Reseña: El día en que me voy a morir

Por Eloy Rossen

Apostar por la soledad


La creación argentino-chilena El día en que me voy a morir propone una plasticidad híbrida -desde la música hasta la dramaturgia- en la sala del Teatro Border. Utilizando un tono tanto trágico como cómico, la obra no titubea al abordar el tópico de la soledad, ese denso vacío que nos incomoda hasta las tripas.
El trabajo escrito por Laura Medina y dirigido por China Andrea Villagrán narra la historia de Dafne, una joven que, cumplidos sus treinta y trés años, se encuentra con sus propios fantasmas en la soledad de la casa que habita, tras la misteriosa desaparición de su madre. La puesta en escena crea una territorialidad mixta que parece no tener nacionalidad ni origen, variando tanto en el uso de materiales -telas, celulares, coronas de flores, micrófonos-, como en el registro del texto -posicionado en el límite entre el drama y la sátira-. Sin dudas, El día en que me voy a morir propone una pieza imposible de categorizar, propia del diverso y gran espectro artístico que es el teatro independiente.


Tres intérpretes ocupan el escenario, cubiertos por telas blancas que se expanden desde el proscenio hasta sus cuellos, bañando tanto sus piernas como brazos en pintura negra. A esta imagen tan terrorífica y terrenal, se le antepone un video proyectado en el fondo, que refleja al mismo público, filmado por una cámara en el escenario, ingresando a la sala. Antítesis como estas se repiten en la música -reproduciendo tanto canciones chilenas de Arturo Millán, como estadounidenses de Chris Isaak- y en la iluminación -utilizando no solo las luces de la sala, sino linternas, celulares, entre otros-. La corporalidad de los actores, tanto como los instrumentos utilizados en escena, tampoco ocupa un rol definido, sino que troca constantemente la representación de los personajes, permitiendo una lectura más abierta de lo que se dice en escena. No es casualidad que el registro de los intérpretes también mute constantemente, introduciendo parlamentos con acento chileno o con voces caricaturescas, a los que se les contrapone soliloquios tensos y dramáticos. El día en que me voy a morir juega con la diversidad de materiales a su alcance, y aprovecha ese choque estético como base para la densa trama que se propone a desarrollar.
La pieza parece tomar la idea de la muerte como sostén de la historia, pero la dramaturgia de Laura Medina habla clara y propiamente de la soledad, que parece algo todavía más espeluznante. El recorrido por el que atraviesa Dafne invita a repensar la connotación social que se le coloca a la soledad, el valor que tiene una mujer encerrada en su casa, discutiendo con ella misma. ¿Cómo sobrellevar el tránsito de los vínculos complejos? ¿Es saludable la imagen de una mujer recluida en su hogar? Apostar, desde el teatro, por una historia como ésta, indudablemente significa cuestionar qué se debe y no mostrar en un escenario, dónde están los límites de lo que se debe narrar y lo que no.
La cooperativa autogestiva de Medina y Villagrán decide alojar la obra en el primer teatro sustentable de la ciudad de Buenos Aires, el cual utilizó para su construcción materiales reciclados como pilas o tapitas de chapa e incluyendo espacios como terrazas verdes o jardines verticales. El Teatro Border parece ser el espacio más adecuado para hospedar El día en que me voy a morir, que también, paralelamente, plantea el cruce entre elementos desechables y terrenales con elementos tecnológicos y funcionales, para lograr la apertura a otros imaginarios fuera de “lo bello”, fuera de “lo establecido”.


La coproducción de Medina y Villagrán ciertamente cuestiona los modos de hacer teatro, los métodos que debe poseer el cuerpo de un intérprete, los instrumentos que se prestan para una puesta en escena. En una narrativa puntillosa, El día en que me voy a morir atrae al espectador hasta el borde de su butaca, y una vez que lo tiene ahí, lo arrastra hasta el escenario para envolverlo en el universo solitario que evoca la historia de Dafne.

El día en que me voy a morir está todos los sábados a las 22.30h en el Teatro Border. Podés conseguir tus entradas a través de Alternativa Teatral.

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