Por Sebastián Sabio
Cuando la guerra se produce sin el enemigo…
En el medio de la nada, tres hombres. Enviados para defender una isla deshabitada en el sur del país y del mundo. La comunicación con la ciudad es escasa y los tres soldados parecen estar varados en aquella inhóspita tierra sin verdadero propósito debido a que no se han visto enemigos y estos individuos no tienen nada que proteger más que ellos mismos.
El “panza” e Inmundo son dos soldados con pocas capacidades para la guerra que permanecen juntos a pesar de sus grandes diferencias culturales y desarrollan un vínculo especial. Por encima de ellos se encuentra “el oso”, jefe del reducido grupo, quien abusa constantemente de su poder y somete a ambos soldados hasta el límite.
En esta obra podemos ver como el absurdo aparece en la guerra, lo cual es un mensaje de por sí potente, y se suma al humor. Con geniales actuaciones de Carlos Bembibre y Francisco Franco representando a Inmundo y “el panza” y con un muy buen “el oso”, interpretado por Fernando Martinez, esta obra ridiculiza a la guerra y a la lucha en vano, dejando mal parados a los gobiernos que mandan a sus soldados a una muerte segura e inútil con la excusa de que lo hacen “por la patria”.
El cuarto personaje de “trinchera” lo realiza un proyector. A través de una proyección se manifiesta un nuevo personaje que sorprende y descoloca al no ir de la mano de lo que se veía viendo.
Conclusión: en “trinchera” es posible reírse, emocionarse, sorprenderse y llevarse un fuerte mensaje sobre los conflictos bélicos.