Desolación y paranoia
Estando en la ciudad podemos imaginar la vida en trabajos remotos como un tedio, cuando me refiero a ‘remoto’, hablo de zonas tan desoladas y apartadas de toda civilización, dónde no hay nada más que silencio y las voces de la noche.
Obviamente estando en la ciudad pensamos sobre cómo puede ser, más no tenemos una remota idea.

«Es más difícil la aventura cuando se necesita un sueldo todos los meses.
Es más fácil equivocarse cuando ninguna opción es tan buena.
Es más fácil sentirse enamorado cuando afuera es todo llano y árido.
Es más difícil salir ileso de la tragedia cuando todo esto se da junto, todo a la vez». Esta es la sinopsis de la obra que Laura Fernández escribe junto Daniela Salerno.
En un paso fronterizo entre la frontera de Argentina y Chile, dónde no hay más que temperaturas bajo cero, soledad y penumbra, una mujer de ciudad debe dar el control migratorio. ¿Podrá conservar la cordura? Es lo que el personaje de Daniela Salerno debe plantearse.
Salerno llega con fuerza en este rol que divaga entre hechos que pueden ser real o producto de su imaginación. En su monólogo, vemos poco a poco el fracturar de su cordura mientras relata hechos particularmente raros. El lenguaje corporal que usa expresa incomodidad y paranoia, parte de este efecto también es gracias a la escenografía de Nicolás Notte.
Fernández dirige a Salerno de una forma tal que podamos meternos en su cabeza, cuestionar lo que ella vio e incluso, introducir terror.
La narrativa del texto de ambas está cargada de imágenes, se puede sentir cada línea a medida que el relato avanza y cambia de todos. Un buen ejercicio de la narración dramaturgica. Pacífico es una obra que nos lleva a la desolación y su posterior paranoia.
Disponible los viernes a las 20:30 en el Portón Sánchez (Sánchez de Bustamante 1034) Escribió Sebastián Arismendi para La Butaca Web.