Pesadillas familiares
Una de las maravillas del teatro son los recursos con que maneja con el tiempo, no siempre son lineales ni tampoco los argumentos, es interesante cuando se encuentran obras impredecibles e inquietantes.
La tragedia de Sófocles »Edipo», ha estado muy presente en el teatro actual, en sus distintas reversiones, los dramas familiares han sucumbido en oscuridad dramatúrgica, esta vez Edipo está en Ezeiza o al menos es lo que creemos.
»En los restos fragmentados de un paisaje nacional que varía a cada momento, la familia se somete a feroces interrogatorios con el fin de descubrir al traidor disfrazado, al enemigo infiltrado. A más de un metro no se ve nada. El padre, la madre y el hijo son versiones incompletas y afásicas de un proyecto colectivo que se ha frustrado. Desde el picnic de Ezeiza las identidades familiares se han trastocado y ya no es posible afirmar una causa común ni una dirección. La lucha continúa por otros medios en un plano de realidad inenarrable. » Es la sinopsis de la obra escrita y dirigida por Pompeyo Audivert.
Edipo en Ezeiza juega a la confusión, nos adentramos en este laberinto argumental que en instantes se vuelve perturbador y exasperante, siendo las dosis de comedia y los rompimientos de la cuarta pared lo que la hace una buena elección.
La obra de Audivert parece haber sido sacada del sueño de un sueño o más bien una pesadilla, pero el lenguaje no es onírico, a medida que vamos transitando encajaremos las piezas para armar.
Francisco Bertín, Hugo Cardozo y Julieta Carrera son los actores que interpretarán a esta trastornada familia que se encuentra en una realidad distorsionada donde los hechos no son los ciertos sino los que ocurren entremedio. La fuerza del personaje de Carrera durante un monólogo en especial hizo que el público (y yo) aplaudiera cuando este terminó.
Edipo en Ezeiza es una confusión hilarante y ambivalente que hará que riamos pero también indaguemos en lo que sucede. No hay mejor cosa cuando el teatro nos hace juego mentales.
Edipo en Ezeiza está disponible los domingo a las 16 horas en el Teatro Picadero (Pasaje Enrique Santos Discépolo 1857) Escribió Sebastián Arismendi para la Butaca Web.