Crítica: “Yo quería un musical… ¿Y qué?”



Por Sofía Luna Roberts

La infancia es un período de vida que marca las primeras cualidades de la persona. Sea ésta dolorosa o no, el ser humano siempre está buscando la forma de poder expresar esos recuerdos o sentimientos que lo formaron como la persona que es hoy en día. Estas expresiones se vuelven vitales y necesarias para poder atravesar los traumas y convertirlos en algo sanador. Dan Breitman nos muestra su proceso a partir de la obra “Yo quería un musical… ¿Y qué?”, el primer musical de su autoría escrito en conjunto a Virginia Magnago y Darío Jalfin. Una obra que conlleva una historia única sobre un gran artista que se propuso a contar lo que padeció en su infancia de una manera lúdica y humorista. Dan Breitman los espera los próximos días jueves a las 22:15 hs en Paseo La Plaza, Av. Corrientes 1660.



La pieza teatral nos sumerge en los distintos espacios, tiempos y personas que el actor fue encontrándose durante toda su vida. Dan nos relata historias que lo marcaron, que lo obligaron a preguntarse sobre su rol como artista, desde sus anécdotas más divertidas hasta las más dolorosas. Logra fusionar la comedia con la tragedia de una manera muy equilibrada generando una risa y emoción asegurada por parte del espectador.

En el escenario se encuentra un piano de cola, una silla de director y diferentes vestuarios que son fundamentales para darle cuerpo y textura a las historias relatadas. Darío Jalfin se hace presente en las tablas, acompañando en cada momento la narración de Dan. Sus manos se agilizan al tocar el piano y su voz da comienzo al espectáculo, el cual se transformará en diferentes personajes para darle sentido y vida a esas anécdotas que tanto atrapan.

Las menciones a Liza Minelli o Barbra Streisand circulan por todo el unipersonal, ellas representan los sueños y las aspiraciones que fueron un gran motor en la infancia de Dan para seguir adelante por aquello que se desea. Los monólogos y relatos siempre desembocan en una canción que no subraya lo que se acaba de decir sino que continúa el hilo narrativo, pero de una manera más poética y creativa. Las voces, los instrumentos, las luces y la estética minimalista dejan a relucir la indiscutible vocación de los artistas cuando se trata de un musical a lo Broadway.

“Yo quería un musical… ¿Y qué?” requiere de mucha valentía para exponer la propia intimidad y tragedia que cada uno lleva cargado en el cuerpo. Dan Breitman logra exitosamente convertir situaciones difíciles en comedia y diversión para el espectador. Las canciones, los bailes y la entrega personal son los pilares de esta obra logrando una genuina empatía con el público que es gratamente agradecida con una ovación al final del musical.

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