Teatro Colón: Los Pescadores de Perlas

Las perlas y los amores

El pasado mes de julio el Teatro Colón presentó su versión de la famosa ópera ‘Carmen’, del autor francés Georges Bizet; esta fue una adaptación encargada por el Ballet Estable. 109 años después, el Colón remota una de las puestas más reconocidas (aunque no la más popular) de Georges Bizet: Los Pescadores de Perlas.



Les Pêcheurs de Perles) es una ópera en tres actos con música de Georges Bizet y libreto en francés de Eugène Cormon y Michel Carré. Fue estrenada el 30 de septiembre de 1863 en el Théâtre Lyrique (Théâtre-Lyrique du Châtelet) de París.

Llevar este clásico a las tablas luego de un siglo, supuso de dar una visión moderna sin perder lo tradicional, para ello el director musical valenciano Ramón Tebar junto al escenógrafo y artista polaco Michal Znaniecki, hacen de Los Pescadores de Perlas, una puesta deleitante, marina y cautivadora.. Con un total de cuatro personajes y un equipo de bailarines e intérpretes, El Pescador de Perlas nos lleva a Sri Lanka y su litoral, dos amigos enamorados de la misma mujer y una comunidad pesquera que busca a alguna diosa para adorar.

Hasmik Torosyan, Federica Guida, Dmitry Korchak, Sang-Jun Lee, Gustavo Fefien, Germán Alcántara, Fernando Radó y Emiliano Bulacios forman parte de los intérpretes líricos de esta obra. Los mismos entregan más allá de la voz, la pasión pues, Los pescadores de Perlas involucra mucha nostalgia. Quizá el acto más sobresaliente es aquel donde los cantantes Dmitry Korchak y Sang-Jun Lee (Nadir) interpretan la legendaria y dolorosa canción “Je crois entendre encore».



La puesta en escena de Michal Znaniecki se destaca por el juego de luces y uso de telas transparentes para emular el agua, los bailarines simulan el nado mediante la danza interpretativa, este efecto hace de la obra enigmática. El azul está en sus tonos oscuros, el mismo se conjuga con el verde turquesa y el morado. La proyección de embarcaciones y mar embravecido aportan misterio a esta obra que opta por lo solemne y el sosiego antes que lo cálido.



La coreografía de Diana Theocharidis es delicada, combina el ballet clásico con el contemporáneo, le da movilidad a los bailarines asi como si fuese tritones y sirenas. Mini Zuccheri y su vestuario, aporta balance a la paleta de colores de Luigi Scogio en su escenografía. Zuccheri se encarga de representar a este pueblo costero singalés, así como también recrear la vestimenta de dioses, hechiceros y marineros.



Los Pescadores de Perlas fue el gran retorno de un clásico al colón, una ópera delicada y cautivadora. Escribió Sebastián Arismendi para La Butaca Web

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