Análisis: Severed Steel para PC

Por Alejandro Corell

Por Alejandro CorellHace más de cuatro siglos desde que Miyamoto Musashi definiera el camino del vacío, marcando los pasos y formas que todo buen guerrero debía seguir para poder actuar de forma efectiva. Actuar, sin pensar, traduciendo en acciones y movimientos todo el entrenamiento aplicado a lo largo de su vida, de forma que el fallo no depende ya de uno mismo. Quien iba a decir que más allá de los antiguos Shinobis, el camino del vacío es igualmente aplicable y natural en el medio de los videojuegos.

Y es que, esto es lo que propone Severed Steel, sin que nos demos cuenta. El primer título de Greylock Studio conforma un shooter en primera persona en el cual controlamos a Steel, una chica con poco tiempo para dar explicaciones y muchas ganas de destruir. Se trata pues de un shooter basado en el tiempo bala, en el cual podemos ralentizar nuestra percepción del tiempo a placer, de una forma muy similar a la que podemos ver en juegos como Max Payne o Stranglehold.

La premisa es sencilla, como Steel, nuestra misión es destruir hasta los cimientos una malvada mega-corporación, EldenSys, la cual cuenta con dinero suficiente para contratar gigantescas tropas de seguridad, que no dudarán en intentar acabar con nosotros conforme nos vean. Por suerte para Steel, no se lo vamos a poner nada fácil.

A través de 6 capítulos, divididos en pequeños niveles, nos abriremos paso por distintas zonas del complejo arrasando con todo aquello que se nos ponga delante. En un primer lugar el juego resulta simple, los primeros niveles no destacan por su complejidad arquitectónica y el estilo Voxel Art se antoja poco desarrollado. No obstante, no tardaremos en conseguir uno de los elementos más distintivos del título, un cañón que sustituirá nuestro brazo izquierdo y nos permitirá abrir enormes agujeros donde queramos. Si, donde queramos. Es en este momento donde el diseño de niveles se abre sobremanera ante el jugador. Las paredes ya no son separaciones entre salas, si no posibles formas de sorprender al enemigo. La distribución de los niveles aumenta su tamaño rápidamente, dando justificación a este estilo visual, que permite diseñar de forma “fácil” una gran variedad de salas, para ofrecer desafíos diferentes cada vez que atravesemos un nivel.

El sistema de combate es simple. Recogeremos las armas por las que pasemos por encima, y nunca tendremos opción a recargar. Una vez se acabe el cargador, ese flamante lanzacohetes solo servirá como arma arrojadiza. Es no solo posible, si no que casi obligatorio, realizar todo tipo de piruetas por el mapa, desde correr por las paredes, lanzarse por los aires o deslizarse por el suelo. Y es que sólo cuando nos encontremos danzando en medio de este infierno de balas Steel será capaz de atravesar el terreno sin recibir daño.

Podremos acceder a placer al tiempo bala, una mecánica que ralentiza la percepción del tiempo, lo que nos permitirá, junto al veloz sistema de movimiento y piruetas, recorrer el nivel sin ser golpeados, dejando a nuestro paso un inconcebible reguero de cadáveres. Este es el principal objetivo del juego, correr y matar. En un primer momento, parece complicado el completar un nivel sin morir. Pero conforme el tiempo pasa y adquieres habilidad con el sistema de combate, no tardas en seguir el anteriormente nombrado “sendero del vacío” y responder a hordas de atacantes sin parar a reflexionar sobre cuál será el siguiente paso, fluyendo entre un arma y otra.

No hay una gran variedad de armas, pero si suficientes para no sentir que caemos en la repetición. Desde lanzagranadas a pistolas, pasando por escopetas subfusiles y similares, no tendremos mucho tiempo para pensar que arma utilizar, sino que probablemente nos conformaremos con apuntar al próximo desafortunado con el instrumento que acabamos de agarrar de las frías manos de su difunto compañero.

La campaña no es excesivamente larga, más teniendo en cuenta que una vez dominadas las mecánicas es posible superar ciertos encuentros a velocidades de vértigo. Pero junto al modo historia, se presenta un modo secundario de hordas, a lo largo de distintos mapas que podremos variar utilizando “mutaciones”, las cuales sirven para cambiar las reglas del juego (cambios en la gravedad, tocar el suelo mata…).

Junto a esto se incluye el editor de niveles, el cual permite a la comunidad dejar fluir su imaginación para construir las misiones más locas que se les ocurra. Hay que tener en cuenta que para que la comunidad desarrolle niveles, debe existir esta comunidad, pero no hay duda de que, si el título llega a manos de las suficientes personas, este modo permitirá darle una vida casi ilimitada al tiempo de juego.

En conclusión, Severed Steel es un shooter frenético que no decepcionará a los fans del tiempo bala. Con el poder de destruir prácticamente todo el escenario, las opciones para completar cada nivel son casi ilimitadas. Si bien se nota que el presupuesto del título es limitado, no es ni de lejos un mal juego. Acompañado de una BSO electrónica que podría acompañar a cualquier aventura Cyberpunk, Severed Steel no defraudará si lo que quieres es desestresarte mientras flotas por el mapa y disparas sin piedad

Calificación: 7.5/10.

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