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Este sábado 6 de agosto a las 21:00hs, la sala Osvaldo Pugliese del Centro Cultural de la Cooperación aloja una nueva versión de Potestad, escrita e interpretada por Tato Pavlosky en 1985.
Hay ciertas obras que trascienden en el tiempo y permiten su reversión. Eso es lo que, en parte, hace a los clásicos: la condición de “textos actualizables”, nunca muertos, siempre latentes. Potestad regresa al escenario este sábado 6 de agosto en el Centro Cultural de la Cooperación, con una puesta dirigida por Christian Forteza e interpretada por Jorge Lorenzo. El monólogo de un hombre desgarrado al que sólo le queda el ejercicio de la memoria para rescatar del olvido a la hija ausente. Un hombre rodeado de fantasmas. Un hombre que se presenta como víctima y el devenir de su relato lo revela como victimario, cómplice de los crímenes de la última dictadura militar. Potestad es una obra donde los opuestos conviven e incomodan: ternura, compasión, el terror, el dolor, violencia sangrienta y descarnada. En palabras de Pavlosky: “Potestad encara el problema de la represión y de la tortura, observados desde la óptica del represor (…) El represor se nos aparece cada vez más sofisticado, más científico, más “ambiguo”. Más difícil de caracterizar que otras veces. Puede estar al lado nuestro, usar el mismo lenguaje en todos nuestros intersticios (…)”. Dos sillas vacías, luz cálida. La escenografía es austera y funcional a la creación del espacio íntimo donde él, el hombre, reconstruye el día en que se llevaron a su hija. Recuerdos que incluyen referencias a terceros, descripciones posturales y espaciales, reflexiones. Jorge Lorenzo aborda de forma maestra las diferentes tonalidades que la intensidad del texto requiere. El actor juega con cambios corporales y vocales para recrear los recuerdos que le vienen a la memoria y genera, así, una pieza dinámica donde el tiempo pasa sin que el público se de cuenta. La interpretación está cargada de silencios y miradas que todo el tiempo cuentan y mantienen al espectador expectante, valga la redundancia, por lo que vendrá.
El dinamismo del monólogo también se logra con algunos cambios de luces, juegos de sombras e intervenciones sonoras que construyen distintos climas: sueños, flashbacks. La puesta dirigida por Forteza nos sumerge en un relato filoso, nos enfrenta con un personaje contradictorio, nos confirma que el ejercicio de la memoria es necesario, que aún hay silencios en la historia y que una obra como Potestad, escrita hace casi cuarenta años, sigue viva en nuestros tiempos.
Funciones: Sábados a las 21:00 en Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543). Escribió: Micaela Steinbach
La importancia de María Elena Walsh radica en la inocencia e imaginario de la cultura argentina. Compositora, poeta y narradora, su magia sigue estando en los más grandes pero también se conserva en las nuevas generaciones. Nunca vi tantas sonrisas juntas en un teatro hasta ver Recuerdos a la hora de la siesta.
»María es una niña con imaginación con alas. Hay días en que los personajes que crea en su cabeza se le aparecen todos juntos a tomar el té y no hay lugar en el living de su casa para semejante reunión. Recuerdos a la hora de la siesta es una invitación a imaginar la infancia de María y su peculiar forma de ver el mundo. Una celebración del juego, la fantasía y la libertad». Así describe Emiliano Dionisi su obra.
Andrea Lovera, Lucía Baya Casal, Belén Pasqualini, Mariano Mazzei, Laura Silva, Gimena Riestra, Juan Andrés Romanazzi, Mercedes Torre, Carolina Setton y Federico Fedele forman parte del talentoso elenco de actores que, en este musical demuestran más allá de sus dotes artísticos, su carisma y total entrega.
Gonzalo Córdoba Estevez hace la increíble escenografía de esta obra, la misma recrea una casa de mundo encantado donde varios personajes saldrán por distintas puertas y ventanas. El ingenioso vestuario de Marisol Castañeda llena de color y creatividad a los actores. El grupo de Titiriteros de Adelaida Mangani es uno de los grandes espectáculos de la noche, el diseño tanto realista como abstracto van a deslumbrar a los espectadores.
