Análisis: Diamond Hands: To The Moon Para PC

Por Alejandro Corell.

Hace más de dos años que vio la luz del sol un título llamado Jump King, un juego basado en una mecánica que estaba revolucionando el mercado de los “hardcore gamers”, la frustración. Jump King salió a mercado después de que Getting Over It with Bennett Foddy hiciese furor en internet, atrayendo a cientos de personas a las retrasmisiones en directo o montajes de vídeo en las que podían disfrutar de su youtuber o streamer favorito perdiendo poco a poco la cordura a medida que el avance se convertía en un camino más arduo a cada paso, avance que podía revertirse en cualquier momento, ya que un pequeño fallo podía llevarte a la casilla de salida.

Y es que no hay mayor disfrute que el basado en el malestar ajeno (malestar basado en factores leves), y Diamond Hands: To The Moon intenta recuperar esa esencia. El sistema jugable es exactamente el mismo que se puede “disfrutar” en Jump King. Nuestro personaje tan sólo podrá moverse de izquierda a derecha y saltar, siendo esta la única forma de avanzar en el título, ya que las plataformas se encuentran separadas de forma vertical. Podremos controlar el tiempo que cargamos el salto y la dirección de este, para intentar llegar a la siguiente plataforma. A diferencia de los pulcros saltos del fontanero favorito de Nintendo, llegar a la siguiente superficie en Diamond Hands es un auténtico desafío. En los 3 o 4 segundos de carga de salto, hay muchos niveles de intensidad distintos, que no quedan marcados más que por nuestro cronómetro interno. Una décima de más y dile adiós a tu objetivo, ya que en muchas de las ocasiones fallar un salto significa aterrizar en el principio del nivel. Un sistema de castigo similar al que usa Jump King, pero en el caso de Diamond Hands este se encuentra maximizado, haciendo que la tensión previa a cada salto se magnifique, pero aumentando en gran medida el factor frustración. Tan difícil y precisos son los saltos que el equipo de Terror Dog Studio ha tenido que rehacer el primer nivel y convertirlo en uno mucho más fácil.

A diferencia de su predecesor, el estilo visual de Diamond Hands recurre a sprites e imágenes simples y a fondos basados en dibujos de internet, de una forma que recuerda a juegos como I Wanna Be The Guy o I Wanna Be The Boss, estilo que no le queda necesariamente mal, pero muestra una falta de producción audiovisual en el equipo de desarrollo. 

 Sólo puedo recomendar Diamond Hands: To The Moon a quien haya disfrutado de Jump King o de Getting Over It. En caso de no conocer estos títulos, es mejor jugar de primera mano las experiencias que formaron las bases, o también puedes seguir siendo feliz en la ignorancia, quizás la mejor opción posible.

Calificación: 6/10.

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