Por Guillermo Benites
Película escrita y dirigida por Paula Hernández, nos relata la historia de Luisa (Erica Rivas), Emilio (Luis Ziembrowski) y su hija Ana (Ornella D’Elía), en una reunión de fin de año en la casa de campo de la familia de Emilio.
La historia evoluciona lentamente, empezando por Ana, una joven adolescente que padece de sonambulismo heredado por parte de la familia de Emilio (si bien no se aclara si todos ellos lo tienen).
Luisa, una mujer editora que trabaja en la empresa familiar de su esposo (Emilio), tiene que lidiar con los problemas de confianza que tiene su hija con ella para contarle sus intimidades.
La película muestra el conflicto familiar de Emilio con su madre Meme (Marilú Marini) y sus hermanos Inés (Valeria Lois) y Sergio (Daniel Hendler), por querer vender la casa de campo que pertenecía a su padre, la cual quiere conservar sugiriéndole a sus hermanos cubrir entre los tres los gastos. A esto se suma Alejo (Rafael Federman), hijo de Sergio que sorprende con su llegada a la reunión luego de años sin saber mucho de él.
La película puede resultar un poco difícil de seguir debido a que uno no sabe mucho lo que está pasando o qué relación hay entre los personajes, pero a medida que va avanzado te va revelando poco a poco información sobre cada uno de los personajes y su situación, para finalmente concluir con un final realmente explosivo y que le da un nuevo sentido y significado y todo lo visto durante la película.
Los planos cinematográficos resultan ser bastante buenos, generando en algunas escenas un nivel de inmersión que te hacen sentir partícipe de la escena, de los cuales son sumados con el buen uso de sonido en ellas. Que en mi opinión, de ser intencional, potencia bastante el mensaje que nos deja el final y nos lleva a la reflexión.
Calificación: 8.5/10