Crítica: AVATAR Fuego y cenizas

¿La condición humana todo lo destruirá a cambio de dinero?
Dolor, duelo, venganza, vergüenza, fe, lealtad y honor; todo está en juego en Pandora.

James Cameron, el director más taquillero de la historia del cine, continúa su titánica saga. Avatar: Fuego y cenizas es la tercera entrega, y la mejor hasta el momento, de las cinco películas que el cineasta canadiense tiene planeadas en torno a Jake Sully, la tribu Na’vi y el universo de Pandora.

Fuego y cenizas retoma los sucesos de Avatar: El camino del agua (2022), dándole a cada integrante de la familia Sully un arco con el que lidiar a partir de lo sucedido y con lo que lucharán individualmente con su identidad. Avatar 3 es un blockbuster gigante con todo lo que eso significa, aún así Cameron hace lo que quiere como quiere, y eso está muy bien. Adjetivos grandilocuentes de todos los tamaños y colores para describir la inmersiva experiencia audiovisual que es Avatar en pantalla grande, si amás el cine es una película que hay que ir a ver y disfrutar.

Eso sí, hay cada vez más personajes y cada vez más enmarcados, sin embargo resultan efectivos. Jake Sully (Sam Worthington), Neytiri (Zoe Saldaña), Kiri (Sigourney Weaver), Quaritch (Stephen Lang), Spider (Jack Champion), Lo’ak (Britain Dalton), Tuktirey (Trinity Jo-Li Bliss), Ronal (Kate Winslet), entre otros; pero en especial hay que destacar la gran aparición de Varang (Oona Chaplin) como la estremecedora antagonista del film. Varang es la hipnótica líder chamán del pueblo de la cenizas, en contraposición a los armoniosos y pacifistas pueblos de aire y agua. Revelándose así por primera vez en Pandora un violento clan Na’vi aparentemente olvidado por Eywa, que cargado de odio y resentimiento hacia su tierra y sus pares forma una alianza junto a los humanos para destruir y colonizar su propio mundo con miedo, fuego y armas.

Una densa e importante capa de cgi recubre un gran relato bíblico, y no a modo de una cool referencia que nos hace señalar la pantalla sino como representación simbólica de las historias mil veces contadas porque es importante como humanidad contárnoslas mil veces más, especialmente en el contexto de horizonte incierto en el cual vivimos. Una mesías que nace sin padre, un padre sacrificando a su hijo, un milagro que trae la resurrección de un Lázaro y el edén en la revelación divina de Eywa, entre otras secuencias que destacan al gran equipo de guionistas que escriben toda la saga a partir de la visión de su autor.

No es el qué, es el cómo. Sustancia más estilo. Aliens azules, cgi, 3D, hasta 48 fotogramas por segundo; a los puristas los podría alejar si se dejan llevar por meras etiquetas pero la obra funciona espectacularmente. Sí, ya en la primera secuencia de acción, apenas iniciado el metraje, estaba mareado por las imágenes en movimiento que Avatar intenta y logra dar. Una vez acostumbrado a los vuelos en Pandora, los casi 200 minutos de metraje pasan en un abrir y cerrar de ojos donde en ningún momento el ritmo decae.

Monumentales batallas y persecuciones por cielo, agua y tierra como sólo un gran narrador de la puesta en escena puede dirigir. Hay infinitos lugares en donde poner mal la cámara y sólo uno donde es correcto, Cameron lo hace bien. Ejes temáticos y motivaciones muy claras que llevan la película hacia donde tiene que ir, sin demasiada sorpresa pero es que no tiene por qué tenerlas, el guion abraza lo clásico mientras que las imágenes son las que buscan la innovación.

Avatar Fuego y cenizas es una obra gigante por donde se la observe, eso será bueno para algunos y malo para otros, que los autores cinematográficos sigan filmando las historias que hay que hacer siempre será algo bueno. Película tremendamente recomendada para todo tipo de espectador, de esos eventos cinematográficos que son montañas rusas pero que a su vez no dejan de ser películas. ¡Al cine!

Calificación: 9/10
Por Julián Lloves para La Butaca Web.

Crítica: After the Hunt (Cacería de brujas)

¿Vivimos en una sociedad donde ya no existe la verdad, la responsabilidad y la culpa?

Testimonios y mentiras cruzadas sin propias consecuencias se desatan en un círculo social elitista en la cátedra de filosofía de Yale luego de que una alumna, Maggie Price (Ayo Edebiri), denuncie por abuso al profesor Hank Gibson (Andrew Garfield). Julia Roberts interpreta a Alma Imhoff, una respetada profesora de filosofía y la protagonista de esta historia que se debate moralmente entre creerle a Maggie, su alumna, o a Hank, su colega y amigo denunciado.

Alma Imhoff hace una pequeña fiesta-encuentro en su casa donde asisten algunos pocos selectos, entre ellos están su alumna Maggie, el profesor Hank, su marido Frederik (Michael Stuhlbarg) y unos pocos conocidos más. Charlan hasta altas horas sobre tópicos clichés de las banales cúspides filosóficas académicas y tras varias copas la fiesta parece concluir. Maggie sale del departamento de Alma junto a Hank que está notablemente alcoholizado, y vuelve la noche siguiente para confesarle a Alma, dejando a entrever, que Hank abusó de ella. Maggie nota que su propia profesora, a la cual admira, no parece tener la reacción que esperaba recibir, una reacción de credibilidad y sororidad total por parte de una mujer que se forjó en círculos machistas. 

En esta película Luca Guadagnino cambia una vez más su impronta como director luego de Queer y Challengers, estrenadas ambas en 2024 y que funcionaban prácticamente como opuestas en tono y estilo aunque con un trasfondo temático que las atraviesa tanto como a este nuevo film escrito por Nora Garrett, actriz que debuta como guionista cinematográfica y crea una trama incómoda que constantemente deja a los personajes a juicio de los espectadores. Utiliza el doble filo los fenómenos como el Me too, la cultura de la cancelación y la construcción de realidad a partir de una no-verdad a dos voces. Incluso la película inicia su metraje con títulos que homenajean a Woody Allen marcando un tono polémico que constantemente empuja al espectador a tomar partido ético en cada una de las decisiones en el film.

La película parte desde ideas muy interesantes que parecen deshilacharse en su ejecución, donde sus personajes privilegiados socialmente no funcionan como espejo empático pero sí como mundo al cual señalar con rechazo. Pareciera que a sus protagonistas no les importa otra cosa más allá de su propio ego y salirse con la suya. Absolutamente todo en sus vidas es una puesta en escena hacia afuera, vidas vividas sin nada genuino en su interior, sino que todo es sólo una imagen que aparentar y sostener para una vidriera de falso empoderamiento. La realidad es una construcción donde no hay verdad, donde no hay interés en el otro, donde no hay amor; donde todo es maleable a nuestro control si, y sólo si, nuestros privilegios nos lo permiten; donde cada cúspide a las que la sociedad nos incita a perseguir con anhelo es una mentira de cartón.

El film muestra miserias en todos lados y utiliza la ambigüedad en cada uno de los planos menos en uno, el último, donde Guadagnino aparenta firmar la película riéndose de la sociedad actual que vive en una constante puesta en escena.

No todo está hecho para que te sientas cómodo y a gusto, películas así se celebran pero esta parece que exagera en ese sentido sin llegar a una conclusión que amerite la reflexión, es y sólo es lo que expone. Toda verdad da pánico y en el film nadie puede decidir ni decir la verdad. Afirma que los adultos siempre deben estar a cargo, es su responsabilidad, pero hoy en día los adultos actúan como niños caprichosos y egoístas, incluso accionando peor que los propios niños. Entonces, ¿Debemos luchar colectivamente contra una sociedad que construye ciertas cúspides o acelerar nuestro egoísta posicionamiento en ellas porque ya no hay más remedio?

Calificación: 6/10
Por Julián Lloves para La Butaca Web.

BAFICI 26: Resumen completo

¡Vigésimo sexta edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente!
Hace ya unos días ha finalizado el BAFICI 26 y ha sido un increíble festival el vivido en esta edición del 2025. Una programación tremendamente bien curada para todo tipo de público. Antes de escribir sobre algunos de los films vistos en estos días quiero recalcar la importancia de seguir escribiendo, leyendo y hablando de cine por fuera de lo última novedad, ha pasado tiempo del cierre del festival y en tiempos efímeros y algoritmizados parece que esto ya pasó, que no le importa a nadie y ya ha sido olvidado, pero no. Las películas siguen ahí y seguirán ahí por siempre, por eso nunca es tarde para seguir hablando sobre cine y estar pendiente tanto de los films como de los autores por posibles estrenos comerciales post festival mientras ansiamos que llegue la siguiente edición del festival de cine independiente más importante de América Latina.

