Es fácil seguir el camino, el problema es encontrarlo

Menudo septiembre. Pese a que en número absoluto de lanzamientos destaca por ser uno de los más escuetos de los últimos tiempos, los títulos que han llegado en la primera mitad de este mes son más que suficientes para satisfacer a todo el público. Grandes bombazos largo tiempo esperados, tanto producciones AAA como juegos más independientes, todos unidos para satisfacer el ansia de los seguidores de este medio.
Si bien esto permite que los usuarios tengan el radar activado, aprovechando la visión periférica para cazar algún que otro juego extra, también implica que el riesgo de caer lapidado detrás de otro juego más importante es muy alto. Navegando estos mares se encuentra Hell is Us, con cien cañones por banda. Por suerte para los canadienses de Rogue Factor, han sabido sortear el oleaje y hacerse un hueco.

Esta notoriedad ha sido motivada en parte por su declarada intención de ir a contracorriente. Conforme inicias la partida, te recibe un mensaje que, en resumidas cuentas, te dice que te busques la vida. Ni mapa, ni flechas o ayudas, solo una brújula. Hell is Us se plantea como una aventura de exploración donde nuestra tarea principal será identificar donde estamos y a donde tenemos que ir. Para ello, tendremos que valernos de las conversaciones que ofrecerán los personajes que encontremos, junto con notas de texto y audio.
Soy muy malo orientándome. Ya tengo asumido que si algún día me pierdo en un bosque lo único que podría salvarme es la suerte, por lo que no me sorprendo demasiado cuando acabo perdido en el mundo de un videojuego. Eso es algo que me asustaba en Hell is Us, sobre todo después de la advertencia principal. No obstante, el diseño de escenarios y de niveles funciona realmente bien a la hora de guiar nuestros pasos. Seguir la misión principal es más fácil de lo que en un principio pudo parecerme y terminó siendo una experiencia muy disfrutable.

Los secretos secundarios, sin embargo, son otro mundo. Ninguno de ellos es necesario, pero esconden multitud de tesoros y equipaciones que pueden resultar muy útiles para nuestra aventura. Pasa que, si queremos encontrarlos, tendremos que resolver enigmas que en ocasiones pecan de ser demasiado crípticos. Pocos son los que he conseguido resolver por mi cuenta y medios, al menos de forma deliberada. Algunos de ellos los resolví sin querer y traté después, de encontrar donde se iniciaba el misterio que acababa de culminar, sin demasiado éxito.
Pero Hell is Us no es solo un juego de exploración, sino que aboga con fuerza por el combate. Tal es así que pocos minutos después de comenzar, ya contaremos con nuestra arma y nuestro dron, los dos elementos que nos acompañarán durante todo el viaje. No obstante, lo que en un principio parece tener muchas ramificaciones termina volviéndose realmente simple. Pese a que no paramos de recibir materiales, sellos o chips para nuestro dron, el juego no anima realmente cambiar y experimentar sino a elegir un arma que nos guste, una estrategia de combate y repetirla hasta la saciedad. No existe una gran variedad de enemigos y el perfeccionamiento que implica la repetición funciona mejor que tratar de atacar las debilidades de cada uno.
Siguiendo con los enemigos, estos son poco variados y aparecen en abundancia; convirtiendo la exploración en una mucho más tediosa de lo que debería. Al principio, opté por limpiar la zona que quería investigar; pero conforme pasaban las horas, cada vez me inclinaba más por correr e incluso por reducir la dificultad con tal de no morir y repetir el camino.
Por suerte, los puntos flacos del título quedan opacados por sus virtudes. Principalmente destaca su apartado técnico, capaz de ofrecer un mundo sólido y muy interesante, con un rendimiento más que aceptable pese a utilizar Unreal Engine 5. Esta fluidez permite disfrutar de las curiosidades que esconde Hadea, país ficticio donde transcurre la historia.

Junto a ello, el mundo queda fuertemente arropado por su diseño artístico. Tanto los personajes principales como monstruos y escenarios destacan por su originalidad, algo difícil en un medio cada vez más sobrepoblado. Destaca la inspiración del estudio en las producciones de Kojima Studios, donde fácilmente puede observarse la esencia de Death Stranding, pero adaptadas a un estilo propio.
En resumidas cuentas, Hell is Us es una apuesta muy arriesgada que ha sabido responder a las exigencias del medio. Pese a no ser el juego más destacado de septiembre, ha conseguido relucir y difícilmente quedará en el olvido. Pedirle al jugador que se esfuerce por seguir adelante requiere de un diseño de niveles a la altura, desafío que han superado con creces.
Gracias a su mimado estilo visual y al desarrollo de un worldbuilding capaz de seguirle el ritmo, superar esta aventura ha sido toda una delicia que no ha sido opacada por los problemas que presenta. Después de esto, tengo ganas de coger una brújula, dirigirme al monte y comprobar si sigo siendo tan incapaz de orientarme como lo era antes.
Calificación 8/10