Análisis: The Entropy Centre para PC


¿Quién rebobina a los rebobinadores?
Por Alejandro Corell


Puede que Valve no disfrute de lanzar muchos videojuegos diferentes, pero no cabe duda de que sí que goza de dejar huella en el medio con cada título que lanza. En 2007, la llegada de Portal a Steam, supuso un antes y un después en los juegos de puzles. Partiendo de una base simple (dos portales, conectados entre sí) pero muy sólida, tanto la primera como la segunda entrega supieron como diseñar con maestría un conjunto de niveles capaz de ofrecer una experiencia fresca durante toda la duración de estas entregas.
The Entropy Centre, producción de Stubby Games pretende ser una suerte de sucesor espiritual de la franquicia, tratando de impedir que el renombre de Chell y su pistola deslumbre demasiado los intentos de Aria y Astra por salvar el mundo, una vez más. Pero es innegable que las similitudes están ahí. En lugar de Aperture Sciencie, trabajamos para The Entropy Centre. En lugar de portales, rebobinamos el tiempo. A pesar de lo que este nombre parece indicar, no necesitaremos un máster en física cuántica para entender el funcionamiento del sistema, sólo tendremos que preocuparnos por rebobinar.


Con nuestra pistola anti entrópica, tendremos que forzarnos a pensar a la inversa para resolver los puzles del juego, ya que requerirán, tal como podríamos ver en Tenet, de ir hacia atrás. Esto, en un inicio conlleva toda una nueva gamma de planteamientos y estrategias de resolución, pero lo cierto es que conforme avanzamos nos toparemos con muchos desafíos mucho más simples que los anteriores, o sorprendentemente sencillos.

A lo largo de las 7-8 horas de duración del título, iremos encontrando nuevas mecánicas, basadas principalmente en cubos con funciones distintas, lo que añadirá algo más de profundidad a las salas de puzle, pero lo cierto es que se hecha en falta algo más de libertad a la hora de superar cada habitación. De hecho, algunas de mis experiencias más divertidas se han dado en salas que, de tan simples que parecían, he tenido que divagar profundamente buscando una solución alternativa, porque me era imposible dar con la original al suponer que la recta de dificultad era una ascendente. Esto, por desgracia, sólo fue posible de replicar en alguna que otra ocasión, ya que la mayoría de los puzles son demasiado rígidos en su resolución.


Pero bueno, este inconveniente no impide que la experiencia general sea, cuanto menos, muy disfrutable. Además, todos los desafíos se encuentran conectados con fases de exploración, donde profundizaremos más en la narrativa de la obra. La premisa es más o menos sencilla (si dejamos la ciencia a un lado). Estamos en una estación en la Luna, responsable de rebobinar la Tierra cada vez que un cataclismo se la carga, cosa que sucede más de lo que podamos pensar. Una vez rebobinada, se avisa al planeta para que busquen una forma de evitar el incidente y una vez hecho, problema resuelto. Nosotros, de una forma muy similar a la vista en Portal 2, despertaremos en este complejo, en un momento indeterminado, totalmente solos y con la necesidad de evitar la mayor crisis planetaria a la que jamás nadie se enfrentó, peccata minuta, vaya.

Lo que más me gusta de esta trama, es todas las cuestiones que despierta en el jugador, muchas de ellas se “resuelven” a través de contenido adicional escondido en ordenadores por todo el recorrido o mediante las conversaciones entre Aria, la protagonista y Astra, la inteligencia artificial que la acompaña. Uno de los puntos que más han captado mi atención es el corporativismo salvaje, transmitido a través del humor. Es muy probable que, si firmas un contrato con The Entropy Centre, pases el resto de tu vida trabajando en su estación. Es un pequeño sacrificio a cambio del bien mayor y ciertamente, los operarios no viven como esclavos, pero el ambiente cargado de positivismo y afirmaciones simples que les rodea es capaz de erizarme el pelo más de lo que habría pensado en un primer momento.
Además, todos estos elementos se sostienen de forma muy adecuada gracias a un apartado técnico que, siendo consciente de sus reducidos recursos, ha sabido exprimir su potencial diseñando un título muy disfrutón a través de la vista. Pese a que muchos patrones se repiten a lo largo de distintos escenarios, tiene sentido dadas las características de la instalación, lo que resulta una solución diegética muy original. Destacan también varios eventos a lo largo del juego que se sirven de efectos especiales bastante logrados, bien colocados entre el resto de elementos.



En conclusión, The Entropy Centre es una carta de amor a la saga Portal. Una carta que pretende destacar por sus propios logros, que conforma una producción que, si bien no es capaz de llegar a los niveles de calidad de la saga de Valve, encantará a los seguidores de esta, así como a los amantes de un buen puzle. Con una duración adecuada para evitar que los acertijos se sientan (demasiado) repetitivos, merece la pena dejarse llevar por la entropía y tratar de darle una oportunidad más a nuestro planeta.


Calificación 7.5/10

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