Voy a arrancar con una mención más que especial a algunos cortometrajes argentinos que me han fascinado y preguntándome, ¿Dónde está el ojo de las nuevas generaciones del cine? ¿Qué observan y cómo lo observan? ¿Cómo escriben y cómo dirigen? ¿Cuáles son los conflictos y preocupaciones que quieren explorar? Ha sido un año realmente espectacular en la calidad de la mayoría de cortometrajes argentinos.

Planetario, dir. Sofía Poncini.
Competencia Oficial Argentina.

“Una niña visita el Planetario con su padre y descubre que, en millones de años, el sol podría absorber la Tierra y extinguirlo todo. Desde entonces, desarrolla una obsesión con ese astro omnipresente, que cada día le recuerda que todo tiene un final.”
El inocente y aterrador miedo a la muerte desde la infancia de una niña obsesionada, muy bien dirigido, guionado, con una gran fotografía pero en especial con una actuación de su protagonista que atraviesa la pantalla. Muy buen cortometraje.

Tu padre que te quiere, dir. Mateo Milione.
Competencia Oficial Argentina.

“A fines de los 70, en plena dictadura militar, un taller literario surrealista es el oasis de Martín, un joven atormentado que busca mejorar su poesía. Caron, un escritor brillante y excéntrico, lo adopta como a un hijo. Su vínculo queda registrado en cortos caseros y una correspondencia insólita.”
En los límites del documental, excelente dirección y guion, una realización de principio a fin precisa, a tono con la historia y sus protagonistas. Surrealista, graciosa, emotiva. 

No quiero ver el sol, quiero ver el sol, dir. Constanza Epifanio.
Competencia Oficial Argentina.

“Kaia y Camelia creen que el descanso es una pérdida de tiempo. Al notar que crecer implica dormir cada vez más, se preguntan: ¿qué pasaría si nunca volvieran a dormir? Para descubrirlo, emprenden una noche de vigilia, desafiando al cansancio mientras esperan la salida del sol.”
Hago especial énfasis en este corto ya que es uno de los mejores que vi en una sala de cine. Brillante, tierno y genuino. Muchas preguntas para hacerle a la directora y mucho cariño hacia la obra y quienes la realizaron. El foco en la infancia de dos niñas y cómo ven el mundo, cómo lo viven y cómo se relacionan desde su inocencia. La dirección de actores y el casting desborda de la pantalla pero ningún otro apartado se queda atrás. Excelente.

Las reglas del juego, dir. Matías Szulanski. 
Competencia Oficial Argentina.

“Laura es la novia de Juan. Cuando Juan se entera de que Marcos, su ex amigo, tiene una nueva novia, intentará conquistarla para vengarse de él por el pasado. Laura, celosa, recurre a su ex para intentar darle celos a Juan.”
Genial comedia de amoríos y enredos. Simple, tierna, incómoda pero muy divertida. Dirigida por Matías Szulanski que en la edición pasada estrenó ‘Berta y Pablo’, y en esta edición no tiene una sino dos películas ya que además de ‘Las reglas del juego’ también estrena ‘En el cine’, justamente una película filmada durante el BAFICI 25. 

Tardes de soledad, dir. Albert Serra.
Trayectorias.

“Retrato del torero Andrés Roca Rey, que invita a reflexionar sobre la experiencia íntima de quien asume el riesgo de enfrentar al toro como un deber personal, en respeto a la tradición y como un desafío estético.”
En mi opinión una de las imperdibles del festival. Película controversial, de una sensibilidad nula, o total. Si no supieras nada acerca del film no sabrías si es una ficción o un documental. Es una película increíble pero muy fuerte y explícita respecto a crueldad animal, así que varias personas se han levantado se su butaca enojados con lo proyectado en pantalla. ¿Cuál es el límite del cine? Si es que lo tiene.

Bajo las banderas, el sol, dir. Juanjo Pereira.
Competencia Oficial Internacional.

“La caída en Paraguay de la dictadura de Stroessner, en 1989, marcó también el abandono de un enorme archivo visual. Inéditas u olvidadas hasta ahora, esas imágenes vuelven para dar cuenta de cómo su manipulación permitió adoctrinar y construir un culto a su persona.”
Brillante documental en base a material de archivo recuperado sobre la dictadura más larga de Paraguay. Sin voz en off, entrevistas ni testimonios de reconstrucción, sólo material de archivo y un preciso montaje. Aplausos por el mérito de crear una película así. ¡Y qué película!

Todas las fuerzas, dir. Luciana Piantanida.
Competencia Oficial Argentina.

“Marlene vive en la casa de la anciana a la que cuida. Cuando su amiga desaparece, escapa por las noches para investigar. Las pistas la llevan a trabajos nocturnos donde conoce a otras mujeres que, como ella, han desarrollado sus dones hasta convertirlos en superpoderes.”
Realismo mágico en la ciudad de Buenos Aires. Once como nunca lo he visto filmado. Sensible cuando tiene que serlo y muy divertida cuando acierta en su arriesgada apuesta. La búsqueda de una amiga durante la noche. ¿Qué pasa en la vida de los invisibilizados después de su horario laboral? Juega entre tonos y sale airoso con un gran resultado.

Nuestra parte del mundo, dir. Juan Schnitman.
Familias.

“Mientras su hijo duerme, Jazmín y Marcelo hacen las valijas para sus últimas vacaciones antes de separarse. La crianza de Gaspar, posiblemente dentro del espectro autista, ha marcado una distancia entre ellos. Entre culpas y reproches, surge un instante de juego, tal vez un puente para reencontrarse.”
El director en su nueva película, a 10 años del estreno de ‘El incendio’ nos trae un drama de una locación y 2 personajes (o 3) que trata sobre la hora y media previa a irse a sus últimas vacaciones antes de separarse. Íntima y conmovedora, con un final, en las propias palabras de su autor, más luminoso. Vaya si lo logra.

Gatillero, dir. Cris Tapia Marchiori.
Competencia Oficial Internacional.

“Un ex sicario acepta un trabajo menor para su antigua jefa. Sin embargo, en un barrio corrupto, nada es lo que parece, y rápidamente queda atrapado en una red de eventos inesperados. Una carrera contra el tiempo y su propio destino.”
Película argentina en competencia internacional de gran proeza técnica, filmado (montado) en un plano secuencia de hora y media que sigue al protagonista que Sergio Podeley interpreta brillantemente, dándole un nivel aún más grande al artificio técnico que funciona de maravilla. Recomendadisima e imperdible.

Esperando a Godoy, dir. Cristián Sánchez, Rodrigo González, Sergio Navarro.
Cineteca Nacional de Chile.

“Chile, 1972. Un grupo de intelectuales de izquierda toma un edificio para crear un Ministerio de Cultura, pero los obreros se oponen. Pactan convivir mientras esperan a Godoy, líder sindical, pero pronto las tensiones aumentan y la toma se disuelve, hasta que finalmente Godoy aparece con un discurso inesperado.”
Realmente increíble película, (porque realmente no se puede creer) que fue filmada hace décadas pero nunca se le ha dado cierre, hasta que fue restaurada y finalizada por el único director vivo en 2023. Crítica al círculo de intelectuales chilenos, la mayoría frustrados por ser de la pequeña burguesía donde situaciones, personajes y posturas (o más bien performances) de hace 50 años se repiten hoy en día. Fascinante que esta película exista y se haya podido recuperar para proyectarla en cines. Gracias.

El banner, dir. Tomás Terzano.
Competencia Oficial Argentina.


El futuro de Rafael depende del evento de esta noche. Pero el evento no puede empezar sin el banner. Y el banner aún no está listo.”
Divertidísimo cortometraje protagonizado por Marcelo Subiotto en otra interpretación acertadísima. Dirección, fotografía, arte, sonido y claramente su guion, todos puntos fuertes que destacan notablemente en este gran trabajo. Aplausos y felicitaciones.

Este no es tiempo para carnaval, dir. Tadeo Pestaña Caro, Kevin Havas.
Competencia Oficial Argentina.

