Por Maximiliano Pouchan
Un joven desaparece. Es secuestrado por el aparato represor del gobierno militar. Su madre, atravesara entonces, el infierno encarnado en la realidad oculta dentro de los centros clandestinos de detención. Seremos, junto con ella, testigos de la tortura, la desesperación, el miedo y el extermino absoluto del ser.

La obra propone, en primera instancia, un ejercicio de memoria. Pero, es un relato sobre una transformación. Sobre cómo esta madre deja de ser quien es y comienza a dar pelea en búsqueda de la verdad.
Luciano Cejas asume varios riesgos. La desaparición forzada de personas es un hecho real, actual y de necesaria reflexión, del cual mucho se ha hecho y dicho en el arte. Es un tema doloroso y que a veces requiere incluso cierto rigor histórico y cierta corrección política y estética. En escena, el director se permite explorar sin miedos, confiando en la verdad que le dictan las vísceras y su sentido estético de la realidad. Construye una puesta no tradicional, con elementos de estéticas teatrales disimiles, encontrando entre ellas los nexos exactos para lograr un resultado orgánico. El manejo del espacio y la composición de la imagen es extraordinario y la dosificación de la información y la tensión es muy precisa.
La selección musical es ecléctica. A veces te golpea en el medio del pecho y por momentos, mezclándose entre respiraciones y gritos, se vuelve desgarradora. Sin miedo a caer en lugares comunes, introduce canciones muy conocidas, dándole pelea a todas las imágenes previas que tenemos de ellas.
El vestuario es de un valor simbólico poderoso y acertado. Hay ropa que deja de ser ropa, son restos de personas que llevan encima los personajes y que apenas los cubre. Los intérpretes se dejan atravesar por el dolor y construyen algo verdadero. Con gran habilidad ejecutan una composición de acciones y danza de una belleza conmovedora.
DEJAR DE SER es un poema hecho de fragmentos del pasado y la sensibilidad puesta en movimiento, sonidos e imágenes. Es una experiencia teatral necesaria.
Hay que verla, sentirla y pensarla.
Intérpretes
Alfonsina Macchi Herrera, Catalina Crusat Albornoz, Flavia Basilico, Jeanette Feal. Luciana Edelstein, Magalí Nuñez, Maite de León, Micaela Rivetti, Matías Sangougnet, Nahuel Alejandro Lozano, Sol Morales, Yasmín Gomez
Ficha Técnica
Dirección artística y coreográfica: Luciano Cejas
Coordinación General: Mónica Rodriguez Manzano
Asistente de Dirección: Micaela Rivetti
Dirección de Imagen: Pamela Dávalos
Asistente Audiovisual: Nahuel Alejandro Lozano
Community Manager: Guadalupe Peralta Caceres
Duración: 60 minutos
Publico: Adultos
Prensa: Kasspress – Sergio De Caro y Laura Kass Mathieu
Dirección General: Luciano Cejas
Funciones: Domingos 20 hs – IFA (Centro de experimentación teatral)