Crítica: Teléfono Negro 2

Por Jorge Marchisio

Hace un par de años, fuimos sorprendidos cuando a los cines llegó Teléfono negro. La adaptación fílmica de la historia creada por Joe Hill, y que tenía bastantes tintes a las obras de su padre, Stephen King, era bastante redonda. Y ahora, en una época donde las cintas de terror gozan de una linda primavera, nos llega de forma sorpresiva su secuela, Teléfono negro 2.



Nos vamos tres años después de los eventos ocurridos en la primera parte. No solo Finn la sigue pasando mal, al cargar con los hechos que vivió antes, sino que su hermana, Gwen, continua con esos extraños sueños que parece haber heredado de su madre. Mientras, El Raptor, parece no haber terminado con los hermanos.

La verdad que no sabía qué esperar cuando llegue al cine, en especial, porque tengo entendido que el relato original no tiene continuación, y aparte la primera entrega terminaba bastante redondita. Bueno, estamos ante uno de esos casos donde la segunda parte, es muy similar a su predecesora, pero ampliando bastante el lore de este universo. Y plagiando a cierta saga que pasa en los sueños, obvio.

Y si, seguro que con esto último muchos pensaron en la mítica saga creada por Wes Craven, y tengo que decirles que el guión de Scott Derrickson y Robert Cargill toma bastante elementos de dichas pesadillas. Esto no es algo malo, pero que las semejanzas están a la vista, es evidente. Así como también es evidente, es el cambio de rumbo que se le intentó dar a la ahora ya concretada saga.

Y es que se nota un claro paso de mando en esta película, con Gwen, la hermana de Finn, tomando el protagonismo y relegando a este último a un rol más bien secundario. No sabemos si esto es por la fama que está tomando Mason Thames y que en una eventual tercera parte, ya ni aparezca, pero que de a poco lo están corriendo, es obvio.

Eso sí, sacando los parecidos a cierto asesino quemado y el cambio de protagonismo, la dirección de Scott Derrickson sigue siendo genial. Todas las tomas que simulan ser videos caseros dejan un mal sabor de cuerpo bastante evidente; aparte de su buena mano para dirigir a los chicos. En ese sentido, la segunda parte se mantiene a la altura de su predecesora.

Teléfono negro 2 no está a la altura de su predecesora, eso es obvio. Pero tampoco es una mala secuela. Con las obvias intenciones de hacer una trilogía, solo esperamos que las referencias/homenajes a películas de culto no sean tan obvias.



Lo mejor: la dirección, las actuaciones.

Lo peor: el robo a Pesadilla en Elm Street.

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