“Joaco, vendedor de películas pirata, recorre los barrios de Salta repartiendo a domicilio en su motocicleta. En vísperas de carnaval, conoce a Martina, la hija de uno de sus clientes, y se ve atrapado en la investigación de una serie de robos que acechan a los repartidores del centro de la ciudad.”
Espectacular corto salteño que sigue la vida de un ‘dealer’ de películas a inicios del siglo XXI, salta entre géneros y tonos excelentemente. Precioso en sus interpretaciones y dirección. También se destaca su dirección de arte y fotografía. Por más cine federal de excelencia en la gran pantalla. 

La virgen de la tosquera, dir. Laura Casabé.
Competencia Oficial Argentina.

“Natalia, Mariela y Josefina son amigas inseparables, locamente enamoradas de Diego, un amigo de la infancia. En el conflictivo verano de 2001 aparece Silvia, mundana y mayor, que lo cautiva. Entonces Natalia pide ayuda a su abuela, que la adentrará en el reino de los hechizos y la magia negra.”
Probablemente la película más esperada (y la mejor?) de la competencia nacional. Dirigida magistralmente por Laura Casabé, escrita brillantemente por Benjamín Naishtat y con unos debuts actorales que arrollan en pantalla. Un film de terror que nunca deja de ser una coming of age transcurrida en el conurbano bonaerense del 2001. Una película hipnótica que no te suelta ni deja relajarte un segundo. Aplausos y agradecimiento hacia el cine argentino.

La gota escarlata, dir. John Ford.
Cineteca Nacional de Chile.

“Kaintuck, un humilde campesino, vive junto a su madre en un pueblito del sur de Estados Unidos. Al declararse la Guerra Civil, es rechazado por los terratenientes debido a su condición, y se convertirá en un bandido renegado.”
Película recuperada de John Ford que en ese momento, 1918, era simplemente un joven cineasta con potencial. Un film que tiene una gran historia de recuperación, se creía perdida hace más de 100 años y un coleccionista encontró los rollos perdidos que junto a la Cineteca Nacional de Chile ha sido restaurada. Increíble el valor de la obra este gigante del cine que ya desde joven inexperto ya tenía aciertos de maestro cinematográfico.

Hatker, dir. Alejandro Ariel Martin.
Competencia Oficial Internacional.

“En una vieja oficina, un grupo de personas están pegadas al techo por sus sombreros. Temblorosos y alienados, no parecen notar su situación. Cada vez que suena un teléfono, los trabajadores comienzan a desaparecer uno por uno. Hasta que Hatker trata de liberarse, poniendo su mundo de cabeza.”
Cortometraje argentino de stop motion. De esos que desde el plano inicial hasta el final se notan hechos con un amor y trabajo autoral descomunal. Hipnótico y atrapante como pocos. Deseo que el film encuentre recepción, realizaciones de nuestra tierra con este valor cinematográfico merecen, tanto por la obra como por el público, ser vistas en cine.

La guitarra flamenca de Yerai Cortés, dir. Antón Álvarez.
Competencia Oficial Vanguardia y Género.

“Yerai Cortés es una estrella en ascenso de la escena flamenca española, conocido por su estilo único y refinado, pero su vida está marcada por un oscuro secreto familiar y una tristeza que anhela compartir con el mundo.”
Opera prima del reconocido músico español Anton Álvarez. Un documental sobre un álbum de flamenco. Un álbum sobre un dolor, sobre una familia, sobre una pena que Yerai Cortés le quiere contar al mundo. Emocionante de principio a fin. Aunque parezca pomposo no lo es, una película que justifica la existencia del arte. En este caso el cine y la música en función de la expresión de los sentimientos más profundos, esos a los cuales  las palabras no llegan. Dolor. Familia. Pasión. Imperdible. Mi favorita del festival.

Guanaco, dir. Mercedes Jerkovic, Martín Fisner.
Nocturna.

“Filmado en Ushuaia e inspirado en un hecho real, este es un retrato sobre el tormento de vivir en el fin del mundo. Entre la majestuosidad de los Andes y la custodia misteriosa de los espíritus selknam, de la isla de Tierra del Fuego podés irte cuando quieras, pero nunca has de partir.”
Cortometraje que contempla los misterios del sur, basado en un hecho real. Excelente en todos los apartados destacando dirección y fotografía. Tremendamente cinematográfico. Peter Lanzani da cátedra. Reminiscencias a The House That Jack Built. ¡Más de esto!

Aimer perdre, dir. Lenny Guit, Harpo Guit.
Competencia Oficial Internacional.

“Armande Pigeon es la reina del engaño. Lucha por sobrevivir porque no puede dejar de apostar a todo, siempre perdiendo. Pero una noche, junto a Ronnie, todo cambia: ganan a lo grande. Sin embargo, cuando la suerte está de tu lado, hay que saber cuándo detenerse.”
Delirio cómico belga-francés con una actriz de ascendencia latina, Maria Cavalier-Bazan, la cual está brillante de principio a fin en ese tono hilarante e incómodo donde cada situación que enfrenta es más exagerada que la anterior pero siempre certera en su ejecución. Divertidísimo film sobre una persona (y sociedad) que sólo escapa hacia adelante.

Reflet dans un diamant mort, dir. Hélène Cattet, Bruno Forzani.
Nocturna.

“Un espía retirado sospecha que sus antiguos adversarios han resurgido cuando su misterioso vecino desaparece. La memoria, la locura y el cine se vuelven cada vez más difíciles de discernir.”
Mi gran sorpresa del festival. Pure cinema. El lenguaje cinematográfico está más vivo que nunca, el cine capaz se inventó para esto y demás frases llenas de parafernalia que sólo lo valen si viste el film. La magia del cine y de una historia tremendamente enrevesada donde el montaje es todo. El talento, cabeza y trabajo que tiene esta película no se puede creer. Para ver varias veces se entienda o no qué está pasando. Espectáculo que entra por la vista pero es tremendamente sensorial. Que placer ver esto en nuestras salas.

Ha sido un excelente festival de principio a fin, superador a otras ediciones en el buen sentido y dejando expectativas de mayor y mejor crecimiento pero con una incertidumbre clara, el futuro negro que parecía lejano ya lo tenemos cerca si es que no lo estamos viviendo ya por la situación actual de la producción de nuestro cine. No, el cine no va a desaparecer (los dinosaurios sí). Costará más producir y estrenar pero sin duda nuestro arte seguirá existiendo porque lo seguiremos creando y seguiremos llenando salas. Aún así no se puede perder oportunidad para visibilizar lo que pasa con nuestra industria. No nos podemos permitir un último festival argentino sin cine argentino.

Gracias BAFICI por este festival, fue una increíble experiencia. ¡Hasta el año que viene!
Por Julián Lloves para La Butaca Web.

Crítica: Misión Imposible Sentencia Final

Adiós Ethan Hunt. ¡¿Adiós Ethan Hunt?!

Tom Cruise y su blockbuster, Misión imposible. Thriller de espionaje que en casi 3 horas condensa 3 décadas de una de las sagas de acción más icónicas del cine. Casi 3 horas de “Lo viejo funciona Juan” y depende del criterio del espectador que eso sea algo bueno, o no. Mission: Impossible – The Final Reckoning o Sentencia Final es la parte 8 de la saga. Una entrega marcada con un tono de cierre que parece jugarle una mala pasada por su sobrecarga en diálogos y homenajes, pero como ya nos acostumbra, con espectaculares y magnánimas secuencias de acción dignas del gran cine.

Dirige magistralmente Christopher McQuarrie y una vez más demuestra la importancia de un director con criterio para la puesta en escena en películas de acción sin dejar atrás las metáforas cinematográficas y las segundas historias. Aunque lógicamente, el gran protagonista es Tom Cruise y eso no es novedad. El actor que interpreta al héroe desde las sombras, Ethan Hunt, vuelve a ponerle el cuerpo y alma a una misión imposible, salvar el mundo otra vez. Salvar el mundo, y salvar al cine; hacerlo incluso por aquellos que ni siquiera vamos a conocer.

Una película humanista-anti IA en el siglo XXI, pues el antagonista principal es una Entidad, una inteligencia artificial que planea y ejecuta su perfecto plan para conquistar el mundo, aniquilarlo a su manera y levantarlo siendo un nuevo Dios para aquellos que lo confundan con una divinidad aunque esté muy lejos de serlo. La más humanista de la saga y la más colectiva también. No voy a enumerar a todo el reparto que tiene tanto buenas como malas interpretaciones pero quiero destacar entre varios, y aunque tenga un rol menor en el film, a Katy O’Brian que se come la pantalla en cada cuadro que aparece, ¡por favor, qué actriz! Lamentablemente, como punto bajo, Gabriel interpretado por Esai Morales, deja mucho que desear por esa caricatura de villano. 

