Análisis: Vagante para Nintendo Switch

Por Alejandro Corell


“Cuanto más oscuro el entorno, más peligrosos parecen esos ojos que te miran.”
Hace ya cuatro años que el equipo de Nuke Nine lanzó su primera y única obra, Vagante. Esta suerte de Spelunky dirigido hacia el RPG recibió una aceptación favorable debido a su sistema jugable y apartado visual basado en un meticuloso píxel art. Desde que fui conocedor de la existencia de este título pensé “que bien le sentaría a este juego poder disfrutarse en Switch”, y ahora, largo tiempo después de su lanzamiento original, este pensamiento ha sido satisfecho. El 26 de enero de este 2022 fue la fecha de lanzamiento de esta aventura en su versión más portátil, y he tenido la oportunidad de poner a prueba este port y disfrutar de aquello que la obra de Nuke Nine, distribuida por Bitworks tiene para ofrecerme.


A veces pienso que los juegos tipo Roguelite son algo novedoso, y recuerdo apenado que esta corriente lleva más de una década marcando un mercado independiente cada vez más grande. En pleno auge de este género, en 2013 llegó al mercado Spelunky, juego basado en las aventuras de un Indiana Jones descafeinado que debería recorrer las profundidades de una cueva siempre cambiante, intentando salir con vida y con los bolsillos llenos de tesoros. Tal fue el impacto en su esencia jugable, que es la misma que podremos disfrutar en Vagante, palmo a palmo. Encarnando a un aventurero de los cuatro disponibles, nos introduciremos en una cueva oscura por la que tendremos que descender hasta llegar al final de esta, o perder la vida frente a un enemigo o una de las numerosas trampas. Si Spelunky es una aventura frenética basada en la velocidad, Vagante en su contraparte es una mucho más calmada. Desde el movimiento del personaje, a los tiempos de ataque y canalización de habilidades, el título apuesta más por la precisión que por la actuación rápida: tener claro cuando atacar, lanzar un hechizo o desplazarse suele ser la estrategia ganadora para salir con vida de una sala. Pero ni con esas serán muy elevadas nuestras expectativas de vida, y es que completar con éxito un descenso es una tarea extremadamente difícil. Vagante penaliza cada uno de los pequeños errores que cometeremos una y otra vez y otorga muy pocas de remendarlos. Como ya hemos comentado, el objetivo es completar todas las zonas de la cueva en la que entramos, las cuales están separadas en pequeños niveles, los cuales se generan aleatoriamente pero siempre cumpliendo con una serie de elementos. Entre ellos, en todos los niveles encontraremos una tienda, un minijefe, y exclusivamente en el segundo nivel, una niña encarcelada, la cual nos premiará con una pequeña curación extra si la acompañamos con vida a la salida del nivel (una referencia directa a Spelunky).



Para aumentar nuestras opciones de supervivencia, a lo largo de nuestro descenso iremos encontrando distintas piezas de equipo, las cuales pueden otorgarnos ventajas o desventajas, cosa que sólo sabremos una vez identifiquemos con un pergamino estos elementos, o nos los equipemos (con el riesgo de equiparnos un objeto maldito, el cual no podremos desequiparnos). Es aquí donde encontramos la vertiente de RPG que utiliza el juego, ya que según lo que llevemos puesto, potenciaremos unos atributos u otros. A la hora de pelear, hay tres tipos principales de armas: cuerpo a cuerpo, a distancia y magias. Cada uno de estos tipos está nutrido por un variado arsenal con diferentes formas de manejo. Junto a esto, cada personaje comenzará con unas estadísticas diferentes y con la opción de desbloquear habilidades exclusivas. Por ejemplo, el pícaro podrá rodar para esquivar y el guerrero mejorará su baile de la muerte cuando use armas cuerpo a cuerpo. Cada vez que eliminemos a un enemigo, ganaremos experiencia que utilizaremos en las hogueras presentes entre nivel y nivel para subir de nivel. Estas también sirven como zona de descanso, ya que cada vez que pasemos por una recuperaremos 20 puntos de vida, que son relativamente pocos en base al daño que recibimos por golpe. La niña cautiva citada anteriormente nos permitirá curarnos un poco más en esa hoguera exclusivamente, pero no marca la diferencia entre la vida y la muerte. Si bien podemos encontrar equipo en cualquier parte, las mejores piezas suelen encontrarse en la tienda o en los cofres grandes, los cuales sólo pueden abrirse con la llave que guarda el minijefe del nivel. Si no tenemos dinero podemos intentar acabar con la vida del pobre tendero, el cual no dudará en defenderse y en avisar al resto de compañeros presentes en las demás zonas, pero oye, equipo gratis. Todo el sistema de evolución presente en cada run permite convertir a tu personaje en uno más fuerte, pero se termina sintiendo tedioso el empezar de cero cada vez que la espichas. Al seguir de forma ferviente el sistema de stats y equipamiento de los juegos de rol, se obtiene una mayor profundidad, pero también requiere más tiempo por parte del jugador decidir que llevar puesto en cada momento y que no, tiempo que pesa demasiado cuando es la decimotercera vez que repites el mismo procedimiento. Lo mismo sucede con el diseño de niveles, que pese a que cada vez serán diferentes, avanzaremos una y otra vez por las mismas zonas, despertando cierto hastío una vez las hemos repetido más veces de la cuenta.



Donde en mi opinión el título supera al juego que imita, es en el apartado audiovisual. El píxel art del que se sirve, le sienta que ni pintado, y tanto la música como sonidos presentan unas bases de calidad suficientes para poder disfrutarlos sin resultar repetitivos, tarea complicada teniendo en cuenta que pasaremos por las mismas zonas una y otra vez. La Nintendo Switch es capaz de aumentar el atractivo de este apartado al permitir disfrutar de este juego de forma portátil, y si bien en ciertas zonas el uso de una pantalla de dimensiones reducidas dificulta identificar bien el escenario, de forma usual el campo visible y el tamaño de los personajes y enemigos es suficiente para no perder de vista ningún detalle. Junto a esto el rendimiento es excelente, presentando una experiencia sólida que no padece problemas asociados a la menor potencia de la consola frente a un ordenador.



En conclusión, la aventura presentada en Vagante, es una excelente versión de la original para ordenador, aprovechando el potencial de la Nintendo Switch en cuanto a portabilidad se refiere. Bonito, exigente (quizás demasiado) y bien pensando, Vagante es una aventura recomendable para aquel que disfrute de los rogue lite de forma habitual. Si habéis probado Spelunky y no os ha gustado, temo que este título tampoco será de vuestro agrado. Por el precio que tiene, permite rejugarse durante las suficientes horas, que son aquellas que estés dispuesto a entregarle, ya que, aunque completar una sola run ya es difícil de por sí, completar el título al 100% requerirá de mucho más tiempo.

Calificación: 7/10

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