Razones para ver “Siglo de Oro Trans”
Es atractiva la propuesta a primera vista. Una versión libre de un clásico del teatro barroco español, con una mirada contemporánea puesta en el género, la identidad y el cuerpo. Una comedia de enredos sobre el deseo equivocado, interpretada por un elenco que interroga las etiquetas a los cuerpos de todos los tiempos y lugares.
La maravillosa Payuca interpreta a Doña Juana, un personaje femenino que se viste de hombre para vengarse de un amor. Vestida de hombre, se hace pasar por un tal Don Gil de las calzas verdes, y enamora a Doña Inés, quien confundida se enamora de un hombre con rasgos de mujer. Pero Inés no es la única “engañada”. Toda la comedia está basada sobre la “confusión” que genera Doña Juana.
La versión libre de Gonzalo DiMaría explota al máximo la potencialidad reflexiva del clásico de Tirso de Molina, dejando evidente la enorme universalidad de los conflictos por el género. ¿Masculino? ¿Femenino? Este elenco está más allá de toda categoría. Don Pedro, el padre de Doña Inés, es también un personaje cuyo género es confuso. Se podría pensar que es su madre. Y así muchos otros.
Parece que esa idea de “confusión”, tan propia de las comedias de enredos, es una excusa para Pablo Maritano, director de la pieza. Esta excusa hace la obra no solo divertida, sino atrevida y afilada. La inclusión de números musicales es una decisión atinada, así como los vestuarios y la escenografía (mínima, y a su vez, grandilocuente).
Un aplauso de pie para Payuca y para el elenco y los músicos en escena. Se agradece la delicadeza de la adaptación, los guiños de humor contemporáneo y las convenciones teatrales de antaño, como el maquillaje y los peinados. Es una obra para divertirse, y recomiendo ir sin hambre ni sueño, porque son 90 minutos de poesía barroca. Vale la pena ir.
Para La Butaca Web, escribió Alejandro Córdova.