Nadie se salva solo es el lema a impulsar en la actualidad, pues el héroe no puede hacerlo todo. Hunt tiene una vez más a sus fieles compañeros y en esta entrega se forma un nuevo equipo, más universal, que lo acompaña y salva al mundo junto a él. Sí, Hunt es el héroe de héroes pero en todas sus posibles soluciones, si no fuera por quienes lo ayudan y acompañan hubiera fallado en cada uno de los pasos de su meticuloso plan.

La película ofrece entretenimiento y acción de escalas increíbles. Es buenísima, pero es irregular. Con tantos puntos altos como bajos. Tiene esa acción a la que sólo Tom Cruise puede y quiere ponerle el cuerpo y la vida. Se valora y agradece con aplauso firme al terminar la película por las secuencias del submarino o el clímax de la batalla de la avioneta. Pero los puntos bajos, sumado a la gran expectativa sobre el film después de las últimas grandísimas películas que realizaron la dupla autoral director-autor, parecen dejarlas algunos escalones por debajo de sus predecesoras y aún más por el tono de cierre que parece no estar a la altura de la grandísima saga que es. Su guion no ayuda al ritmo de acción-entretenimiento, especialmente por sus diálogos escandalosamente explicativos que refuerzan y subrayan cada momento del film como si el espectador no tuviera compresión, achata la película sin permitirle ser lo grande que quiere y puede ser. Me duele más de lo que me molesta, pareciera que está escrito no para espectadores de cine sino para aquellos que ya fueron dominados por una IA que les ha fritado el cerebro y les haya quitado la capacidad de pensar.

La película de 170 minutos tiene un montaje que logra no hacer sentir su duración pero no puede evitar que se vuelva densa por su guion donde la estructura constantemente se repite. Los protagonistas explican el plan detalladamente en voz alta, ejecutan ese plan tal cual y en la siguiente escena al espectáculo de acción te explican nuevamente lo que se acaba de apreciar. A mitad del metraje hay una secuencia realmente increíble e impactante de suspenso que al cortar a la próxima escena los personajes explican lo sucedido. Pésima decisión de guion que le quita todo el peso y fuerza a las imágenes. 

Lamento que en mi experiencia, aunque fue muy buena, se la ha comido un poco las grandes expectativas, asumo el error y ansío volver a verla para apreciar lo que realmente es. Aún así, Misión Imposible: Sentencia Final es una película increíble que sólo puede ser apreciada como debe ser, en una sala de cine.

Calificación: 7/10
Por Julián Lloves para La Butaca Web.

Presentación BAFICI 26°

Llega la 26°edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente.
Son 298 películas.
En 641 funciones.
Durante 13 días.
En 13 salas de 7 sedes.
Con entradas a $3.000 ($2.000 para estudiantes y jubilados).
Del 1 al 13 de abril de 2025.
BAFICI 26°
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La Butaca Web estuvo presente en la presentación del festival de cine independiente más importante de Latinoamérica que en esta nueva edición contará con una presencia argentina de 115 películas de las 298 seleccionadas para la programación, de las más de 4000 películas inscriptas entre cortos, medios y largometrajes de ficción y documental.

El dato más importante que tenés que saber es que las entradas salen a la venta este miércoles 26 de marzo desde las 10am y las podés comprar en la web del festival https://bafici.org/ o en la boletería del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530) de 10 a 21:30hs. Las entradas generales tendrán un precio de $3.000, con el descuento para estudiantes y jubilados saldrá $2.000, y habrá 2×1 comprando con tarjetas de crédito o débito del Banco Ciudad.

BAFICI sigue creciendo como meca del cine independiente tanto nacional como internacional. Sigue creciendo como el gran punto de encuentro para los realizadores y el gran público de Buenos Aires, que en la pasada edición cortó más de 100.000 entradas para llenar las salas de cine de la ciudad. Esta edición cuenta con más películas, más funciones, más sedes e incluso mayores premios para las películas galardonadas.

Repasando, tendremos 6 sedes para las más de 600 funciones que tendrá esta edición del festival.

Cine Teatro Alvear
Av. Corrientes 1659
Teatro San Martín – Sala Lugones
Av. Corrientes 1530
El Cultural San Martín – Salas Graciela Borges y Manuel Antín
Paraná 310
Espacio INCAA Cine Gaumont – Salas Leonardo Favio.
Av. Rivadavia 1635
Cinépolis, Plaza Houssay – Salas 1, 2, 3 y 4
Av. Córdoba 2135
Cacodelphia – Salas 1, 2 y 3
Av. Pres. Roque Sáenz Peña 1150
Museo del Cine “Pablo Ducrós Hicken”
Agustín R. Caffarena 51

Como ya es habitual en el festival tendremos tres competencias oficiales las cuales son; Competencia internacional, Competencia nacional y Competencia vanguardia y género. Además de la programación fuera de competencia, de cortos y largometrajes también tendremos retrospectivas a grandes autores, focos en directores contemporáneos y films rescatados. Una novedad es que entre las tres competencias oficiales (nacional, internacional, vanguardia y género) son 18 los largometrajes argentinos que competirán por el nuevo Gran Premio Ciudad de Buenos Aires, las cuales son:

COMPETENCIA OFICIAL INTERNACIONAL
Gatillero (Cris Tapia Marchiori. Argentina, 2025, 80’)

COMPETENCIA OFICIAL NACIONAL
L’addio (Toia Bonino. Argentina, 2025, 71’)
La mujer del río (Néstor Mazzini. Argentina / Uruguay, 2025, 90’)
La noche sin mí (María Laura Berch, Laura Chiabrando. Argentina, 2025, 68’)
La virgen de la tosquera (Laura Casabé. Argentina / México / España, 2025, 95’)
La Zurda (Rosendo Ruiz. Argentina, 2025, 85’)
Las reglas del juego (Matías Szulanski. Argentina, 2025, 66’)
Lo deseado (Darío Mascambroni. Argentina / Italia / México, 2025, 75’)
LS83 (Herman Szwarcbart. Argentina / Alemania, 2025, 85’)
Presente continuo (Ulises Rosell. Argentina, 2025, 80’)
Suerte de pinos (Lorena Muñoz. Argentina / España, 2025, 89’)
Tesis sobre una domesticación (Javier Van de Couter. Argentina / México, 2024, 114’)
The bewilderment of chile (Lucía Seles. Argentina, 2025, 121’)
Todas las fuerzas (Luciana Piantanida. Argentina / Perú, 2025, 70’)
Una casa con dos perros (Matías Ferreyra. Argentina, 2025, 98’)

COMPETENCIA OFICIAL VANGUARDIA Y GÉNERO
Antes del cuerpo (Carina Piazza, Lucía Bracelis. Argentina, 2025, 84)
Río, luego existo (Tetsuo Lumiere. Argentina, 2025, 86’)
Tortuga persigue a tortuga (Víctor González. Argentina, 2025, 74’)

Toda la programación ya está disponible en la web del festival para que puedas conocer el catálogo completo y la grilla horaria de los 13 días. https://bafici.org/

FUNCIÓN DE APERTURA
Upa! una primavera en Atenas (Santiago Giralt, Camila Toker, Tamae Garateguy. Argentina / Grecia / Noruega / Bélgica, 2025, 82’)

FUNCIÓN DE CLAUSURA
Quinografía (Mariano Donoso, Federico Cardone. Argentina / España, 2025, 75’)

Además tendremos ciclos y categorías como:
COMPETENCIA OFICIAL INTERNACIONAL DE CORTOMETRAJES
COMPETENCIA OFICIAL NACIONAL DE CORTOMETRAJES
COMPETENCIA OFICIAL VANGUARDIA Y GÉNERO DE CORTOMETRAJES

NOCHES ESPECIALES – BAFICITO – ARTES Y OFICIOS – CINE SOBRE CINE – COMEDIAS – FAMILIAS – HACERSE GRANDE – LUGARES – MÚSICA – BRITANNIA LADO B: WE WILL – ROCK YOU – NOCTURNA – ÓPERAS PRIMAS – PASIONES – POLÍTICAS – ROMANCES – RESCATES – CINETECA NACIONAL DE CHILE – TRAYECTORIAS – UPA! LA SAGA – MUSEO DEL CINE – TALENTS BUENOS AIRES

Repito lo más importante que tenés que saber, la VENTA DE ENTRADAS será desde este MIÉRCOLES 26 a las 10:00hs, desde la web oficial del festival y desde la boletería del Teatro San Martín (también desde el resto de boleterías a partir del 1° de abril).

