Reseña: Chongo Triste

Chongo triste se ha conectado al chat

¿Recuerdan aquella época dónde aún no existía el Messenger?
Teníamos que conectarnos en salas virtuales para hablar con gente, interactuar y encontrar contactos efímeros. Aquellos tiempos dónde no había tanta exposición y lo clandestino estaba más desarrollado.
Hoy los vínculos no han cambiado.



Antonio Villa presenta en el Teatro Nacional Cervantes su más reciente obra: Chongo triste. Una pareja homosexual está de viaje en Mendoza. Un hombre de más de cincuenta años, un escritor famoso con una ex esposa controladora igual a él, dominante y manipulador. Un joven inexpresivo 30 años menor que su pareja, misterioso, taciturno y sumiso.

Chongo triste cuenta con las participaciones de Sergio Boris, Gonzalo Bourren, Mikaela Herrera, Cristián Jensen, siendo Boris y Bourren la pareja protagonista.
Ambos componen una relación dispar y desconectada donde los sentimientos no se expresan, se exigen. La melancolía reina y también colapsa los vínculos. Alfredo Dufour es el encargado de diseñar la escena. Un estilo ochentoso colmado de detalles disco y bdsm. Un cuarto de hotel dónde se incita a la lujuria y tristeza.

Nicolás Gullini compone la música de esta película, le da un aire pesadillesco y sombrío. A su vez, Mikaela Herrera hace de trompetista en escena y Julián Piñuel de músico fuera de escena. Antonio Villa construye una puesta decadente y deprimente donde no hay amor sino costumbre y dependencia, destrato y soledad.

Chongo triste está disponible de jueves a domingo a las 21 horas en el Teatro Nacional Cervantes. Escribió Sebastián Arismendi para La Butaca.

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