Juventud, divino tesoro
Cuando se nos pregunta qué queremos ser en cinco años, pensamos en metas definidas por nuestros objetivos actuales y sueños, nunca se nos pregunta cómo nos veremos en treinta años pues solo la idea de envejecer nos causa terror, por suerte llegar a ancianos puede ser divertido tal y cómo lo muestra Forever young.

«Estamos en el 2050. Siete ancianos pasan sus días plácidamente en un geriátrico entre ejercicios de rehabilitación, medicinas y gratos recuerdos. Sin embargo, cuando la enfermera se retira, el espíritu del pop y el rock & roll mágicamente toman vida y nuestros queridos mayores deciden resistir el paso del tiempo con un arma secreta imbatible: la música». Esta es la reseña de Eric Gedeon, estrenada por primera vez en la ciudad de Oslo hace más de diez años, cuya adaptación sigo cobrando éxito.
Walter Canella, Melania Leloir, Christian Giménez, Ivanna Rossi, German Trippel, Andrea Lovera y Hernán Matorras forman parte del elenco de la historia interpretando a si mismos en unos 30 años en el futuro. Adaptada por Paco García, Carles Mens, Joan Gracia y Pablo Kompel, la obra de Daniel Casablancas es un divertido y enérgico musical lleno de nostalgia y reflexiones.
Sin duda la fuerza y jovialidad que ponen los actores hacen de Forever Young una maravilla para ver y no parar de reír. La caracterización es prolija, todo esto es gracias al maquillaje y vestuario de Héctor Ferreira, este impone un realismo carismático a estos actores envejecidos.
Forever young es un popurri de temas rock/pop que van de bandas cómo Nirvana, Aqua, Madonna, Gloria Gaynor, Joan Jett, Alphaville, Bee Gees, entre otros.
Ivanna Rossi y Melania Leloir se llevan el show con sus representaciones de señora mayor, ambas con personalidades diferentes, una muy tierna y la otra amargada, pero aún así llenas de fuerza y energía para entregarnos un perfomance involvidable. Si nos preguntan que queremos ser cuando tengamos más de 60, la respuesta será: Siempre joven.
Disponible los lunes a las 20:00 en el Teatro Picadero, en el Pasaje Discepolo. Escribió Sebastián Arismendi para La Butaca Web.