Dionisi junto a Martin Rodriguez escriben la letra de las canciones de esta obra, las mismas están inspiradas en el universo de Waslh. Rodríguez por su lado hace la música original y la dirige. Se puede nombrar cada aspecto aplaudible de esta obra, para eso necesitaría varias reseñas. Lo que destaco como principal, es que es el espectáculo más puro, genuino, inocente y hermoso que he visto en este año.
Disponible sábados y domingos a las 15 horas hasta finales de agosto en el Teatro San Martín, sala Casacuberta. Escribió Sebastián Arismendi.
Adrián Suar no necesita presentación, ya es parte de la leyenda de la televisión y el cine en Argentina. Actor, productor, director y guionista, su trayectoria con Pol-ka y Canal 13 sigue siendo relevante hoy en día en el cono sur, aunque causa reservas cuando se trata de una nueva película de él.
«Luego de estar años separado de su esposa, «El Turbo» (Adrián Suar) acepta el pedido de su hija en que convivan nuevamente por 30 días con su ex esposa que se está recuperando de una larga internación. La nueva vida en familia podría reavivar los sentimientos de amor y la ilusión de estar juntos».
Pilar Gamboa y el mismo Suar protagonizan esta comedia romántica grabada enteramente en Buenos Aires. Suar hace nuevame de Suar: un hombre de clase media alta que tiene problemas con su mujer (o mujeres), lo tiene todo: casa, auto, dinero, prestigio pero pareciera no poder conectar con sus relaciones amorosas, son un total quilombo.
30 noches con mi ex es lo mismo que ya viene haciendo Suar desde antes «Un novio para mí mujer», solo que acá quien brilla en su máxima esencia es Pilar Gamboa, su carisma y energía hacen de este personaje entrañable.
Pilar interpreta a una paciente psiquiatra y acá puede generar cierta controversia, su interpretación es buena pero posiblemente no sea la más adecuada para los especialistas o personas que sufran dichos trastornos, pero como es el universo de Suar, supongo que sus espectadores la verán para desconectar el cerebro.
30 noches con mi ex es una comedia romántica evidente, tiene momentos hilarantes que se pueden volver memes, una Plar Gamboa que está increíble y más de lo mismo. Es una película que podría funcionar bien en televisión, no en el cine.
En un futuro no muy lejano, el planeta Tierra sufre debido a la superpoblación y al cambio climático que está en auge. El ser humano se encuentra en las últimas por culpa de una terrible hambruna, y unos científicos tienen una genial idea que no acabará como ellos piensan. Así, para evitar que la población pase hambre, los científicos han decidido mezclar el ADN de insectos y dinosaurios para crear un buen filete para todo el mundo. Pero estos experimentos genéticos se han escapado, así que tocará detenerlos antes de que la especie humana se extinga por completo.
Spidersaurs empezará dejándonos decidir si queremos ser un hombre o mujer. No influirá en nada en el gameplay, ya que solo cambiará el aspecto del personaje, pero todos los movimientos y ataques se conservarán. Además, si estamos en compañía de otra persona, siempre se puede unir de manera local a nuestra partida para disfrutar juntos del juego. Spidersaurs también cuenta con diferentes niveles de dificultad para que así todo el mundo pueda disfrutar, aunque cabe decir que no será sencillo acabar el juego. En todas las dificultades deberemos preservar la calma e ir con todo lo que tengamos para llegar al final de cada uno de los niveles.
La jugabilidad que nos presenta el juego es algo simple, puesto que es un título en el que avanzaremos por lugares que casi siempre solo habrá un camino posible, y que nos obligará a acabar con todo lo que nos encontremos a nuestro paso. El sistema de juego es similar a Metal Slug, Contra y otros grandes del género, e iremos consiguiendo diferentes tipos de armas que usaremos para acabar con los enemigos. Podremos llevar hasta dos diferentes en todo momento, y lo malo es que, si perdemos una vida, el arma equipada en ese momento desaparecerá. Hay bastante variedad de armas, y entre ellas destacan las que tienen tripe disparo, la que va por el suelo, o la que te genera un escudo cada cierto tiempo, entre otras. Cada una de las fases consta de dos partes, a la mitad siempre nos encontraremos con un miniboss que nos pondrá a prueba, pero al final de todo nos encontraremos con un boss que tendrá unas mecánicas de ataque y defensas que deberemos aprender para poder vencerle sin problema.
