Análisis: Monster Hunter Rise para PC

Por Alejandro Corell

¡Ah, el sabor de la caza! La adrenalina de llegar al lugar donde descansa tu presa, la preparación previa con nimios detalles que son la diferencia entre vida y muerte. Afilar las armas, cargarte de suministros, ¡preparar los cebos! Y cuando todo está listo, adentrarse en la viva naturaleza del coto, buscar a tu presa, ¡y enzarzarte en la persecución!



Monster Hunter Rise es la última entrega de una larga hilera de videojuegos con más de veinte títulos ofrecidos por CAPCOM, distribuidos en las diferentes consolas de Nintendo y Sony desde 2005. Recientemente, con la llegada de Monster Hunter World para PC, esta saga ha alcanzado las ávidas manos de los jugadores de ordenador, la versión que hoy analizamos, haciendo crecer el afán por el título y engrandeciendo las ventas con gran pendiente. No cabe duda que la comunidad de jugadores esperaba el título para disfrutarlo en unas condiciones óptimas y sacando todo el partido a la caza de las criaturas.


Monster Hunter Rise comienza con una premisa simple, equiparable a otras historias de la saga. Interpretas a una cazadora o cazador completamente personalizable, habitante de la aldea Kamura y un recién iniciado en el arte de cazar monstruos. Visitarás las diferentes regiones siempre tomando la villa como referencia, haciendo misiones de recolección, de caza de grandes monstruos u otras tareas. La historia nos guía a un evento llamado el Frenesí, que desboca a los monstruos y los hace querer destruir la aldea al completo, algo que tendremos que evitar con misiones especiales. En general, la historia es un fondo de color con un worldbuilding original con amor a la cultura china, que nos devendrá a conocer PNJs memorables y carismáticos.



A nivel jugable, el juego ha implementado una revolucionaria mecánica en este título que no se había visto en entregas anteriores; un “gancho” que permite al jugador añadir mucha verticalidad al combate, permitiendo esquivas y desplazamientos a gran velocidad, además de un sistema de monturas para agilizar viajes y persecuciones. El alma del combate dependerá del arma escogida; las armas más pesadas y fuertes aplastarán a los enemigos en pocos golpes, pero su lentitud nos pondrá a prueba y un fallo será catastrófico. En cambio, las armas rápidas harán menos daño, pero permitirán un mejor posicionamiento. Las armas a distancia darán un buen equilibrio entre daño y velocidad, pero la posición será clave durante la contienda. Se considera un combate profundo y complejo camuflado en algo simple en un principio. Cada pequeño golpe o ventaja contarán en el enfrentamiento contra los colosos.


El juego está organizado con un sistema pulido de grindeo conocido y famoso en toda la saga; todas las misiones pueden repetirse para conseguir materiales de los monstruos cazados, y estos mismos materiales nos darán mejores armas para monstruos de mayor calibre. Para completar la historia principal el número de misiones necesarias se reduce drásticamente, pero el juego ofrece muchísimas opciones para volver a la arena en busca de un monstruo, desde repetir misiones, desafíos cooperativos o recolecciones de secretos que nunca están en el camino principal. Algo muy bueno del juego es que permite que profundices tanto como quieras; repetir las misiones no es obligatorio para vencer al jefe final, pero sí para los desafíos opcionales más exigentes. Tú decides si invertir más horas.



Gráficamente el apartado no escatima en detalles. Cada pequeña zona de la aldea está pintada en la cálida paleta del bambú otoñal, las telas y los vivos azules en contraposición del naranja. El juego quiere evocar la belleza de las cometas en los picos nevados, con contrastes de azules, verdes y rojos frente a naranjas y grises. Utiliza muy bien el movimiento y el apartado visual para ofrecer una experiencia, si no puntera, verdaderamente disfrutable. El diseño de monstruos, armas, herramientas y edificios son de una fantasía muy trabajada, impresionantes pero creíbles, con un estilo medieval-nórdico que nos atrae con su salvajismo civilizado.




La banda sonora es en mi opinión es un diez redondo. Mantras orientales como presentación de cada monstruo, y un tema principal y de menú que se quedan en la memoria y el alma. La música de combate y de área peca de repetitiva, y el cómo se lleva durante la caza se ve ausente de unificación; o luchas, o no luchas. No hay una tensión previa al encuentro, pero es hilar muy fino.



El sabor que me deja Monster Hunter Rise, una vez completado, tiene cierto regusto agridulce. El disfrute de la caza, del combate extenuante y en sí mismo del gran espíritu de aventura que propone se ha visto entorpecido por todo lo que envuelve lo que no sea luchar contra un monstruo. Los menús obtusos, los cargantes diálogos redundantes, la ingente cantidad de misiones, materiales o recursos… son elementos que abultan la simple premisa para otorgarle al juego una profundidad que no creo que posea, o al menos al nivel del jugador medio.

Como conclusión, es un juego que se ha granjeado toda su fama y devoción en unas bases firmes de combate, grindeo y contenido. Puede que gran parte de lo que ofrece pueda ser innecesario para completarlo y en ocasiones tanta información, obtusa. Pero una vez descubres que todo eso no hace falta para salir con la Lanza pistola a matar unos cuantos monstruos, empieza el disfrute. ¡Buena caza!


Calificación: 9/10

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