Por Denise González Ferrario
En el Teatro Regina se retomaron los espectáculos con una apuesta desafiante después del largo período sin teatros en la ciudad de Buenos Aires. Los domingos se montan diferentes puestas musicales, entre ellas Lo que se nos canta y baila.

La palabra que mejor define a este show en mi opinión es excelencia. En todo momento fue una grata sorpresa lo que iba transcurriendo sobre el escenario. Cuatro cantantes enérgicos conforman la primera cara del show con interacciones pícaras y originales que permiten que los cuadros se interconecten entre sí fluidamente, transportando al espectador a clásicos del teatro musical y películas imposibles de olvidar. Se puede percibir el goce de los artistas en cada una de las performances, y un desarrollo impecable en el complemento con el equipo. Se aprecia, también, un gran trabajo de voces en cuanto a la creación de armonías y reversiones de las canciones que se lucen impecables con sus novedosos retoques, rompiendo así las estructuras de lo que conocido, a la vez que se hace inevitable reconocer lo que está sonando.
Los cuadros cantados se alternan con las coreografías de la compañía de danza Consentido, que brinda una serie de piezas de jazz y tap, provocando admiración y estímulos a toda la sala.
Los vestuarios en general están alineados a lo que se va presentando, con algunas alteraciones cómicas que se entremezclan salidas de diferentes obras musicales populares y, por supuesto, logran el efecto esperado en los espectadores. Los bailarines, desde ya, comparten colores y diseños elegantes, con algunas variables que dan un giro más rebelde, manteniendo la línea de coherencia.
Luces y calidad de sonido acompañan a que el show termine de declararse un espectáculo a destacar en esta vuelta al ruedo en los teatros de la ciudad. Apto para todo público, especialmente dedicado a los fanáticos del teatro musical, recomiendo Lo que se nos canta y baila para una tarde de entretenimiento asegurada.
Una vez más, el teatro Regina vuelve a brillar por las propuestas en sus salas, como siempre con los protocolos necesarios para cuidarnos, y ofreciendo, además, una carta con promociones en la barra antes y después de la función que termina por ofrecer una experiencia de lujo.