El apartado gráfico de Spidersaurs las animaciones de tanto los personajes como los enemigos están bien realizadas y con una nitidez buena. Cuando nos pongamos a los mandos, descubriremos que nos encontramos ante un título que se ve como una serie de animación. Los efectos de sonido también se implementan bien, pero la música no termina de destacar tanto ya que se queda como en un segundo plano acompañándonos en la aventura. Si queremos jugarlo en su versión portátil no tendremos ningún problema, todo el rato mantiene un rendimiento estable sin bajadas, y si lo disfrutamos a través del dock ocurre lo mismo, la optimización en este título está bien realizada para las dos maneras que nos ofrece la consola híbrida de Nintendo.
Conclusión Spidersaurs es un juego con una dificultad elevada, pues a pesar de que tiene diferentes niveles de dificultad siempre ofrece un gran desafío, y que gustará a todo aquel que le encanten los juegos arcades de disparos en tercera persona con un estilo clásico. En numerosas ocasiones encontraremos pequeños detalles que nos recordarán a otros títulos del género La historia es algo que se queda de lado desde un primer momento ya que estaremos más pendientes de querer acabar con toda criatura viviente que se nos pone delante nuestro y salvar a la humanidad de la hambruna y las criaturas. Los textos únicamente están en inglés, por lo que si buscamos algo en nuestra lengua no lo encontraremos, aun así, es bastante sencillo ya que no hay demasiado texto y van bastante al grano. Aunque es bastante complicado, en modo cooperativo local se hace algo más sencillo y divertido. La duración no es muy larga y podremos tenerlo terminado en una sola tarde, aunque es bastante rejugable cada nivel, pero no hay nada secundario que conseguir.
En todas las tragedias que ha enfrentado la humanidad, siempre hay espacio para un punto en común dónde las brechas sociales e ideológicas se unen, en este instante dónde ponemos nuestra solidaridad y empatía sin pedir nada a cambio. Se podría decir que las desgracias nos unen, pero más allá de lo oscuro de la historia, todos somos uno.
Come from away es un musical original de Broadway de Irene Sankoff y David Hein. Más de 7 mil pasajeros provenientes de todas partes del mundo que aterrizaron inesperadamente en la isla de Gander, New Foundland (Terranova) y de la gente de este pequeño pueblo canadiense que les dio la bienvenida desde la solidaridad más pura.
Cuando 38 aviones fueron desviados de sus destinos para aterrizar en esta isla, el 11 de septiembre de 2001, el lugar vio duplicada su población en un instante. El 9/11 es una fecha que queda marcada en nuestra memoria, pero la adaptación que Carla Calabrese y Marcelo Kotliar, hacen del hermoso musical de Broadway, una experiencia inolvidable para el público porteño.
Come from away posee un elenco diverso en edades y etnias, encabezado por Gabriela Bevacqua, Carla Calabrese, Sebastián Holz, Mela Lenoir, Fernando Margenet, Argentino Molinuevo, Edgardo Moreira, Silvina Nieto, Marisol Otero, Agustín Perez Costa, Pablo Sultani, Silvana Tomé, Manu Victoria, Lali Vidal y Pato Witis. Los actores harán de pobladores de New Founland y también de pasajeros, teniendo que interpretar a varios personajes al mismo tiempo.
La dirección de Carla Calabrese es estupenda, el ver la coordinación de estos actores en un texto tan dinámico, dónde deben tener agilidad para transitar entre personajes y contar una historia tan sensible, hacen de Calabrese una maestra en el área. La puesta en escena de Tadeo Jones está compuesta por estructuras de madera, mesas y sillas, la última será de vital importancia ya que los actores lo usarán para la transición de los personajes.
Come from away es un musical hablado pero que posee unas canciones hermosas, que gracias a la dirección musical de Santiago Rosso, hacen de este un deleite al oído. Come from away es una muestra de talento argentino remarcable y de primera línea, un musical sobre el amor al prójimo y hecho con amor. Una experiencia conmovedora que sana el alma.
Disponible de viernes a sábado en el Teatro Maipo (Esmeralda 433) Escribió Sebastián Arismendi para La Butaca Web.
