El pasado tres de septiembre se presentó en el Teatro Colón ‘Werther’, el clásico francés de Jules Massenet, la última gran ópera del siglo XIX.

La última vez que la casa lírica de Buenos Aires presentó esta ópera fue en 1991, anteriormente era un estreno de cada diez años. La puesta en escena de Rubén Szuchmacher nos lleva a la década de los veinte, época donde el estilo era sutil, delicado y de colores pastel.
»Pourquoi tu me reveiller?» es el aria más famosa de esta ópera, su nivel de complejidad se asemeja a las notas que realizó Wagner en Tristán und Isolda y el tenor francés invitado para representarla Jean-François Borras que logró cautivar al público porteño, las lágrimas se quedaron en las cuencas de aquellos que tuvieron la dicha de escucharlo.
Werther es una ópera extensa (cuatro actos, tres horas de duración), los entreactos del show fueron tres ya que, cada uno llevaba a un clímax diferente y aunque es cierto que el dramatismo exagerado del libreto de Édouard Blau logra chocar (hablamos de que Werther sigue cantando luego de haberse provocado la muerte), es una obra que nos lleva a los inicios donde el sentimiento pesaba más que la lógica.
En 2023, el teatro Colón había estrenado Fausto, otra ópera francesa pero esta vez más temprana que la de Bassinet, una obra que dividió al público en dos. Ambas adaptaciones de Goethe, la primera con un tono sombrío y la segunda es romántica.
En 1893 fue el estreno de Werther y la razón por la cual ha durado su presencia en el mundo, ha sido por las arias del tenor, así como Nabucco de Verdi el protagonista y el mayor apoyo era el coro, acá es el principal carácter masculino, un hombre atormentado y muerto por su obsesión.
Las obsesiones amorosas son un tema frecuente en la literatura y cine francés.
Rubén Szuchmacher nos regala una escenografía impoluta donde el espacio es clave, no es recargada ni barroca, más bien se acopla en la época en que se decidió adaptar (años veinte). El tono naranja está muy presente en la obra junto al amarillo, verde, violeta y azul. Son colores opacos pero con fuerza que complementan la falta de mobiliario y decoraciones de la obra, la iluminación de Gonzalo Cordova es la clave, una simbiosis parte del escenario.
Durante la presentación de la obra vemos el sofisticado vestuario que acompaña el diseño de luces y la puesta en escena. Jorge Ferrari compone las telas que usarán los intérpretes y podemos ver que se acopla a la cinematografía que intenta proyectar Szuchmacher.
¿Fue Werther una ópera cinematográfica?
Punto especial para resaltar la labor del coro infantil estable del Teatro Colón, niños que van desde los siete hasta los catorce años y que aportan dulzura a la obra. Helena Cánepa es su directora y carga con la responsabilidad de que estos niños hayan dado la apertura con su canción de navidad. Un encanto.
Werther se presentó este invierno de 2025 en el Teatro Colón y seguro volverá con más fuerza y con más drama dentro de unos años.
Escribió Sebastián Arismendi para La butaca web.


















