Amores tangueros
El tengo es un sufrimiento. Es una de las frases que he escuchado desde que llegué a este país; es que en su efecto, hay una gran melancolía y agonía en las letras y el modo de cantar del tanguero; no obstante la vida de los cantantes del género porteño no se escapa de la desgracia. ¿Puede que sus canciones sean más que una forma de ver la apasionada vida? Tania y Discepolo son una de las parejas más emblemáticas del tengo argentino, especialmente de la época dorada. Ella española de gran talento que vino a Argentina a desarrollar su carrera y él un artista de renombre. Ambos compartiendo más que el amor: El tango.

«es una obra de teatro musical inspirada en la historia de un amor apasionado de dos personajes que hicieron leyenda en la música de Buenos Aires: Enrique Santos Discépolo y Tania.
Su trama desarrolla por un lado la relación amorosa entre el personaje de Enrique, un poeta algo nostálgico y Ana, una cancionista de origen español pero profundamente ligada al tango, y por otro, a través del repertorio tanguero,
relata y resalta el carácter de una obra porteña y urbana por excelencia. Si bien es una versión libre, la historia está inspirada en la apasionada y tumultuosa relación amorosa entre ellos, un potente y explosivo vínculo sentimental a través de la maravillosa poesía y la sublime música de uno de los genios del tango del siglo XX» Así define Luis Cicero la obra musical que dirige y escribe.
Alejandra Fortan y Martín Rebechi son los encargados de personificar a Tania y Discepolo. Los actores poseen una química indescriptible y un dote vocal sin igual. Ambos cantarán el repertorio musical de esta pareja tanguera junto a los músicos Enestina Inveninato, Federico Siksnys, Adrián Speciale.
Fantoche herido es un espectáculo melancólico, romántico y dramático. Dos actores comprometidos a interpretar a estas leyendas musicales. Una dirección ingeniosa y delicada dónde lo estético, lo simple y lo tradicional se encuentran acá.
Disponible este 24 de mayo a las 21 en el Teatro Border (Godoy Cruz 1838) Escribió Sebastián Arismendi para La Butaca Web.
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