24 y 25/06 – Mendoza, Teatro Plaza 09/07 – Rosario, Teatro El Círculo 13/07 – Neuquén, Parque Central 15/07 – Bahía Blanca, Teatro Gran Plaza 16/07 – Mar del Plata, Radio City 22/07 – Córdoba, Quality Espacio 24/07 – Tucumán, Teatro Mercedes Sosa 29/07 – La Plata, Teatro Coliseo Podestá NUEVA FUNCIÓN 30/07 – La Plata, Teatro Coliseo Podestá 5 y 6/08 – Teatro Ópera Orbis 07/08 – Teatro Ópera Orbis – NUEVA FUNCIÓN
La gira Seremos de Ismael Serrano se construye en torno a una propuesta que va más allá del concierto convencional.
Se trata de un espectáculo que contiene teatro y, por supuesto, canciones. Las canciones de Ismael Serrano en su versión más emocionante y cercana al público.
Sobre el escenario Ismael Serrano acude a un programa de televisión para ser entrevistado. La periodista (cuya voz es la de la actriz Elena Ballesteros) y el cantautor tienen un pasado en común. Así que su diálogo, con el micro abierto o fuera de antena, aborda temas sensibles: el paso del tiempo, el éxito y el fracaso… y el amor.
Ismael Serrano hace en escena un anuncio inesperado que causa conmoción a lo que se suma un incidente que alargará más de la cuenta la entrevista planteada.
Canciones del último trabajo del artista (Porque fuimos, Cállate y baila, No soy…) se combinan con clásicos de su repertorio (Vértigo, Sucede que a veces, Pequeña criatura…) y un Papá, cuéntame otra vez como nunca antes se había escuchado.
Serrano habla de los sueños incumplidos y de lo difícil que resulta, a veces, afrontar el futuro. Pero también de cómo es ineludible pelear por la felicidad. Hay humor, poesía y muchísima emoción.
Tiene el brillo de neón de los late show de la televisión (atención a la escenografía) y un clima que puede recordarnos a los musicales heterodoxos del irlandés John Carney (Once, Begin Again…).
Seremos es un espectáculo apto tanto para fans de Ismael Serrano como para quienes quieran descubrir los secretos de este cantautor fundamental.
“No importa si el viaje es corto cuando los momentos se alargan para siempre”
Hace unos años, Apple anunciaba sus nuevos modelos de iPad con la pregunta “¿qué es un portátil?”. Una decisión que parecía atrevida y original, al atreverse a “reinventar” las bases de lo que entendíamos por ordenador portátil. Pero resulta que eso de reinventarse no era algo tan nuevo, porque hace casi 30 años Squaresoft presentó a los jugadores una pregunta similar. Con Live a Live, se cuestionan los mismos cimientos de los JRPG, en un título que se atreve a llevar al límite un sistema que se creía (y se sigue creyendo) muy rígido. Con su lanzamiento en 1994 para Super Nintendo, Live a Live conforma una obra de culto, que por desgracia no ha podido desarrollarlo por haber quedado retenido en tierras orientales. Y es que no es hasta ahora que podemos disfrutar de una versión localizada al español. Y no sólo localizada, ya que se ha rediseñado el apartado gráfico sirviéndose del estilo “HD-2D”, visto en obras como Octopath Traveller o Triangle Strategy, una elección que resulta extremadamente acertada. El nuevo estilo artístico Live a Live presentar los escenarios, personajes y situaciones de una forma que haga justicia al planteamiento original pero que sea agradable en base a los estándares actuales. Con este sistema viviremos las aventuras de 7 (o quizá más…) personajes, cuyas historias no son más que pequeños relatos de muy escasa duración.