Ahora ya tenés toda la información necesaria para esta nueva edición del BAFICI pero si querés seguir el día a día del festival y no perderte de nada no te olvides de seguirnos por Instagram en @labutacawebes

Por Julián Lloves para La Butaca Web.
¡Nos vemos en el cine!

Crítica: Mickey 17

El miedo a la muerte más allá de la muerte.
¿Qué nos hace humanos?
¿Hay humanidad en aquello que no lo es?
¿Incluso mayor humanidad que en los propios humanos?

El flamante cineasta Bon Joon Ho estrena película tras 6 años desde el éxito total de Parasite, en esta ocasión, Mickey 17 es un film de ciencia ficción basada en la novela Mickey 7 de Edward Ashton, donde en un futuro distópico (no tan lejano) la humanidad emprende un colonial viaje al espacio en búsqueda de un nuevo planeta habitable para nuestro futuro. Una travesía espacial donde nuestro protagonista Mickey (Robert Pattinson) tiene un rol absolutamente clave, ser un «prescindible», una persona que bajo su propia voluntad firma con una corporación para ser un empleado expuesto a riesgos de muerte, y en caso de morir pueda ser clonado en un cuerpo idéntico donde se le transfiera a su nuevo cerebro toda su memoria tras cada «resurrección». La tranquila vida de prescindible del protagonista da un completo vuelco cuando por error Mickey N°18 es clonado antes de que Mickey 17 efectivamente muera.

El director surcoreano vuelve a hacer una crítica a la sociedad tremendamente capitalista en la que vivimos y a sus megacorporaciones explotadoras, ahora también sumando en esa misma canasta de megacorpos la mezcla de cultos religiosos y líderes políticos. 

Pattinson, la gran estrella de la película, vuelve a demostrar que es un actor de talla mundial y primerísimo nivel en su oficio con este papel (o papeles) que lo exige para demostrar sus recursos actorales teniendo que interpretar a dos Mickeys en simultáneo, incluso en el mismo plano. El reparto que lo acompaña también es estelar ya que como líder de la corporación sectaria está Mark Ruffalo, aunque logrado, su papel de político villano casi caricaturesco por lo exagerado está por demás subrayado. Toni Collette es la primera dama y quien controla los hilos realmente. Steven Yeun es el peor mejor amigo de Mickey, y quien mejor está en su papel entre tantos estelares es Naomi Ackie haciendo de la novia del protagonista.

Mickey 17 tiene un tono satírico que no es típico de la ciencia ficción y que funciona muy bien pero por momentos podría apreciarse repetitivo por la extensión de la película, que aunque apenas pasa los 120 minutos se podría sentir algo extenso luego de la primera hora de metraje. El film busca ser divertido y realmente lo logra. Y tal vez por esa búsqueda del entretenimiento dentro de la ciencia ficción, y por tener a Warner detrás viendo como se gastan sus millones, ha quedado algo relegada la búsqueda de Bong por exprimir el lenguaje cinematográfico como ya ha demostrado en múltiples ocasiones que puede llevar un poco más allá. Aunque sí, el film logra su principal cometido que es el entretenimiento, esta película es de Warner bajo la autoría de Bong Joon Ho haciendo que Mickey 17 se asemeje más a Snowpiercer (2013) u Okja (2017), sus obras en inglés, antes que a las obras maestras coreanas de Memories of murder (2003) o Parasite (2019).

La mezcla autoral entre lo divertido del film y su (no tan) profunda crítica social funciona muy bien. Tiene escenas divertidísimas entre las cuales hay una cena donde todo sale mal, que pareciera salir de una de Tarantino pero también tiene momentos de drama existencial que aunque sea una obra por demás dependiente de la palabra hablada, deja correctamente preguntas latentes a responder o rever las respuestas actuales. El balance es positivo. Técnicamente la película es perfecta, destacando el gran uso del CGI para crear el gélido planeta al que llegan y a las criaturas que viven allí.

La idea de la obra es magistral pero parece ser poco aprovechada, como por ejemplo la escena del trío, que luego de su resolución anticlimática podría dar la sensación de que el film decae hasta su final pese a querer hacerse más grande. En las secuencias que busca ser una película pochoclera lo hace muy bien pero cuando intenta profundizar en la mente del protagonista lo hace a medias, revela que hay algo poderoso para explorar pero lo hace sólo superficialmente, y aunque se oye la voz en off de los pensamientos de Mickey nos queda tantísimo por saber sobre él y su particular vida, por algo será que prácticamente todos le preguntan lo que queremos saber, «¿Qué se siente morir?» y «¿Qué se siente morir sabiendo que vas a resucitar?»

Dejando las expectativas fuera de la sala de cine, Mickey 17 es una recomendable película de ciencia ficción y entretenimiento que arropa una crítica social. Ojalá este film sea un escalón firme para que pronto podamos ver una nueva película de Bon Joon Ho y no nos haga esperar un lustro esta vez.

Calificación: 7.5/10
Por Julián Lloves para La Butaca Web.

Crítica: Aún estoy aquí (Ainda Estou Aqui)


La familia Paiva, integrada por Eunice (Fernanda Torres), Rubens (Selton Mello) y sus cinco hijos parece vivir sin demasiadas preocupaciones en Río de Janeiro a principios de los años 70 a pesar de que Brasil se encuentra bajo un régimen de dictadura militar. Un día, una banda parapolicial irrumpe en la casa de los Paiva y le pide a Rubens que los acompañe para un presunto interrogatorio ya que él es un ex diputado de izquierda que se declara como político retirado tras el golpe de estado. Rubens accede a acompañarlos tranquilamente de su hogar pero quien queda en casa al mando de la familia es Eunice, que preocupada sospecha que su vida y la de su familia cambiará para siempre desde esa tarde infame. Una tarde infame que no permitirá que sea olvidada por ella, por su familia, por Brasil y por toda Latinoamérica.

Aún estoy aquí, película brasileña dirigida por el aclamado cineasta Walter Salles mayormente reconocido por sus films Central do Brasil (1998) y Diarios de motocicleta (2004), vuelve a dirigir un largometraje de ficción tras 12 años luego de On the Road (2012). El guion del film está basado en el libro Feliz Ano Velho (Feliz año viejo) publicado en 1982, donde el único hijo varón de los Paiva, Marcelo Rubens, escribe una obra autobiográfica donde entre otros temas relata la desaparición forzada de su padre. El film recibió tres nominaciones para los premios Oscar; mejor película, mejor película extranjera y mejor actriz protagonista para Fernanda Torres.

Ainda Estou Aqui es una gran película que tiene muy claro su tema, la memoria. La obra de cierta manera humaniza al mal de la dictadura, no muestra monstruos ni torturas explícitas pero sí el dolor que épocas oscuras de la historia causan en las personas. La gran protagonista es Eunice que enfrenta en primera instancia la posible liberación de su marido mientras mantiene en pie a su familia y, tras los años, la búsqueda de justicia a la desaparición de su marido. La película es el horror de una madre (soltera o viuda, ¿O cómo decirlo no?) frente a la atrocidad amenazante de la dictadura en resguardo de sus cinco hijos; Vera (Valentina Herszage), Eliana (Luiza Kosovski), Nalu (Bárbara Luz), Marcelo (Guilherme Silveira) y Babiu (Cora Ramalho). Eunice no está sola, cuenta con Zezé (Pri Helena), la empleada doméstica de la familia que cuida a sus hijos y vive con ellos, además de algunos amigos de la familia con vinculación política así como la tuvo Rubens que la apoyan y acompañan.

El primer acto del film es una experiencia bellísima y agradable, plantea un tono contrapuesto al resto del film y hace que funcione tan bien a medida que avanza la trama. Luego de ese primer gran acto la película se sostiene en la impoluta interpretación de Fernanda Torres que tiene tremendamente merecido todos los aplausos y reconocimientos. Una actuación desde lo físico, desde su mirada y silencios, desde sentimientos aparentemente invisibles o abstractos como el miedo, el dolor, la impotencia o frustración pero que gracias a su excelsa interpretación atraviesan la pantalla y conmueven. Eunice sabe que tiene que ser fuerte, muy fuerte y pese a que nunca lo hace explícito en todo momento se percibe. Salles demuestra que es un excelente director de actores porque no sólo con Fernanda saca interpretaciones precisas sino que con todo el reparto, incluidos los jóvenes hijos o con Rubens que pese a no tener muchos minutos de metraje lo que logra es digno de admiración porque su ausencia nos pesa toda la película.

