Reseña: Ellas en mí

Con libro de Guillermo Gil y Nahuel González Mosca, en el Teatro Regina, el sábado 18 de mayo, asistí a la función de prensa, de “Ellas en Mí, con la voz de Pinky”.

La propuesta consiste: Guillermo haciendo una visita guiada, por el museo de la nostalgia, donde nos invita a tomar el té con Ellas: con mujeres que fueron y son importantes para la cultura y el arte como pueden ser: Tita Merello, la señora Mirta Legrand, Pinky, China Zorrilla y con una cuota de alta emotividad, a esta mesa de ficción se hace presente su abuela: Rita Gil.

Este museo imaginario lo ubica al lado del museo Magritte en Bélgica, al cual conoció de niño, por haber sido su padre, embajador argentino en ese país.

Un unipersonal, en el cual Guillermo, demuestra los frutos que puede entregar al artista al público, el ejercer el oficio de la actuación, por años. Además es una obra que llega a un músculo que está en el medio del pecho, porque fue escrita con el corazón. La desea compartir con el público, desde la emoción, con el sentimiento, va entrando por un túnel, el de la nostalgia, tomando la vida y el recuerdo con un sano sentido del humor, nos introduce en cada uno de esos personajes, que recobran vida, dando un reconocido homenaje a personalidades del quehacer nacional.

En ese museo imaginario, donde es excelente la dirección de la obra, a cargo de Nahuel González Mosca, quien le ha dado dinamismo, es entretenida, de mucha plasticidad, en un tono de comedia amable, pero no por ello, le resta emotividad.

Hay un recuerdo, muy especial para Fernando Peña, al que comentó en escena haber conocido muchos años, con anécdotas como el apodo que le dio Fernando a Guillermo en sus comienzos: «Multiuso», por ser el che pibe de la compañía.

Para pasar, en una breve transición de tiempo, a estar enfundada en un lujoso vestido, encarnando a Yiya, una mujer paqueta, quien considera inadmisible hablar de un perímetro que se exceda de Libertador y Callao.

Y en ese viaje, donde termina con un mensaje para aquellos que transitan la tercera edad, y que se sintetiza “no te rindas, enterrar tus miedos, destrabar el tiempo,vivir la vida” , Fernando se sienta junto a Tita Merello a recordar los comienzos, de esta mujer, que la crítica llegó a decir que era la Magnani argentina, contando sus inicios, en un piringundín de mala muerte de nombre Bataclan, de ahí el derivado bataclana, lugar al cual alude como la universidad de la vida.

En este recorrido con unas pestañas postizas importantes, su quinto elemento es China Zorrilla, donde la recuerda haberla conocido en Londres, obviamente, utilizando un paraguas, para guarecerse de la lluvia. Donde se hace mención a los géneros, a la máscara de la tragedia y la comedia, donde todos de alguna manera somos trapecistas sin red.

Y en este homenaje, no puede faltar el querido recuerdo a Pinky, una mujer que es el símbolo de un inicio que es el de la televisión argentina.

Más de la obra no se puede decir, solo recomendar ir a verla, un canto a la vida, una visión optimista donde Fernando agradece que todos los días, pueda volver a empezar, porque significa que el telón cuando sube y baja está vivo.


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Reseña Diana Decunto – inboxmatutino@gmail.com

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