Es esto, el tiempo necesario para superar cada aventura, una de las primeras escisiones con la concepción estándar de RPG. Tenemos grabado a fuego en la mente que entrar a cualquier juego del género es lanzarse de cabeza a una piscina capaz de ofrecernos una cantidad considerable de tiempo de juego. Jugar un RPG suele ser una inversión, sacrificamos de forma temporal el resto de opciones posibles para embarcarnos en un largo viaje. Live a Live es ya corto de por sí (completar el juego nos llevará unas 20 horas), pero no bastando con eso, el juego consiste en completar la historia de cada uno de los personajes, cosa que nos llevará entre 1 o 2 horas por cada uno. En este tiempo, se desarrolla toda la narrativa, presentación, nudo y desenlace. Se trata de una tarea algo más complicada de lo que puede parecer a simple vista, pero el equipo de Squaresoft salió exitoso. No es de extrañar, teniendo en cuenta que el equipo original contaba con la dirección de Takashi Tokita (Chrono Tigger, Final Fantasy IV…) como director. De esta forma, cada una de las aventuras nos llevará a un lugar del espacio-tiempo. Podremos disfrutar de gran variedad de épocas, como la prehistoria, el japón feudal, el presente o el futuro lejano. Pero no sólo tendremos que contentarnos con distintas narrativas, ya que cada personaje presentará unas bases jugables diferentes, que harán de cada aventura algo diferente. No hay que olvidar que es un título que está a punto de sobrepasar su tercera década, lo que hace que esta idea se sienta todavía más fresca y original. Pero no todo son ventajas con la edad, y si no que se lo digan a mi esteticien, ya que el sistema de combate se siente bastante tosco y simple a día de hoy. Cada vez que entablemos batalla, pelearemos con nuestros enemigos en una cuadrícula de 7×7, por la que podremos movernos libremente y actuar siguiendo turnos. A diferencia de otros juegos, los personajes no contarán con un ataque estándar, sino que sólo podrán usar sus habilidades, distintas para cada uno, sin costes de mana o energía más allá de tiempos de preparación. Esto provoca que siempre terminemos optando por una o dos habilidades que son notablemente superiores al resto, pudiendo utilizarlas sin restricción. No tiene demasiado sentido que nuestro personaje empiece con dos patadas distintas, que se apliquen de la misma forma, pero una haga más daño que la otra. Igualmente, tampoco sufriremos demasiado por esto ya que tampoco vamos a enfrentarnos a tantos enemigos. Hay historias que sí que contarán con una buena dosis de combates, pero otras serán parecidas incluso a un walking simulator (fíjate si estaban adelantados ya).
El punto donde más se notan los problemas de presentar historias tan cortas es en la progresión. Los personajes podrán subir de nivel o mejorarse de distintas formas. Algunos peleando, otros consumiendo piezas o robando ataques… pero no termina de ser necesario mejorar nuestras estadísticas de forma notable. La mayoría de los combates, sobre todo en los primeros compases de las historias, son bastante fáciles, y recuerdan más a puzles donde lo importante es saber que hacer y cuando que a enfrentamientos al uso. Normalmente los capítulos concluyen con una pelea contra un jefe final, cuyo diseño artístico suele brillar por su presencia, recordando sobremanera a Octopath Traveller, al mostrar enemigos con rasgos más grotescos y medidas exageradas. Pero por muy grandes que sean, tampoco suelen ser un gran problema. Por esto, no tiene sentido dedicar mucho rato a subir de nivel, puesto que una vez terminado el combate final, que llega rápido, nos olvidaremos del personaje (por lo menos, de momento). Pero estos problemas no hacen palidecer en demasía al título, ya que consigue entretener al cambiar siempre de tercio y principalmente, contar con un diseño de personajes que hace brillar la narrativa por encima de todo. Es increíble como, en cuestión de una o dos horas, podremos encariñarnos con los protagonistas, y entender su situación y sentimientos, como si llevásemos con ellos un viaje de varias decenas de horas. Estos personajes, diseñados en su versión original por un ejército de mangakas, observan como su periplo se ve, además, reforzado por una banda sonora que, de haber llegado a occidente hace 30 años, sería recordada como una de las más influyentes del medio. Por poneros en contexto, en Live a Live encontraremos la versión original de Megalomanía, canción versionada en Undertale muy conocida.
En resumidas cuentas, Live a Live es un título imprescindible para todo aquel que disfrute de los RPG, tanto orientales como occidentales. Observar como en los tiernos inicios de un género ya se realizaban todas estas preguntas, ayuda a ver el camino recorrido de una forma muy distinta. Es una lástima que, al igual que otros muchos títulos de origen asiático, no hayamos podido disfrutar de forma oficial del título hasta ahora. Es por ello, que ahora que la oportunidad se presenta, aprovecharla es una buena elección. Además, poder disfrutarlo en una consola portátil sólo hace que mejorar la situación.