Formal y técnicamente la película es excelente. Salles dirige con sobriedad y sutileza pero lo hace con un estilo precioso, donde los planos crecen por sí mismos estética y semióticamente. Me fascinó el trabajo de Adrian Teijido desde la dirección de fotografía logrando hacer parecer fácil lo complejo y sumando además secuencias en formato super 8 montadas por el editor Affonso Gonçalves que son para aplaudir. Desde la dirección de arte a cargo de Gabriel Garcia el trabajo es formidable y realmente se aprecia la construcción de los años 70 cariocas donde también aporta a la sensación de época la banda sonora con música brasileña influyente de esos años. 

Tal vez el único pero sea que el último acto se sienta denso, prolongado. Pero una vez finalizado el film se aprecia que es un gran cierre, y que es necesario esa conclusión de dos epílogos dándole prioridad a la importancia de la historia real por encima del mero dopamínico entretenimiento. 

A pesar de que la mayoría de acontecimientos son en los años 70, el final transcurre en el año 2014, donde Eunice tras décadas de lucha resiliente obtiene una justicia simbólica y agridulce pero que la deja en paz a ella y a su familia que nuevamente vuelve a sonreír pese a la circunstancias demostrando una fortaleza necesaria que perdura hasta nuestros días y debe continuar perdurando para exigir justicia por los horrores cometidos en dictadura que siguen impunes. 

La historia de Aún estoy aquí es dura pero trata con mucho respeto a sus protagonistas y aunque la situación sea angustiante siempre deja un pequeño destello de esperanza y una sonrisa para dejar claro que el mal no nos pasará por encima (otra vez).

Calificación: 8.5/10
Por Julián Lloves para La Butaca Web.

Crítica: El Brutalista (The Brutalist)

Un judío de origen húngaro escapa del infierno europeo de la Segunda Guerra Mundial para llegar a Estados Unidos. Lo primero que observa al asomarse por el barco que lo trae a América es la estatua de la libertad. La cual; en un plano bellísimo, poderoso y tremendamente expresionista se la observa de cabeza, torcida. El sueño americano no es tal cual nos lo pintan. Una obra contundente. Sin dudas la mejor de 2024 y probablemente la mejor película de esta década.

László Toth (Adrien Brody), el inmigrante judío, encuentra refugio en Pennsylvania gracias a un primo que le ofrece trabajo y un lugar donde dormir en su tienda de muebles, llamada ‘Miller e hijos’, lo cual le resulta desconcertante a László ya que su primo no se apellida Miller y no tiene hijos, entiende que para sobrevivir en Estados Unidos tuvo que camuflarse. Incluso su primo gracias a su nueva esposa ahora es católico y vive como un americano más. La película es una lucha constante sobre la dualidad para un artista entre vivir una vida bajo propias decisiones y el agachar la cabeza soportando lo necesario para poder sobrevivir y lograr crear.

The Brutalist es impactante, las imágenes que crea son poderosas, tienen peso, importan, retumban y quedan. No son imágenes efímeras como todo lo que ‘consumimos’ en la actualidad. Los temas que retrata también son contundentes y es una película que pretende abarcar mucho; el holocausto, el escape de la guerra, el antisemitismo, la familia, el amor, la vida del artista, las drogas, el dominio, el abuso de poder, el capitalismo inescrupuloso, entre otros temas.

The Brutalist retrata pasajes de la vida del arquitecto de estilo brutalista cuyo futuro cayó en desgracia por las consecuencias de la guerra. El film se divide en dos actos, además de una obertura y epílogo. La primera parte se centra en los primeros años de László en Estados Unidos, los momentos junto a su primo y en cómo tuvo que sobrevivir al escapar de Europa dejando todo atrás, olvidando todo -o casi todo- lo que construyó allí y no sólo en sentido literal. Gracias a su talento un vil magnate, Harrison Van Buren (Guy Pearce), le encomienda a László la construcción de un edificio colosal y totémico, un particular edificio que costará 850 millones de dólares y tiene que ser un auditorio, un gimnasio, una biblioteca y una capilla. Así como la película, también el edificio todo lo tiene que abarcar. La segunda parte del film transcurre desde que, gracias a los contactos de Van Buren, László lograr traer de Europa a su esposa Erzsébet (Felicity Jones) y a su sobrina Zsófia (Raffey Cassidy), hasta los años de construcción del edificio Van Buren.

Pese a lograr escapar de la guerra e incluso salvar a su esposa y sobrina, pese a poder reencontrarse con su arte y poder seguir creando edificios descomunales, László constantemente sufre y padece la vida que lleva. Incluso en el propio relato de su esposa, él crea un edificio gigantesco pero no es más feliz que antes de haberlo hecho, pese a que aún no esté terminado László se encierra en soledad dentro de su propia obra para recorrerla y pensar. El retrato de un artista egoísta y perdido en búsqueda de algo que sólo lo puede encontrar explorando dentro de su monumental creación.

La dirección de Brady Corbet es magistral, filma como si lo hiciera hace décadas pese a ser su tercer largometraje con tan sólo 36 años de edad. Encuadra con un poder y una sensibilidad que ya no se ven. Desde planos aparentemente simples hasta los increíbles e impactantes planos secuencia de la película Corbet no dirige con altanería sino en pos de la narrativa intentando que su rol se vuelva invisible. Crea un relato sobre un arquitecto preso en su vida de artista mientras que, en forma y contenido, está hablando del cine. De los cineastas y de su industria. El ya retratado pero siempre interesante conflicto entre el artista y quien lo financia. El productor que otorga libertad creativa al autor pero luego quiere interferir en su visión entorpeciendo el proceso. Corbet denuncia una industria tremendamente abusiva que desprecia a los artistas, los somete y esclaviza a vivir bajo su ala para poder seguir creando.

La película en todos sus apartados es excelente; dirección, fotografía, diseño de producción, montaje, sonido, interpretaciones y guion. La pulcra fotografía fue realizada por Lol Crawley que filma en formato VistaVision para proyecciones en 70mm. Una producción increíblemente cuidada en la cual se percibe un film mucho más caro de lo que realmente fue. Un montaje preciso que nos va revelando información a fuego lento. Un sonido increíble y en especial una banda sonora original de Daniel Blumberg que engrandece al máximo las imágenes haciendo un trabajo sublime. Las interpretaciones son dignas de múltiples premios, destacan Adrien Brody y Guy Pearce por lo espeluznantes que son pero todo el reparto está en una tónica admirable, Felicity Jones teniendo menos metraje pero con escenas cruciales y complejas también hace un excelente trabajo. Por último pero no menos importante el guion coescrito por Corbet y Mona Fastvold es descomunal y terrorífico. Tal vez en el segundo acto por querer abarcar más y en profundidad se sobredramatiza pero es algo que en semejante obra no le quita ningún mérito sino que hasta la engrandece por el desafío. El final es particular porque se siente apresurado en una obra de casi 4 horas, donde en el epílogo la estética cambia justificadamente pero no logra impactar como el resto del metraje y cierra con una línea tan concreta como ambigua, tan acertada en lo que dice como contradictoria con el propio film. Aún así se celebra porque deja con expectativas de más y pese a su duración uno puede desear volver a entrar a una sala de cine para verla nuevamente. Eso hoy en día es un logro extraordinario.

La película es inmensa, no sólo por su duración de 3 horas y 35 minutos, incluido el intermedio de 15 minutos entre ambas partes del film, sino también por su ambición y alcance. Parece que The Brutalist sí acierta en lo que Megalópolis de Francis Ford Coppola falla y no menciono a F. F. solamente por su reciente film sino porque The Brutalist nos trae el vivo recuerdo de ese cine que ya no se realiza más, que parece haber quedado 50 años atrás. Hay una sensación constante durante la proyección la cual es que «ya no se hacen películas como esta», ya no se filma así, ya no se ilumina así, ya no se guiona, musicaliza, fragmenta e interpreta de esta manera y podría seguir enumerando. Corbet deja un precedente importantísimo dejando claro que se pueden crear películas gigantes y magníficas haciendo cine independiente y de autor.

«Nada tiene su propia explicación,
¿Hay mejor descripción de un cubo que la de su construcción?»

Calificación: 9.5/10
Por Julián Lloves para La Butaca Web.

