decirles, es que se guarden alguna rebaja y ahí sí aprovechen para darle una oportunidad a Echoes of the end.

Lo mejor: no aburre en ningún momento.

Lo peor: no destaca en nada.

Calificación 6/10

Deja un comentario