Por Jorge Marchisio
Lost in random
No son pocos los videojuegos que nos plantean mundos alternativos, donde la magia, o el estilo steampunk se hace presente. Pero al menos quien les habla, casi no recuerda uno donde el azar y los dados sean claves para la trama; sin estar hablando de algo relacionado a un casino o similares. Así que prepárense para nuestra review de Lost in random.
El juego nos transporta a un mundo donde todo se rige por la ludopatía. Viviendo en un enorme reino, cada estado representa una de las caras de un dado; con sus habitantes y conflictos acorde a ese número. Nosotros somos una chica llamada Par, que ve como su hermana llamada Impar, es elegida por la Reina para vivir en el mayor y supuesto mejor de los estados. Pero Par sospecha que algo no anda bien, y decide embarcarse en la misión de rescatarla.
Pese a que estamos ante una producción independiente, el juego se siente bastante arriesgado. Esto se nota, sobre todo, en cómo se ve el mundo donde transcurre nuestra historia. Y es que pareciera que Tim Burton estuvo a cargo del diseño de arte de cada uno de lo estados donde nos moveremos. Si bien en los lugareños no se puso tanta imaginación, en los decorados y los personajes claves de la trama, podríamos decir que estamos ante un cruce entre Alicia en el país de las maravillas con Coraline.
Pero las particularidades no terminan ahí; ya que, para poder avanzar en el juego, tendremos que ir formando un maso de cartas que será clave en varios momentos, así como también, deberemos aprender las reglas de un juego de dados; llevando al máximo el espíritu de ludopatía que nos presenta Lost in random. Aunque si vale aclarar que una vez que le agarramos el chiste a esta mecánica, puede tornarse bastante monótona.
Pero esto no le resta merito a un juego que tampoco pretender ser la renovación de su medio. Viniendo de un estudio independiente, lo logrado a nivel artístico por Lost in random, debería conseguirle alguna nominación en este apartado en las próximas premiaciones a videojuegos.
7.5/10
Lo mejor: el apartado visual, interesante dinámica entre cartas y dados…
Lo peor: … que por desgracia se puede tornarse repetitiva.