Crítica: A Complete Unknown

Un desconocido muchacho, Bob Dylan (Timothée Chalamet), llega a Nueva York haciendo dedo para conocer a su ídolo musical, Woody Guthrie (Scoot McNairy), que está internado en un hospital de la ciudad. El veinteañero Bobby, al visitarlo también conoce a otro reconocido cantante folk llamado Pete Seeger (Edward Norton) y frente a ambos este jóven canta una canción que compuso con su guitarra para Woody y los maravilla tanto que Pete Seeger decide apadrinarlo de alguna manera para que empiece a tocar en el circuito de la música folk en Nueva York, donde este completo desconocido poco a poco empieza a conseguir el respeto de todos, revolucionar la música y ganarse su propio nombre; Bob Dylan.

El director James Mangold que tras seis películas de acción y aventura donde le ha ido muy bien vuelve a un género que ya conoce, el biopic musical, y 20 años después de Walk the line, biopic de Johnny Cash, ahora dirige y coescribe junto a Jay Cocks un nuevo film sobre la vida y obra de Bob Dylan.

De principio a fin es una película clásica de Hollywood, donde el director quiere ser invisible y no quiere llamar demasiado la atención pero que aún así su estilo está ahí. Gran trabajo con la puesta en escena, dirección de arte hace un excelente trabajo desde las locaciones, utilería, vestuario y peluquería para reconstruir la década de los 60. Lógicamente el departamento de sonido es muy importante en esta obra y se le da la suficiente importancia para que se note pero algo que se destaca gratamente es la elección del casting, además de tener estrellas tiene buenos talentos en sus papeles. 

A Complete Unknown tiene un gran reparto donde todos los intérpretes están impecables. Y al decir todos son todos, no sólo Chalamet, que me ha sorprendido para bien por su entrega con la película y ha demostrado ser un actor de oficio brindando todas sus herramientas para esta compleja interpretación como la es la personalidad de Dylan. Por otro lado, aunque el papel de Norton no haya sido escrito para llevarse todas las luces logra cautivar. También destaco a Monica Barbaro que en el papel de Joan Baez logra una merecida nominación a los Oscar como mejor actriz de reparto sumándose así a Norton nominado a mejor actor de reparto y a Chalamet como protagonista. Se suman al cast con excelentes performances Dan Fogler, la encantadora Elle Fanning y Boyd Holbrook que con 10 minutos de metraje interpretando a Johnny Cash crea a este como un personaje mucho más interesante y que uno percibe vivo comparándolo con las más de 2 horas de Joaquin Phoenix en el mismo papel en Walk the line también bajo la dirección de Mangold en 2005.

La mirada de Mangold es interesante, nos trae una biopic sobre un músico que se centra principalmente en sus canciones, en su obra y no en la vida de Dylan bajo el escenario. Donde la mayoría de los films de este estilo recurren en contar las experiencias de los músicos con sus adicciones o las múltiples parejas e infidelidades de una estrella de rock. Que sí, también tiene de eso pero en su justa medida. Pues, no es tarea fácil hacer una película sobre una persona que aún está con vida y en actividad. No hay ascenso y caída.

Un completo desconocido es casi un musical, casi pero no, y no porque trate sobre la vida de un músico sino por la utilización de la canción como herramienta narrativa en la historia. Tal vez la música no haga avanzar narrativamente el film pero sí captura el viaje histórico de Dylan en aquellos años de su carrera. Su obra musical no es sólo un acompañamiento de las escenas o sólo la puesta en escena de un hito histórico para Dylan sino que también es aprovechada como una forma de narrar para el autor de la película, una que en todos sus apartados está muy bien dirigida; arte, fotografía, montaje y guion, siendo este último tal vez al que le quepan más altibajos aunque siendo uno muy sólido y entretenido.

Tiene fascinantes momentos plagados de una verdad que sólo se encuentra en el cine pero su punto bajo puede ser la construcción de la estructura narrativa que parece carecer de un conflicto de importancia para la película, para el protagonista y para el espectador, al menos hasta el último acto donde claramente Dylan tiene un conflicto delante y una motivación para ser el artista que es. Con el avance de la historia y su meteórico ascenso hacia la fama, Dylan se vuelve ajeno y alejado a lo que vemos en un principio, aunque fue catapultado por la música country a la que también ayudó mucho a crecer y de cierta manera a no ser olvidada, el músico no quiere ser encasillado en sus hits de folk rock y seguir tocando siempre las mismas canciones, no quiere cantar a pedido, quiere hacer la música de su gusto, no la que le demandan y en el Festival Folk de Newport hace una importante declaración de intenciones que fue un antes y un después para la música estadounidense.

Mangold ha tratado muy bien a Dylan con A complete unknown, tal vez demasiado. No es la típica película sobre una estrella de rock, justamente le falta eso, un poco de rock. Quien también ha tratado muy bien a Dylan fue Thimotée Chalamet que canta y toca todas las canciones y lo interpreta sin caer en la burda imitación pero sí analizándolo, Antes de entrar a la sala temía de ver a Chalamet haciendo de rockero fachero para redes sociales y no una interpretación de Bob Dylan en los años 60 pero tras el primer plano del protagonista en ese auto tal preocupación se diluyó y pude disfrutar de la película como se debe. A uno le dan ganas de usar anteojos negros todo el día y comprarse una moto canchera después de ver la postura de Chalamet fumando cual Dylan. 

Pero también y siendo más importante por el contexto musical y artístico actual, a uno le dan genuinas ganas de que vuelva a importar el talento, que la postura contestataria no sea un aparato de marketing sino la expresión de una obra. Ojalá que resurjan artistas inspirados que puedan crear e interpelar con menos, tal vez sólo con el talento de las ideas, su voz y una guitarra. Muy buena película.

Calificación: 8/10
Por Julián Lloves para La Butaca Web.

Crítica: Megalópolis

Odio y amo, pero ¿Por qué lo hago, te lo preguntarás?
¿Cuándo muere un imperio?
¿Es este tipo de sociedad la única disponible para nosotros?
¿Deberíamos aceptar este conflicto sin fin en el que vivimos ahora?
¿No hay tiempo para hablar del futuro de la gente?
¿La suerte ya está echada?
Megalópolis y Francis Ford Coppola, una fábula gigante.

César Catilina (Adam Driver) es un polémico artista-inventor, premio Nobel por descubrir un material de construcción milagroso llamado Megalón. César tiene una misión personal, crear un futuro mejor para el ser humano frente al latente peligro del callejón sin salida que es vivir en una sociedad corrompida. En su epopeya situada en Nueva Roma, gobernada por el alcalde Franklyn Cícero (Giancarlo Esposito), ciudad que utiliza el autor como paralelismo entre Nueva York y el antiguo imperio romano, el protagonista tiene varios frentes con los que lidiar durante la búsqueda de la creación de Megalópolis, un jardín del Edén futurista que quiere construir desde la ruinas de la sociedad actual para no dejar fuera a nadie.

Un mundo torcido, que no respeta las instituciones y desdibuja sus importancias es un mundo que está en peligro de caer. Con ese plano aberrante abre su film Francis Ford Coppola, la mente maestra detrás de algunas de las mejores películas de la historia del cine que a sus 85 años vuelve a apostar todo, ya que en sus propias palabras es imposible hacer arte sin correr riesgos, para crear una película gigante y que más allá de su invaluable legado también se siente como un testamento que aborda críticamente temas como la mentira, la cancelación, la demagogia política, la acumulación capitalista, los vínculos familiares, las pérdidas y los duelos, la ambición y los delirios de grandeza, el tiempo y el arte, la vida en sociedad y los pilares fundamentales que fueron pervertidos, intentando abrir una conversación sobre el futuro repensando una y otra vez sus intereses y obsesiones.

¿Un artista puede detener el tiempo?
No dejaré que el tiempo domine mis pensamientos.
Cuando saltamos a lo desconocido demostramos que somos libres,
César continuamente se autoconvence de eso frente al espejo.
Si somos capaces de inventar dioses con un poder infinito,
¿Por qué no podemos aplicar con nuestra propia mente ese mismo poder?
¿Por qué el humano necesita crear algo gigante para demostrar ese poder?

Megalópolis es una película realmente colosal, esa es su mayor virtud pero también es su punto débil al no estar con esa misma grandeza en todos sus apartados. De ahí nacen las críticas que se le hacen al film. Sí, el CGI se ve algo dudoso e inacabado, su estética dorada no es la más agradable y el montaje no ayuda en la narrativa de la película, ya que parece que escenas enteras fueron recortadas, en especial en la segunda mitad. Tal vez el guion plagado de parlamentos y citas filosóficas tenga falencias, y no siga las recetas que se enseñan en las escuelas de cine o sea el fiel reflejo de los guiones estándar algoritmizados que la industria plantea pero con todos esos posibles defectos, quedando lejos de sus mejores films y entendiendo la obviedad que ninguna película es perfecta, esta obra sigue siendo de Francis Ford Coppola. Merece el respeto y el análisis necesario, no sólo por su nombre sino por el tamaño de la fábula que crea y los temas que lleva a la gran pantalla.

