Por Jhon Wolf
Descripción:
Scott Derrickson regresa al universo de The Black Phone con una secuela tan inquietante como ambiciosa, que mezcla terror psicológico, simbolismo onírico y referencias al horror clásico. Aunque no alcanza el impacto del original, Black Phone 2 logra sostener una atmósfera perturbadora y un par de escenas memorables.

Resumen:
Ambientada en 1982, Black Phone 2 sigue a Finney (Mason Thames), marcado por los traumas del pasado, y a su hermana Gwen (Madeleine McGraw), quien ahora toma el protagonismo gracias a sus visiones proféticas. El secuestro de su hermano a manos del temible Grabber —interpretado nuevamente por Ethan Hawke— se convierte en una experiencia donde el miedo trasciende los límites de la realidad. Derrickson transforma al villano en una figura sobrenatural que invade los sueños, creando una historia donde el terror se mezcla con la memoria, la culpa y la redención.
Lo que me gustó:
Lo más destacable es la dirección de Scott Derrickson, que vuelve a demostrar su maestría para crear climas opresivos y visuales hipnóticos. La fotografía y el diseño de sonido construyen una atmósfera de pesadilla constante, donde la línea entre sueño y vigilia se diluye con elegancia. Ethan Hawke, sin mostrar nunca su rostro, mantiene intacta la inquietud de su personaje, mientras la joven Madeleine McGraw brilla como eje emocional de la historia. Algunas secuencias oníricas, como la de la cabina telefónica en medio de la nieve o los pasillos llenos de espectros, alcanzan un nivel estético digno del mejor cine de terror de autor.
Lo que no me gustó:
La película peca de exceso explicativo. El guion intenta justificar demasiado la naturaleza del Grabber y los elementos sobrenaturales, rompiendo el misterio que hacía tan efectiva la primera entrega. En su afán por expandir la mitología, Black Phone 2 pierde parte de su poder sugestivo. Además, la subtrama religiosa queda a medio camino y la tensión se diluye en varios pasajes que se sienten forzados. Aunque el tono onírico es un acierto, a veces se convierte en una trampa que desconecta emocionalmente al espectador.
A quién se la recomiendo:
A los fanáticos del terror psicológico y del cine de Scott Derrickson, que disfrutarán de una propuesta arriesgada y visualmente potente. También a quienes valoran las secuelas que intentan explorar nuevos caminos en lugar de repetir fórmulas. No obstante, quienes busquen una experiencia tan directa y aterradora como la del film original, podrían encontrar esta entrega más introspectiva que perturbadora.
Puntuación: 6/10