Por Alejandeo Corell
“No está muerto lo que puede yacer eternamente y con el paso del tiempo, incluso puede morir la Muerte”

El universo narrativo de Lovecraft capturó mi interés ya desde mi tierna juventud, momentos en los que especiar la monotonía de la vida con matices de desesperación, horror ante el infinito y desesperanza parecía el mejor camino a seguir. De una forma u otra, la obra narrativa del genio de Providence ha influido notablemente a todos los medios culturales. Los videojuegos, como no, poco tardaron en servirse también de estas premisas para incluir en sus bibliotecas todo tipo de interpretaciones, algunas más destacables en sus valores de producción que otras, pero todas ellas conformando interesantes acercamientos.
Como buen seguidor del género, no podía dejar pasar la oportunidad de jugar a Dredge, el juego del barquito lovecraftiano y no me arrepiento para nada de haberlo hecho. La premisa de este es bastante simple: tenemos un pequeño barco pesquero y cada día deberemos de salir a mar abierto en busca de nuevos bancos de peces que arrastrar fuera de su húmedo entorno vital para poder venderlos y mejorar nuestra equipación.

No hace falta complicarse demasiado para obtener un buen resultado, y el sistema de farming y su desarrollo mantienen un ritmo muy equilibrado que permite al jugador sentirse en continua evolución. Ni muy rápido ni muy lento, aunque el resultado puede variar en función de las decisiones de cada uno. Estas presentan un punto crítico cuando el sol se pone y la noche llega, con todo lo que esta arrastra.
Ya decía Lovecraft, con mucha razón, que “la emoción más antigua e intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo e intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido”. Esta premisa se aplica en Dredge desde su inicio. Dentro del pequeño mundo abierto por el que nos desplazaremos nos encontraremos con todo tipo de biomas, sorprendentes y partícipes de una bonita postal de día, pero realmente amenazadores de noche. Como tantos otros títulos inspirados en estas obras, contaremos con un medidor de cordura, que irá reduciéndose conforme más nos expongamos a la oscuridad y/o a cualquier suceso perturbador. A la vez, cuanto más elevado sea este, mayor será la frecuencia con la que nos encontraremos con este tipo de sucesos.

He de confesar que mi progresión en el juego avanzó muy lentamente los primeros días porque no tenía el valor suficiente para enfrentar la oscuridad y volvía raudo como aquel perseguido por la blanca dama cada vez que el reloj marcaba la caída del sol, suceso que suele llegar rápidamente ya que el tiempo pasa enormemente rápido, aunque únicamente cuando nos desplazamos o realizamos alguna acción.
Una vez que fui capaz de aceptar mi funesto destino y me lancé a la noche, pude disfrutar de todo el potencial de Dredge, que se marca sin duda como un juego de contrastes. Con un presupuesto limitado, el equipo de Black Salt Games ha apostado por desarrollar un título de dimensiones reducidas, lo que le permite brillar en todo su recorrido sin caer en intervalos muy repetitivos o frustrantes. No obstante, esto no significa que nuestro viaje sea coser y cantar, ya que la dificultad del título radica en lo poco resistente que es nuestra embarcación. Un pequeño toquecito contra cualquier superficie y los daños serán considerables. En muchas ocasiones perderemos la funcionalidad de alguna herramienta básica, como las cañas o los motores o veremos impotentes como nuestra valiosa carga se va borda abajo.

Pese a su reducido tamaño, hay espacio más que de sobra para la investigación. Explorar cada rincón del mapa es una actitud muy premiada por el título, permitiendo que nos crucemos con herramientas y recursos fundamentales para mejorar nuestro navío, así como con todo tipo de personajes, que desarrollarán la narrativa de la obra tanto como nosotros queramos bucear en ella.
Sin lugar a duda, Dredge se posiciona muy alto en la lista de los mejores indies del año. Recomiendo encarecidamente disfrutar de esta producción a todos los seguidores de la obra de H. P. Lovecraft, así como todo aquel que quiera iniciarse en ella o disfrute de los juegos de pesca. Pero tened cuidado al entrar en ella, no miréis demasiado fijamente al abismo, o este os devolverá la mirada.
Calificación: 9/10.