¿Qué nos quiere contar Coppola con esta fábula? ¿Cuál es su visión acerca del mundo actual y su potencial futuro? ¿Es esta película una alegoría de su vida, su visión y el futuro del cine? Al ver a César en cuadro estoy viendo a Coppola crear Megalópolis, crear tanto la ciudad como a la misma película. 

No es solemne pero es inmensa. Es ególatra y megalomaníaca. No quiere asumirse así aunque lo sea. Es Coppola hablando de Coppola, de su cine, de su visión. Es Coppola poniéndose en distintos personajes y hablándose a sí mismo a través de ellos. Habrá espectadores que detesten estas conductas de parte de un autor así sólo porque hay un grueso que lo deteste, a mí realmente me encanta. 

César se autofelicita por sus propias ideas y se remarca cuanto le gustan a sí mismo. «No te mires la nariz en el espejo porque ya no está donde solía estar» le dicen a César tras ser (mal) cancelado y golpeado, no es otra cosa que Coppola diciéndose, cuidado con mirarte al espejo porque podrías no ver al director que solías ser, o mejor dicho, cuidado con no ver la imagen que crearon de vos mismo.

Es una película tan grande que es difícil hacerle justicia con una breve crítica y no con el extenso análisis escena a escena que merece, pero también eso es lo bueno. Es una película que te queda en la cabeza, que realmente abre debate como su protagonista quiere hacerlo, en palabras de César, las utopías no ofrecen soluciones prefabricadas ya que no están hechas para ofrecer soluciones sino para hacer las preguntas correctas.

César enfrenta a Cícero frente a la prensa; entre las cuales está Wow Platinum (Aubrey Plaza dando una excelente interpretación). César plantea frente a todos la construcción de Megalópolis con este milagroso material que descubrió interrumpiendo al alcalde Cícero que pretende hacer de Nueva Roma un negocio con divertidos casinos «sin problemas de tiempo ni acciones sindicales». Es decir, una construcción hecha sólo para un rédito económico sin importarle la destrucción de la ciudad como bien para la sociedad. Como bien afirma Clodio (Shia LaBeouf) el excéntrico y caprichoso primo de César, que es su total opuesto, «cualquiera puede ser dueño de esta ciudad. Hay un gran cartel clavado de: ciudad en venta.» 

Entre César y Cícero, hay una gran enemistad tanto por sus pasados como por la visión del futuro. El artista-inventor plantea una ciudad que inspire y con la que la gente pueda soñar con el porvenir. Mientras que el político arraigado al momento presente sólo promete el status quo actual por miedo a que la utopía construída de Megalón se transforme en una distopía. Cícero cree que César es un soñador imprudente que destruirá al mundo, antes de que pueda construir uno mejor. Entre acusaciones varias el alcalde es el primero en querer llevar esa discusión intelectual al plano de la violencia física, es ahí cuando Coppola con el lenguaje propio del cine, el montaje, utiliza el iris para acercarnos, separarnos y darnos la intimidad que una acusación y secreto como el que se revela merece, con un tratamiento sonoro que realza lo que está pasando en cuadro.

Tras el altercado entre César y Cícero nos enteramos que César y Wow Platinum son amantes, y el primer acercamiento es con una discusión donde ambos están hablando de cosas diferentes sin interesarse en lograr una conversación real, cada uno está hablando de sí mismo y sus propios intereses. Wow Platinum le miente descaradamente, le declara un verdadero amor (no tan) camuflado en una intención de ser quien deba ser con total de ocupar un espacio de poder. Ella quiere más. No importa qué sea ni lo que ya tenga, quiere más porque lo que uno tiene nunca alcanza. A lo cual Cesar le responde con el dolorde una mente corrompida, que nunca se case por amor. Wow, encuentra en la televisión, en el reflejo de sus acciones pasadas, la revelación del futuro que desea, planea conquistar al multimillonario tío de César, Hamilton Crassus III (Jon Voight).

¿Con que Coppola está viejo y ya no sabe filmar? Sólo con ver la calidad de la dirección del plano inicial en la escena que Julia (Nathalie Emmanuel) visita a César en su oficina es más que suficiente.

«¿Esto es?» Se pregunta Julia, la hija del alcalde Cícero, al ver la primera maqueta de lo que sería Megalópolis. ¿Sólo esto es? Sí, es eso. Será mucho o poco, tendrá más o menos potencial, mayor o menor profundidad según quién y cómo lo observe. Pero sí, eso que parece una puesta en escena miniatura, un juguete a medio terminar es en lo que podría convertirse el futuro, y eso es cómo ve el futuro su creador y una persona bajo su guía, incluso con los ojos cerrados.

César le pide a su mano derecha, Fundi Romaine (Laurence Fishburne), que lo lleve al purgatorio. Es decir, a ese último plano no físico donde lavar culpas antes de la trascendencia, el lugar para limpiarse de los pecados que aún quedaron sin el perdón de Dios. En ese camino hacia el purgatorio, Cesar va charlando de un interés que sigue sin descifrar, el tiempo. Julia lo persigue, mientras se cuestiona sobre el pasado de César, sobre la desaparición de su esposa, y a su vez Clodio los persigue a ambos. Los tres durante sus trayectos van obsesionados por aquello que persiguen y que no logran poseer, persiguen lo que no entienden y quieren dominar.

Cesar compra flores y se encuentra con su ex mujer en este purgatorio mientras que Julia lo espía, y cual Rebecca de Hitchcock, afirma que él todavía la ama y no la puede dejar ir. Tras esa escena Fundi Romaine relata que, tales son los misterios del corazón humano, que se hace difícil el comprender, y no hace falta aclarar nada más. La película, en especial en su primera mitad, está llena de escenas que condensan tanta verdad como belleza cinematográfica que parecen pasar inadvertidas para aquellas críticas que pasan por alto algunas secuencias para sólo enfocarse en los apartados menos logrados del film.

Pan y circo. Mientras se alce el coliseo, Roma se alzará. Cuando el coliseo caiga, Roma caerá también. Y cuando Roma caiga, el mundo caerá con ella. Este capítulo es la incomodidad que genera la inescrupulosa alta sociedad y una familia de ese tipo. Las mentiras y el aparentar, un show que sólo puede montar la cúpula del poder y el dinero. Una mención más que especial a la madre de Cesar (Talia Shire) que pese a tener poco metraje sus escenas son realmente sublimes, esas que condensan verdad como pocos momentos del film. Otra secuencia tremendamente lograda es en la reaparición de Wow Platinum para ejecutar su plan de quedarse con el banco de Crassus, donde actúa como una serpiente perspicaz y seductora para así dominar eróticamente a Clodio. 

Tras liberarse de su conflicto, ahora con el amor de Julia y en la espera de una hija, César empieza a construir en medio de la decadente Nueva Roma en ruinas, su Megalópolis, algo que a simple vista no se entiende cómo es, por más que uno lo observe no logra comprender su forma al no se parecerse a lo que acostumbramos habitar.

El film es un constante diálogo de transición entre el pasado y el presente pensando en el futuro. Está llena de líneas que sostienen esta preocupación del autor.

«¿No podemos ser como éramos antes? – ¿Podemos?»

«No me preocupa mi lugar en la historia. Lo que me preocupa es el tiempo, la conciencia y el valor. ¿Y qué es el valor, sino el comienzo de una conversación vital? Necesitamos un gran debate sobre el futuro.»

Coppola cierra la película con la misma angulación que la inicia pero ahora parece que el mundo podría llegar a ordenarse si los principios de Megalópolis se cumplen. Afirma que queda tanto por hacer, por construir pero, ¿hay tiempo para hacerlo? El pasado le pide al presente que construya noblemente y este se compromete a hacerlo. El tiempo se detiene para las generaciones pasadas pero no para las venideras. Francis Ford Coppola nos dice que hasta acá llegó su obra, que es el momento para que las nuevas generaciones continúen su legado cinematográfico siendo conscientes de todo lo bueno así como de todo lo malo que nos trajo hasta hoy, para que así se pueda construir noblemente un nuevo futuro.

Calificación: 8/10
Por Julián Lloves para La Butaca Web.